En el día de hoy, el gobierno chileno ha debido anunciar nuevas medidas para evitar los contagios de coronavirus mientras se sigue con el proceso veloz de vacunaciones masivas. Debido al enorme incremento de contagios, al número de enfermos y la crisis de los establecimientos de salud que se encuentran ya en los límites de sus capacidades, hoy se han debido cerrar las fronteras restringiendo los viajes al extranjero por el plazo de 30 días, tanto para ciudadanos chilenos como extranjeros residentes. No sólo, se ha prohibido también por 30 días, el ingreso de extranjeros no residentes a Chile.
Se limitaron especialmente los permisos de desplazamiento individual, reduciéndolos a dos permisos semanales por un máximo de 2 horas cada uno. Con ello se intenta disminuir la movilidad sobretodo los fines de semana, en los que se entiende que los ciudadanos tienen más reuniones sociales o visitas a sus familiares, instancia en que existe mayor riesgo de contagio según lo señalado por el Ministerio de Salud.
Se adelantó en todo el país el toque de queda a las 21 horas y se cambiaron los criterios respecto a lo que se define como actividades «indispensables» o bienes «de primera necesidad», apuntando a reducir al máximo las actividades comerciales y los desplazamientos que afectan a más del 80% de la población, especialmente a todos los habitantes de las grandes ciudades.
Medidas, todas estas, que con seguridad debieron haberse tomado mucho más tempranamente, evitando así el padecimiento de tanta gente. Simultáneamente, se sigue avanzando con el proceso de vacunación masiva, de acuerdo a un calendario por edad que ya va en ciudadanos de más de 40 años e inoculando la segunda dosis a todos quienes corresponde.
El foto-reportaje del centro de vacunación es de Iris Colil: