Vetevendosje (Autodeterminación), liderado por Albin Kurti, logra más del 45% de los votos
El partido Vetevendosje ha sido el claro vencedor de los comicios celebrados el pasado domingo en la antigua provincia serbia. El partido de Kurti ha liderado el recuento de votos seguido de lejos por el Partido Democrático de Kosovo (PDK) que obtuvo el 17,35% de los votos. El PDK, surgido de antiguos guerrilleros que lucharon contra Serbia a finales de los 90, estuvo en el poder como partido hegemónico durante veinte años hasta 2019. En tercer lugar, se sitúa con un 13.4% la Liga Democrática de Kosovo (LDK), partido que estaba en el poder.
“Esta victoria es una oportunidad para iniciar los cambios que queremos. Tenemos mucho trabajo por delante ya que el país atraviesa varias crisis. El camino por delante es largo y nos enfrentaremos a muchos obstáculos” afirmó Kurti tras conocer los resultados frente a un grupo de seguidores.
Vetevendosje ha sido elegido por sus discursos contra la corrupción, el nepotismo, la estancación económica y el paro, el cual ronda el 50% en la población juvenil. La victoria de los nacionalistas escenifica un cambio en el rumbo político donde el relevo generacional ha sido de suma importancia. El campeón en la noche electoral también ha señalado los vínculos de la clase política kosovar con el crimen organizado. Pero Kurti no ha puesto el diálogo con Serbia entre sus principales puntos de la legislatura. Serbia, país del que se independizó en 2008, aún no reconoce la independencia kosovar, al igual que China, Grecia, Rusia, España y Rumanía, entre otros.
Inestabilidad política
Pese a la holgada victoria, Kurti tendrá que pactar con los partidos minoritarios para gobernar al no alcanzar los escaños suficientes para lograr la mayoría absoluta en el Parlamento, divido en 100 escaños para los partidos albanokosovares, 10 para la minoría serbia y otros 10 para minorías como los turcos, romaníes o bosniacos.
Esta inestabilidad política se refleja en la estadística de que los gobiernos kosovares no duran más de una media de dos años. La convocatoria electoral del domingo se inició el pasado diciembre ante la decisión del Tribunal Constitucional de Kosovo de señalar como ilegítimo el nombramiento de la coalición liderada por Avdullah Hoti (LDK), debido a que un voto clave de un diputado era ilegal al poseer antecedentes penales en los últimos tres años. Pero Hoti llegó al poder por la moción de censura lanzada contra Kurti tras 51 días en el cargo después de las elecciones de octubre del 2019.
Con este panorama, Kurti debe elegir un presidente para Kosovo, logrando un quórum de dos tercios de la cámara. El pasado noviembre el exguerrillero Hashim Thaci dimitió como presidente al ser detenido y acusado de crímenes de guerra y contra la humanidad en la guerra de Kosovo por el Tribunal Especial para Kosovo. Vjosa Osmani, perteneciente a Vetevendosje, ocupa el cargo de presidenta interina.
Inicios callejeros
El partido de Kurti es un auténtico terremoto en Kosovo desde hace varios años. El líder del partido se labró su popularidad en las calles a través de manifestaciones contra el régimen serbio de Slobodan Milosevic y la represión que ejercía contra la mayoría albanesa de Kosovo, costándole varios años de cárcel y ganándose el apodo del “Che Guevara de Kosovo”. Kurti fue detenido en 2015 por arrojar gas lacrimógeno contra el Parlamento cuando se iba a firmar un nuevo acuerdo que trastocaba el sistema fronterizo con Montenegro y dotaba de más autonomía a los municipios con mayoría serbia. Debido a este incidente podrá ser primer ministro, pero no diputado.