El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, afirmó este martes que Brasil está quebrado y que él no puede hacer nada para remediarlo, y dijo que la crisis generada por la covid-19 afectó la economía, pero que la prensa se encargó de agravarla aún más al magnificar los efectos de la pandemia.
“Brasil está quebrado. Yo no consigo hacer nada. Quería modificar la tabla del impuesto de renta, pero no pude”, afirmó el líder ultraderechista en declaraciones que concedió a un grupo de seguidores frente al portón del Palacio de la Alvorada, la residencia de la Presidencia brasileña.
El jefe de Estado se refirió a la grave situación económica del país al ser interrogado sobre si su Gobierno no pretendía extender el pago de los subsidios que concedió hasta diciembre para ayudar a los más vulnerables a paliar los efectos de la pandemia y que beneficiaron a unos 60 millones de desempleados, informales y pobres.
Tal subsidio, que en sus primeros meses llegó a ser de 1.200 reales (unos 230,8 dólares) pero que fue reducido a la mitad entre octubre y diciembre, perdió su vigencia y el Gobierno no pretende renovarlo ante la grave situación de las cuentas públicas del país.
Bolsonaro dijo que otra forma de ayudar a las familias en la actual situación sería reduciendo el impuesto de renta y recordó la promesa que hizo durante la campaña electoral de aumentar el porcentaje de brasileños exentos de pagarlo, algo improbable ahora debido a que la pandemia redujo los ingresos fiscales y aumentó los gastos públicos.
Al ser interrogado sobre la causa de la grave situación económica afirmó que “existe ese virus (covid-19) potencializado por esos medios de comunicación que tenemos, por esos medios de comunicación sin carácter que tenemos”. Según el mandatario, la prensa desarrolla “un trabajo incesante de intentar desgastar (al Gobierno) para sacarnos de aquí y poder atender sus intereses oscuros”.
Bolsonaro, líder de la negacionista ultraderecha brasileña y uno de los jefes de Estado más escépticos sobre la gravedad de la pandemia, también ha culpado del agravamiento de la situación económica del país a los gobiernos regionales y municipales por imponer medidas de distanciamiento social para intentar frenar el avance del coronavirus.
Según las últimas proyecciones del Gobierno y de los expertos en economía, Brasil terminó 2020 con una contracción económica de cerca del 4,5 %, la mayor para un año en varias décadas, pero un porcentaje muy inferior al que se preveía en los primeros meses de pandemia, cuando el FMI calculaba que Brasil se retraería cerca del 9 %.
Pese a que la mayoría de las actividades económicas se recuperaron en los últimos meses y algunas están operando en niveles prepandemia, el desempleo continúa subiendo y la desconfianza de los empresarios y los inversores continúa elevada.
Para muchos economistas, la recuperación económica depende de la velocidad y de la eficacia con que Brasil consiga promover una campaña de vacunación contra el coronavirus, pero el Gobierno aún no tiene fecha para el inicio del proceso de inmunización.
Brasil es uno de los países más afectados por la pandemia, el segundo con más muertes después de Estados Unidos, con casi 200.000 fallecimientos, y el tercero con más casos después de EE. UU. y de India, con unos 7,8 millones de contagios.