Por: Jorge Escobar Banderas
Durante muchos años la violencia en Colombia les arrebató espacios a las comunidades. El terror y la desesperanza eran sentimientos comunes entre sus habitantes, a quienes no les gustaba salir a las calles.
Esta escena no era exclusiva de las comunidades rurales. En las grandes ciudades también se veía algo parecido en sus sectores más vulnerables. El oriente de Cali, es uno de esos lugares donde también se hacen presentes este tipo de hechos, que afectan en su mayoría a los adolescentes y jóvenes.
Sin embargo, durante los últimos años la resistencia de los ciudadanos ha sido un motor para transformar lo que en algún momento fue sinónimo de miedo, en una oportunidad para el desarrollo de su territorio, tal es el caso de Orientados, un movimiento juvenil que le apuesta a la resignificación de los espacios.
A raíz de la masacre perpetrada en contra de 11 jóvenes del barrio Llano Verde, ocurrida en agosto del 2020, un grupo de amigos se interesó en realizar un evento que le permitiera a la comunidad sanar el dolor que significaba ese trágico hecho. Ahí vieron la posibilidad de iniciar un proceso enfocado en la construcción de tejido social.
Ver: masacre en Llano Verde: radiografía de un asesino
Andrés Valencia, líder de la iniciativa expresó que ello se ha traducido en la apropiación del territorio por parte de los vecinos, quienes han generado propuestas e ideas para convertirlos en proyectos socio productivos, donde se genere bienestar y un espacio de encuentro.
Ver: Llano Verde: la comunidad que transformó su dolor en sanación
“Han sido dinámicas complejas, pero muy satisfactorias. Hay mucho potencial, son oportunidades para tejer desde lo propositivo”, aseguró Valencia.
Así mismo, el joven explicó que en ello han participado muchas familias que, en su mayoría, son víctimas del desplazamiento y el conflicto armado. De acuerdo con estadísticas de la Alcaldía de Cali, para el año 2018 se contabilizaron cerca de 205 mil personas que llegaron desplazadas de sus territorios.
La huerta urbana más grande de Cali
Una de las apuestas más significativas que ha realizado este colectivo ciudadano, es la consolidación de una huerta urbana, la cual se encuentra ubicada en el barrio Mojica y posee cerca de tres hectáreas y media para la cosecha de frutas y verduras.
Andrés Valencia mencionó que “esta es una muestra de la resiliencia y resignificación de los espacios, recuperando saberes ancestrales”.
A su vez, resaltó que la huerta ha sido un espacio para la construcción de soberanía alimentaria, considerando el acervo cultural y los saberes propios de cada familia que ahí habita, lo que contribuye a la recuperación y difusión de su memoria histórica, considerando que muchos son desplazados de la costa pacífica.
De igual forma, el movimiento ciudadano Orientado aspira a convertir la huerta en un lugar donde los jóvenes puedan hacer sus prácticas restaurativas, siendo esta una forma de darles una segunda oportunidad y que, a su vez, puedan integrarse de forma positiva a la sociedad, convirtiéndose en agentes de cambio.
Después de todo y, en menos de un año, este grupo de jóvenes ha demostrado que es posible transformar el dolor, sanar las heridas del pasado y construir paz por medio de acciones positivas que permitan cambiar la percepción sobre el territorio.