La educación como uno de los aspectos importantes y más relevantes en la vida de cada persona es algo aceptado. Es un factor determinante en la calidad de vida y en las perspectivas de empleabilidad y crecimiento personal que cada persona posee. Un país más educado es donde se puede vivir mejor, se logran cambios en políticas públicas de mayor alcance social, la implementación exitosa de diversos proyectos, desde la ornamentación de la ciudad, áreas verdes bien implementadas y que resultan mejor cuidadas por parte de los usuarios, menos índices de violencia, incluso la basura en la ciudad disminuye debido a que la educación genera mayor conciencia social y eso conlleva un respeto por el espacio donde habitamos.
Se invierte cada vez más en educación y eso es algo muy positivo, si bien obviamente falta aún bastante. Existen más escuelas y la pandemia nos ha enseñado que a través de una pantalla es también posible enseñar y con mayor o menor grado de interacción, es posible traspasar conocimientos y cultura a estudiantes de todas las edades.
La conciencia ambiental es probablemente un atributo que una gran mayoría de la población hoy posee. Esto debido a la potencia y el alcance de las redes sociales y la comunicación, la publicidad que obtienen las catástrofes ambientales que estamos viviendo, la mayor frecuencia de estos fenómenos y la gran necesidad ya instalada en la población de que es necesario actuar ahora, de manera urgente. Estamos entonces frente a una gran oportunidad a nivel mundial. Existe la necesidad y paralelamente existen los medios para poder ayudar a adquirir conocimientos que nos ayuden a actuar mejor ante el medio ambiente que nos rodea y en su favor.
La educación no es solamente el cúmulo de materias que se conocen y tener la habilidad para recitarla como una enciclopedia, el verdadero conocimiento nace de la experiencia, del hecho de poder relacionar algo que uno ha observado y que logra comprender y explicar en términos ojalá lo más sencillo posible. Por tanto educación, especialmente la que podemos denominar ambiental, tiene que ver con entender nuestro entorno, esto puede ocurrir en cualquier lugar y es un proceso continuo que no termina jamás.
“Uno ve lo que entiende” esta célebre frase que acuñaba Adriana Hoffmann, destacada naturalista chilena, nos permite graficar la potencia del conocimiento, como el saber nos lleva a distinguir y con eso poder calificar, ordenar, hacer categorías y priorizar lo que deseemos. Estamos frente a un gran desafío como es comprender cada vez más nuestra casa, el planeta Tierra y esta es también una mayúscula oportunidad. Afortunadamente tenemos nuevas herramientas que nos ha dado la tecnología de las comunicaciones. Existe una gran cantidad de imágenes que hoy son nuestro patrimonio cultural como humanidad, a las cuales podemos ahora agregarle contenido, este elemento nos permite acercar el medio natural a muchas personas y niños para enseñar y mostrar gráficamente aspectos de interés, «una imagen dice más que mil palabras», dice el refrán.
¿Qué importancia tiene saber de la naturaleza, de nuestro habitat? ¿Porqué es necesario esforzarse y pasarse horas leyendo y repitiendo quizás nombres o visitando lugares que puedan ser interesantes del punto de vista ambiental? Hay un aspecto fundamental a mi parecer que se relaciona con el afecto, el ambiente que conocemos bien, lo respetamos más, lo podemos apreciar y amar a distintos niveles, esto es muy simétrico con el mismo cuidado que le podemos dar a eso que conocemos. Es por tanto un seguro de cuidado y de conservación el poder invertir en educación ambiental. La biodiversidad que nace del cuidado de los ecosistemas, tiene hoy también un atributo sanitario para la vida humana, se ha postulado que uno de los aspectos que nos está llevando a la presencia de enfermedades y pandemias, proviene de la escasa área que queda sin la influencia de la especie humana. Por tanto, conservar áreas naturales y minimizar el impacto en estos lugares es al parecer un factor de supervivencia humana.
Invertir en educación ambiental, poder generar conocimiento a través de los modernos sistemas de comunicación, tener educadores formales e informales que puedan estos últimos hablar desde sus experiencias como campesinos o niños que viven en el medio rural. Todos estos procesos son hoy necesarios y urgentes y tenemos mucho trabajo por delante, dado que estos cambios toman bastante tiempo, razones que nos llevan una vez más a apurarnos.
Al final si definimos la educación ambiental, lo que realmente se busca es generar una cultura, aquello que nos permite conocer nuestro entorno, todo lo que nos rodea y recordar la importancia en este contexto de la frase del escritor Andrés Moirus “cultura es lo que queda después que todo lo aprendido se olvida”.