Por Ximena Soza
Juan Javier (Xun) Pérez y Alberto López son dos creadores Indígenas de Chiapas, ambos Tsotsiles, hablantes de Tsotsil, criados en diferentes comunidades del estado mexicano, el primero de Zinacantan y el segundo de Aldama. Su trabajo en cine y diseño textil respectivamente ha trasgredido el espacio asignado a las comunidades indígenas desde la sociedad mestiza, que muchas veces limita a los miembros de pueblos originarios y su arte a vestigios de su historia o a interpretaciones folclóricas de las que en verdad son expresiones profundas de una cosmovisión milenaria. El arte de estos dos artistas no solo está hecho para el ojo de quienes los observan desde plataformas nacionales e internacionales, pero tambien sus propias comunidades, desde donde estas expresiones nacen y desde donde se han cultivado por generaciones.
Xun Pérez, musico y realizador de cine documental Tsotsil, ha sabido hacer una mezcla artística y cultural de los mundos en los que transita, su música cantada en su primer idioma, el Tsotsil, toma influencias musicales de los sonidos tradicionales de su tierra y de elementos foráneos como el rock. En su labor de cineasta tambien se puede evidenciar esta mezcla, al retratar desde una cámara mucho más de lo que la imagen logra captar. Nos habla de su micro documental “Nichimal Son” (Música que florece), el cual ha sido parte de importantes festivales de cine en Estados Unidos, como Virginia Film Festival y su largometraje pronto a ser estrenado “Vaychiletik” (Sueños) y de la responsabilidad social que siente como documentalista indígena de dar luz y validez a su cultura a través de su lente:
“Mis dos obras tienen que ver con mis raíces, soy de una familia tradicionalista en la cual se conserva la lengua, la cultura, mi papá es musico tradicional y tiene responsabilidades en la comunidad, desde ahí, he crecido en las tradiciones y todo lo que he vivido lo trato de plasmar como realizador audiovisual. Lo considero bien importante porque es un legado que quedará para las futuras generaciones. Un documental queda, aunque todas las tradiciones se acaben y lo verán los que vienen, los hijos, los nietos. Mi trabajo no está hecho solo para las personas de afuera, sino que tambien para la comunidad misma, al ser ambas obras hechas en mi lengua materna.”
En tu experiencia, ¿Qué es lo que diferencia a un documentalista indígena de un mestizo o blanco?
“Se diferencia en parte por la mirada, ya que como realizador indígena yo tengo una mirada mucho más intima de los que sucede en la comunidad. La cultura indígena se ha romantizado y tambien simplificado. En general se le ha dado una mirada antropológica y desde adentro yo puedo mostrar otra cara, siendo de esta cultura me permite tener cercanía con mis personajes. Por ejemplo mi largometraje Sueños habla de la importancia de los sueños, la comunidad, los cargos, y muestra de lo que está detrás de las fiestas y de todo lo que vemos en libros y fotos…..tambien mi cámara sabe tener respeto por lo que ve, por lo sagrado.”
Como realizador indígena, ¿cuál es tu experiencia en el marco de una sociedad racista?
“Hacer cine en México es difícil, más en Chiapas y mucho más si eres de un pueblo originario. Nos ha tocado lidiar con el monstruo de la industria cinematográfica, que es una elite la que esta allá arriba y luego están los realizadores indígenas allá abajo, en términos de recursos y de posibilidades. A ratos como cineasta indígena se sufre la discriminación de la sociedad general y tambien de la comunidad, ya que no se mira bien que uno este retratando su propia cultura y tratando de mostrarla, ya sea por las creencias que hay hacia las imágenes, como las fotos o los videos desde tu propio pueblo y la visión que se tiene de lo indígena desde la sociedad general, en donde lo indígena se ve como algo pobre y con menos valor.”
¿Cuál es la importancia que identificas en tu trabajo?
“Siento que es importante cuando se hace un trabajo desde el corazón, desde el espíritu del pueblo, desde su lengua, que en mi caso, no es solo el hilo conductor, sino que además, es la lengua la que conserva la sabiduría. He visto pocas películas en lenguas originarias, en este caso las películas están en Tsotsil, ese es un aporte, ya que tendrán subtítulos y podrán ser entendidas en varios idiomas, pero al estar en Tsotsil está hecha para los pueblos y no solo desde los pueblos.”
¿Cuál es el espacio que crees que debería tener el cine indígena?
“Como hubo otras etapas del cine de oro, México merece una época de cine indígena, para retratar las comunidades, esto podría aportar al cine, dándole otra visión, tambien se podían contar las historias que no se han contado. Yo ahora estoy haciendo Sueños, que cuenta las tensiones de una familia al ser parte de una comunidad. Habla de la importancia de los sueños dentro de la cosmovisión indígena, pero en el futuro me gustaría trabajar con temas de derechos humanos, desplazamientos, situaciones que suceden en las Chiapas en las comunidades. Me doy cuenta de que hay mucho trabajo por hacer y poder darle voz a las personas que están aquí. Muchos pueblos están en lucha, aunque a veces se muestran los conflictos de las comunidades no hay soluciones, quizás desde otra mirada se puede sensibilizar más.”
Alberto López es un diseñador y tejedor Tsotsil de Aldama, siendo hombre en un área de trabajo solamente mantenida por mujeres en su comunidad, su labor ha debido abrirse paso entre los prejuicios de su pueblo y tambien entre los estereotipos instalados por una sociedad racista y sexista.
Alberto comenzó a tejer hace pocos años, después de que le enseñara su mamá en secreto, pero su trabajo ya ha sido reconocido internacionalmente, siendo presentado el año pasado en algunas de las pasarelas más importantes del mundo; la semana de la moda en New york . Nos cuenta sobre sus comienzos y la rápida trayectoria que ha construido en los último dos años:
“Yo quería mucho aprender a tejer, pero no me atrevía, pero en verdad no hacer lo que quieres te mata y yo no aguantaba. Mi mamá se daba cuenta que algo me pasaba y me preguntaba “¿Que tienes?” “¿Estas enfermo?” hasta que yo le dije “quiero aprender a tejer a telar”, yo sabía que era difícil porque soy hombre y en mi comunidad las que tejen son las mujeres. Aunque en un principio ella estaba preocupada por el trabajo de campo que teníamos que hacer porque teníamos cafetales y esa era una de mis labores, pero de todas maneras ella me dijo “eres mi hijo y te quiero mucho, claro que te enseño, para eso estoy aquí todavía, para enseñarte” me compró mis primeros hilos y yo me sentía como volando. Yo le dije que iba a estar orgullosa de mí y aprendí a tejer, mi primer trabajo fue un camino de mesa que vendí en el mercado a 100 pesos mexicanos.”
¿Cómo hiciste la transición desde tus labores en el campo a tu trabajo como diseñador y tejedor?
“En el principio dividía mi día entre los cafetales y mi tejido, hasta que decidí venirme a vivir a San Cristóbal de las Casas, en donde mi trabajo se paga unas cuatro veces más. Me vine así, sin nada, estaba nervioso, no tenía a veces para comprar tortillas, pero sabía que iba a progresar con mi trabajo, yo seguía teniendo fe. En el principio encontré muchas críticas y tuve que enfrentarme a la discriminación por ser indígena y por ser hombre, pero tambien encontré apoyo y en la ciudad empecé, me hice parte del proyecto de Aula Pejel, en donde trabajo con mis compañeras y donde se hacen trabajos de diferentes comunidades indígenas de Chiapas. Ahora con mi trabajo doy trabajo a muchas personas de mi comunidad, más de 150 personas, mujeres y ahora tambien hombres. Después de un tiempo muchas personas comenzaron a conocer mi trabajo, un día vino un periodista alemán y la entrevista que me hizo se hizo viral, luego comenzaron a llamarme de otros lugares y a través de que él diera a conocer mi trabajo recibí esta invitación para ir a Nueva York”
¿Cuál piensas que ha sido tu influencia en cambiar la visión de los roles de género en tu comunidad?
“Cuando yo salí de mi comunidad y mi trabajo se empezó a dar a conocer, salió otro hombre que estaba tejiendo escondido y que no se atrevía, después de eso varios hombres se atrevieron a aprender y ahora son parte de una nueva fuente de sustento para sus familias. Mi trabajo tambien ha prevenido que muchas personas tengan que abandonar la comunidad por razones económicas y que puedan quedarse con sus familias manteniendo sus tradiciones”
¿Cuál crees que es el mensaje que lleva tu experiencia y tu trabajo a personas de otros territorios?
“Mi trabajo muestra que todas las personas tienen derecho a hacer lo que les hace felices, a ser quienes son, a que haya un equilibrio entre el derecho de cada uno y las costumbres de los pueblos. También creo que mi trabajo ayuda a prevalecer la cultura, a dar relevancia a los símbolos, a la cosmovisión que esta en los tejidos. Mi trabajo ayuda a darle valor a nuestra cultura y también permite que mis compañeras reciban un pago justo por un trabajo que no solo se trata de tejer, sino que tambien de mantener nuestros valores y visiones como pueblo indígena”
¿Cuál es la visión de futuro que tienes para tu pueblo y para tu trabajo?
“En mi pueblo ya hemos comenzado a rescatar diseños antiguos y seguimos investigando, esta es una manera de hacer que en mi pueblo existan esas tradiciones en el futuro. Tambien espero que más adelante podamos tener más platicas como pueblo, sobre temas de género, de derechos humanos y de justicia. En mi trabajo, pienso en seguir haciendo mi labor, porque de alguna manera me siento responsable por mi comunidad y mi cultura y esa es una responsabilidad que me tomo muy en serio.”
El trabajo de ambos artistas Tsotsiles hace una referencia que viaja desde los ancestros hasta un futuro en el que su arte les permite trascender más allá de los estereotipos asignados al mundo indígena, al género, al arte en si mismo y que comienza a moverse desde los rincones de Chiapas a las esquinas más cosmopolitas del mundo.