POEMA

 

 

 

 

Por Juan H Melia

Va dejando  Febo

apagar su arrebatador fulgor.

Avanza a pasos imperceptibles,

el nuevo atardecer.

Atardecer desde el urbano fragor,

desde voces y canciones,

que se unen con el viento.

Desde alegrías lúdicas,

de murmullos que se integran,

con aves, hojas y ramas,

que se entrelazan

en armónica simbiosis.

Desde pequeñas piedras

que van apagando

su cíclico brillo,

que se repite

y se repite por milenios.

Atardecer desde el alma,

que mañana volverá

a resplandecer

con el eterno

verdor de la Esperanza.