Por Fabiana Vezzali¹

 

“Me parece que la cuarentena nos abrió muchas problemáticas que estábamos ocultando, como el feminicidio y las violaciones de derechos. Por ejemplo, los niños y niñas de escasos recursos se vieron muy afectados porque la institución educativa era el único espacio que tenían para recibir alguna alimentación o jugar.” La reflexión de Andrea, joven de Colombia, pone de relieve algunos de los impactos más visibles de la pandemia del Covid-19 sobre la población, en particular sobre los grupos más vulnerables. “Cuando la pandemia empezó, todo fue realmente impactante y no parecía real. Conozco a amigas que han tenido familiares que se han enfermado del Covid-19 y que han muerto por ello. En este período, mi familia encontró dificultades para pagar los servicios y la internet. Mis preocupaciones también son saber si voy a encontrar trabajo y a tener dinero para comprar mi certificado profesional”, complementa Andrea.

Este es uno de los testimonios de niñas/os, adolescentes y jóvenes sobre sus experiencias y reflexiones reunidos en la publicación Profundización de las desigualdades: niñas, niños, adolescentes y jóvenes en América Latina en una pandemia”, que el Proyecto Regional Interpaz lanza en el marco del Dia de los Derechos Humanos (10 de diciembre), en versión en portugués y en español. El proyecto trabaja para promover cultura de paz con igualdad y equidad de género, a través de la participación de la niñez, adolescencia y juventud, y es llevado a cabo por organizaciones en cuatro países: Ação Educativa, en Brasil, Corporación Amiga Joven, en Colombia, Museo de la Palabra y la Imagen, en El Salvador, además del Centro de Servicios Educativos en Salud y Medio Ambiente, en Nicaragua.

En esta publicación, se señala el recrudecimiento de los feminicidios y de la violencia contra niñas, jóvenes y mujeres en este período. Las medidas de aislamiento social y el confinamiento doméstico redujeron el riesgo de contagio del coronavirus, pero para las niñas y mujeres esto significó una mayor exposición a la violencia física, sexual y psicológica. Muchos servicios y redes de protección y de denuncia de abusos sexuales y violencia se vieron restringidos durante la pandemia, lo que dificulta aún más la solicitud de ayuda, además de la escasez de políticas de de atención con enfoque de género.

“En los grupos de mujeres jóvenes vinculadas a nuestra organización se han identificado tres casos de violencia de género. En el grupo de mujeres adultas se identifica maltrato psicológico por parte no solo de esposos sino también de hijos jóvenes quienes, en la mayoría de los casos, están a cargo de la economía de las familias,” comenta Marian Torres, coordinadora de Corporación Amiga Joven, de Medellín (Colombia), una de las organizaciones del Interpaz, con respecto al trabajo de identificación de situaciones de violencia y comunicación constante implementadas en este período de pandemia.

Las personas LGBTQI+ también experimentaron, durante el aislamiento, una mayor exposición a la violencia y el maltrato. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) llama la atención sobre el hecho de que las niñas, niños y adolescentes LGBTQI+ a menudo son rechazadas/os por sus familias y la comunidad, lo que las/os coloca en una posición aún más vulnerable.

Organismos nacionales e internacionales también han advertido del aumento de la violencia contra la niñez en la pandemia. Para la CIDH, seis de cada diez niñas y niños en el continente son educadas/os con métodos violentos, que incluyen el castigo físico y la agresión psicológica, y la situación se agravó durante el período de aislamiento social. Países como Argentina, Brasil, Colombia, México, Paraguay y Perú reportaron un aumento en los casos de violencia en las familias. Además, niñas/os, adolescentes y jóvenes también sufrieron con el aumento de la violencia urbana y los conflictos armados en países como Brasil y Colombia.

Desigualdades

La publicación aborda el crecimiento de la pobreza y de las desigualdades con la emergencia de la crisis sanitaria. La vulneración al derecho a la educación, por ejemplo, es una de las consecuencias de la pandemia que afecta de manera más aguda las niñas y las jóvenes de las camadas más pobres. Em tiempos de crisis sociales y económicas el trabajo no remunerado de niñas y mujeres jóvenes tienden a aumentar, limitando el tiempo disponible para los estudios. Además, las niñas tienen menos acceso a Internet, incluso en lugares con una amplia cobertura, lo que genera menos oportunidades de aprendizaje y más riesgo de dejaren de estudiar.

En la pandemia, el trabajo de las organizaciones sociales ha cobrado aún más relevancia en los países, con la articulación de redes de apoyo y la prestación de asistencia a situaciones de emergencia, al tiempo que denuncian la negligencia de gobiernos y autoridades ante el aumento de la violencia, el hambre y las desigualdades.

Las organizaciones que integran el Proyecto Interpaz también comparten en esta publicación sus dificultades y aprendizajes en dar seguimiento a las actividades de promoción de los derechos de la niñez y de la juventud en este período.

“El equipo de educadores creó un canal de YouTube llamado “Escuelas de Paz MUPI” para continuar los procesos de empoderamiento con niñas, niños y adolescentes de escuelas públicas en zonas vulnerables. Las niñas, niños y adolescentes se adaptan como pueden a una realidad que les supera. Esta experiencia nos confirma que, si las respuestas institucionales no se hacen desde el enfoque de derechos humanos, bajo los principios de equidad y solidaridad, los grupos más afectados seguirán siendo la niñez, mujeres y adultos mayores”, analiza Claudia Anay Garcia, coordinadora de Proyectos del Museo de la Palabra y la Imagen (MUPI), en El Salvador.

Qué es el Proyecto Regional Interpaz

En el marco de esta iniciativa, las organizaciones están sistematizando sus experiencias de promoción de cultura de paz y prevención a la violencia de genero con miras a multiplicarlas a otros países. Sus equipos han desarrollado en los últimos años diferentes estrategias y metodologías para la resolución no violenta de conflictos, creación de espacios seguros, prevención a la violencia de género, memoria histórica, entre otros. Un aspecto fundamental es que estas metodologías y prácticas se desarrollan de manera participativa, es decir, se construyen junto con las/os niñas/os, adolescentes y jóvenes, que se convierten en multiplicadoras/es. El Proyecto Interpaz se implementa de 2019 al 2022, con el apoyo del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania en cofinanciación con terre des hommes Alemania.


¹ Coordinadora del Proyecto Regional Interpaz