Por Doris Balvín*

Al cierre del 6to día de protestas sociales no-violentas, los medios de comunicación dan cuenta de dos personas fallecidas. Un joven de 25 años que entró al hospital Almenara el día 12 de noviembre herido de bala, y uno de 24 años que llegó al Hospital el día 14 ya como cadáver. Decenas de heridos debido a la brutal represión policial que desconoce el derecho a la protesta. Pasada la una de la madrugada del 15 de noviembre, habían renunciado 10 ministros. Mientras el Sr. Merino no daba la cara, a las dos a.m. el presidente del Congreso reunió a la Junta de Portavoces del Congreso para aceptar la renuncia de la Junta Directiva y pedir la dimisión del Sr. Manuel Merino -inconstitucionalmente autoerigido presidente de la República- quien aprovechando de su cargo de presidente del Congreso, el lunes 9 reemplazara al presidente Vizcarra.

¿Cómo es que llegamos a esta situación que parece una pesadilla? ¿Es acaso una repetición de los primeros años del Siglo XX donde era normal la disputa de caudillos por el botín del Estado? Pareciera que aquello estaba en la cabeza de quienes planificaron la vacancia de Vizcarra abusando de la figura de “incapacidad moral permanente” -cuando esta interpretación estaba pendiente por parte del Tribunal Constitucional- perpetrando así un acto a todas luces inconstitucional y totalmente falto de legitimidad popular. Imaginaron que la ciudadanía se quedaría mirando como se arranchaban a girones el poder y pisoteaban la bandera nacional.

Pues no fue así. Fuimos testigos de masivas marchas pacíficas ciudadanas convocadas mediante las redes sociales por jóvenes, que fueron reuniendo a personas de todas las edades hartas de ser espectadores de esta vendetta. La masiva respuesta ciudadana en todos los rincones del país y los más diversos distritos de Lima es una muestra de que la democracia real está madurando en el Perú y que al igual que en el pasado, en la marcha de los 4 suyos (1) o en la de los “pulpines”(2) la calle sabe hacerse escuchar, mientras que la democracia representativa pende de un hilo, si no feneció. Esto es claro porque el actual Congreso no representa a quienes sólo hace pocos meses los eligieron y el acecho de la corrupción sigue como sombra a los ex-presidentes de la República.

¿Por qué se movilizaron los jóvenes? El propio acto de vacar al presidente Vizcarra fue un escándalo, pero a ello se añadieron algunas perlas. Un Primer Ministro que desprecia a la mayoría de los peruanos por su origen y despotrica contra la ideología de género, proyectos de ley que tenían como intención arrasar con la reforma educativa y universitaria, la legalización de la minería ilegal, etc. y una clase media que aún considera que una mayor inestabilidad económica traerá como consecuencia su desaparición. En suma, este gobierno tuvo la capacidad de unir a los diferentes bajo una misma bandera: la defensa de la democracia y los derechos ya adquiridos, que hoy forman parte del sentido común de los peruanos.

Así, en rápida secuencia, fuimos testigos de los estertores del fuji-aprismo y de la denominada “Coordinadora Republicana”, el ala más conservadora de la política peruana que reunió el Sr. Merino como su flamante gabinete.

El segundo momento aún está por venir: la caída de la Constitución de la dictadura fujimorista, que la gente aún defiende por temor a la inestabilidad de los años del terrorismo, pero que ya no se sostiene. Esta Constitución nació de la dictadura y está basada en sus ambiguas letras; además el sistema de salud pública yace moribundo ante la crisis sanitaria -que se agravará sin duda luego de estas masivas manifestaciones democráticas en medio de las cuales la gente ha tenido que sacarse las mascarillas por no poder respirar ante la absurda agresión policial-; y por la imperiosa necesidad de cambiar el rumbo frente a la grave situación que enfrentamos como humanidad: la crisis climática.

¿Será ésta la nueva jornada ciudadana que tendrá que embanderar la juventud y el pueblo peruano en un futuro próximo?

 

(1) La Marcha de los Cuatro Suyos fue una movilización popular realizada en el Perú en los días 26, 27 y 28 de julio del año 2000, encabezada por Alejandro Toledo que terminó con la caída del régimen de Alberto Fujimori.
(2) Protestas ciudadanas que lideraron los jóvenes a fines del año 2015 cuando el Congreso pretendió pasar una ley de contratación juvenil desconociendo derechos laborales.

*Investigadora senior del Centro de Estudios Humanistas Nueva Civilización, Lima, Perú, especialista en ecología social