Para completar el reciente artículo de mi amigo Angelo Baracca “La proibizione delle armi nucleari diventa norma internazionale”(La prohibición de las armas nucleares se convierte en norma internacional) quisiera proponer aquí algunas « pistas » para la transición de la norma jurídica desde la prohibición a la eliminación efectiva y total de estas armas abominables.

¿Dónde estamos ahora?

Hasta el día de hoy, 132 estados se han sumado al Tratado de Prohibición de Armas Nucleares (TPAN)122 estados votaron por su adopción el 7/7/2017 y otros 10 estados lo han firmado posteriormente. En total, 84 estados ya lo han firmado, de los cuales 50 también lo han ratificado, siendo la condición necesaria para su entrara en vigor.

Al convertir las armas nucleares en ILEGALES según el Derecho internacional, el TPAN las ha estigmatizado para siempre; así tomará un papel de catalizador en el proceso de su eliminación efectiva y luego garantizará la irreversibilidad de esta eliminación.

Ahora uso una metáfora para ilustrar este proceso: es la de una caminata en la montaña que se realiza en dos etapas. La primera etapa consiste en subir desde el nivel del mar hasta un refugio situado a unos 2500 metros de altura: la llegada al refugio representa la entrada en vigor del TPAN. El sendero para llegar no ha sido de los más fáciles, pero ya está, ¡ya llegamos! Ahora se trata de abordar la segunda etapa, que nos obliga a superar una pared rocosa casi vertical a los pies de la cual se encuentra el refugio: por supuesto, ya lo han entendido, la pared rocosa representa los  9 estados nucleares con sus aliados. Sin embargo, por suerte, la roca de esta pared no es ni lisa ni homogénea: posee puntos de agarre y grietas que deberían facilitar, si son usados correctamente, la subida hacia la cima.

Ahora intentemos pasar de la metáfora a la realidad. Si una intensa cooperación entre la sociedad civil y los estados « no poseedores » fue suficiente para lograr la adopción y, luego, la entrada en vigor del TPAN, para la etapa que sigue, la de la eliminación de estas armas, será necesario una interacción de la sociedad civil pero esta vez con los estados dotados de armas nucleares, comenzando por los dos « gigantes » : Estados Unidos y Rusia, con una mediación de China, si es posible. En efecto, China, pese a su régimen totalitario, ha adoptado una actitud relativamente abierta hacia el proceso que ha conducido a la adopción del TPAN, contrariamente a otros estados, como Francia y Estados Unidos, quienes hicieron todo lo posible por sabotearlo. Además, China es el único estado nuclear que ha excluido de su doctrina toda forma de ataque nuclear de « primer ataque » y mantiene sus armas nucleares (veinte veces menos numerosas que las de Estados Unidos o Rusia) al más bajo nivel de alerta. (*)

Como primera medida, China podría, por ejemplo, proponer la creación de un grupo de trabajo compuesto por expertos de los 9 países nucleares (un GT9) con la tarea específica de formar una « hoja de ruta » realista para un desarme multilateral coordinado, que luego servirá de base a las negociaciones entre los 9 países nucleares y sus aliados.

En efecto, sería muy importante que una iniciativa mundial de desarme nuclear venga del « club » de los estados que poseen.

Ustedes dirán: «Sí claro, todo esto es muy bonito, pero ¿cómo gatillar un proceso similar? »

Tienen seguramente razón, sobre todo que, en el estado actual de las cosas, los dirigentes de diversos estados nucleares ven al TPAN como humo en los ojos.

Es allí que se trata de encontrar un argumento decisivo, es decir, que permita a estos « adversarios » convertirse en « aliados ».

Veo entonces un argumento realmente unificador: el de hacer entender que la amenaza generada por las armas nucleares no es (solamente) una amenaza entre los estados sino que es ante todo una amenaza para la humanidad  en su globalidad. Esto implica que todos estamos en el mismo bote, las naciones« dotadas » y las naciones « no dotadas », asociaciones pacifistas y dirigentes políticos y militares, y que en consecuencia, o nos salvamos todos juntos, o moriremos juntos.

Al respecto es oportuno echar un vistazo también al  «Reloj del Apocalipsis » de los ‘Científicos Atómicos’ para ver que ahora estamos « a 100 segundos de la medianoche», es decir del Apocalipsis, ¡ lo que es peor todavía que en los años más oscuros de la guerra fría !

Otra pista es la de reducir las tensiones actuales en el mundo, y en particular las que Estados Unidos, la OTAN y la UE tienen con Rusia, algo que nos incumbe especialmente, ya que en caso de guerra nuclear entre Estados Unidos y Rusia, ¡el  «teatro de guerra» será esencialmente Europa !

Yo lo vería más o menos así:

« Somos conscientes de que para Rusia la disolución de la Unión Soviética constituyó un gran traumatismo, como también una fuerte humillación, lo que la lleva a reaccionar de diversas maneras, con las tensiones que esto genera.

Con el fin de evitar que esta situación degenere catastróficamente, proponemos sentarnos alrededor de una mesa para ver cómo podemos encontrar soluciones, especialmente para la población ruso parlante de los diferentes países de Europa del Este, que sean aceptables para todas las partes.

En efecto, la existencia de estas minorías ruso parlantes en los antiguos países soviéticos (los « países fronterizos »: Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Eslovaquia, Hungría, Rumania, Bulgaria, Moldavia y Ucrania) constituyen una serie de « bombas de tiempo », de las cuales desafortunadamente la primera ya explotó en Ucrania.

Este enfoque podría entonces « desmontar » las razones invocadas por la OTAN para mantener su componente nuclear en Europa, y tal vez … ¡ su propia existencia !

De esta manera, las actuales tensiones, esencialmente fundadas en una « cultura del enemigo », podrían ceder hacia un régimen de confianza mutua y de cooperación para resolver los graves problemas que tenemos en común: el calentamiento global, los desequilibrios socioeconómicos, la seguridad y la paz.

Creo que países como Alemania, Francia, Bélgica, Italia, Chipre y Eslovaquia, que ya mantienen relaciones de cooperación con Rusia, estarían en situación de lanzar este tipo de iniciativa.

En este contexto, parece interesante la intervención, el 10 de junio último en Bruselas, del Secretario General de la OTAN Jens Stoltenberg, quien lanzó el proyecto « OTAN 2030 » (**), afirmando la necesidad de una evolución en un sentido más político / diplomático de la OTAN. Esto, remarcando particularmente el hecho de que a lo largo de sus diez años de experiencia como primer ministro de Noruega, constató la posibilidad de concluir numerosos acuerdos con Rusia.

Ahora bien, las dos  « pistas » aquí indicadas implican acciones a nivel diplomático, pero está claro que para que sean eficaces necesitan también una fuerte participación de la opinión pública: por lo tanto, una vasta cooperación diversificada entre asociaciones , capaces de actuar coordinadamente a ambos niveles ; diplomático y de sensibilización de la opinión pública.

Si bien es verdad que la principal motivación de un desarme nuclear multilateral y coordinado es la seguridad humana en el mundo, existe una segunda motivación importante que es parar el considerable despilfarro financiero (de más de 100 mil millones de dólares al año) como también, y no es menos grave, de potencial humano implicado en la concepción, la construcción y el mantenimiento de esos monstruosos armamentos. Más bien, todo ese potencial puede y debe, al contrario, ser utilizado para enfrentar reales e inmensos desafíos que la Humanidad encuentra: sobre todo la rápida degradación del clima y del medio ambiente, así como las crecientes injusticias sociales, que son la causa de la gran precariedad y de la miseria en el mundo, que la crisis sanitaria actual del Covid-19 agrava todavía más dramáticamente.

Y me gustaría insistir acerca de la necesidad de tomar conciencia de que los armamentos nucleares: bombas, misiles, caza bombarderos, portaviones, submarinos nucleares, etc. (como de hecho ocurre con todas las otras armas de guerra), que en general son productos de alta tecnología,  son en realidad una forma de barbarie moderna, que no tiene nada que envidiar a algunas de nuestros ancestros y que tiene entre otras cosas,  potenciales consecuencias infinitamente más devastadoras.

Volviendo a la pandemia Covid-19, más allá de todos los graves problemas que genera: sanitarios, económicos, sociales, podría tener al menos un lado positivo en el sentido de que logra convencernos de que los verdaderos desafíos son comunes a toda la humanidad y que, por lo tanto, no pueden ser superados sin la cooperación  de todos nosotros.

Concluyo recordando la ‘constatación’ de Lucius Annaeus Seneca:

« Somos olas del mismo mar, hojas del mismo árbol, flores del mismo jardín ».

 

(*) Ver el último ‘White Paper’ chino: « China’s National Defense in the New Era », Foreign Languages Press Co, Pekin (2019).

(**) Ver el enlace: https://www.nato.int/cps/en/natohq/opinions_176197.htm?selectedLocale=en


Traducción del francés por Beatriz Barros