Tras un desequilibrio inicial acorde con las circunstancias de la época, el IAI ha continuado un camino que ha devuelto a Alemania a un lugar respetable en la comunidad mundial desde la Segunda Guerra Mundial.
El Consejo de Administración del Instituto sigue las huellas del período de la Ilustración en el espíritu de Alexander von Humboldt. Se ve a sí mismo como un puente hacia la gran área cultural de América Latina y pone sus posibilidades científicas a disposición del progreso. Hoy en día, el continente sudamericano y centroamericano ofrece a la comunidad internacional alternativas para reducir los tres mayores problemas mundiales: La amenaza al clima y a la paz mundial, y la desigualdad social de la población.
A lo largo de los años, el IAI ha contribuido a disipar las oscuras sombras de la era colonial mundial. Con su capacidad de investigación, los trabajos para investigadores extranjeros junto con los diversos eventos, se ha acercado a la búsqueda de alternativas a las soluciones de los problemas. El IAI abrió sus salas para debates científicos sobre los acontecimientos en Cuba, Chile, Nicaragua, Ecuador, Venezuela y otros, donde se pueden intercambiar diferentes posiciones ideológicas. Pero también por los acontecimientos críticos durante la época de las dictaduras militares en Brasil, Argentina, Chile, etc.
Su biblioteca se convirtió en una gran fuente de conocimiento científico. Es posible el intercambio de experiencias entre América Latina y Europa. Promueven el entendimiento internacional. La dirección del IAI ha convertido la biblioteca en la mayor biblioteca especializada de Europa.
Gracias al IAI, Alemania es ahora más consciente de las contribuciones de México al desarrollo mundial: la constitución burguesa más equilibrada socialmente se creó en 1917 después de la Revolución Campesina. En 1967, los países latinoamericanos crearon la primera zona libre de armas nucleares del mundo, y las propuestas de México para una NUEVA REGULACIÓN ECONÓMICA MUNDIAL llegaron a la ONU en 1974. La mayoría de los países latinoamericanos alcanzaron los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas. Los 33 países de la comunidad CELAC declararon sus países como zona de paz en 2011.
Es notable que en Europa, desde hace unos 200 años, los países, con 3 excepciones, no han hecho la guerra entre sí. Menos notorio en Alemania es el hecho de que varios países de la población indígena han incluido la naturaleza como sujeto jurídico en sus constituciones. No se puede negociar con la naturaleza. Necesita protección contra las interferencias. Todo puede ser leído en el original en la biblioteca pública del IAI, sin comentarios influenciados ideológicamente por los informes diarios.
El IAI compartió sus simpatías con los desarrollos progresivos en América Latina y Central. Ofreció plataformas para el intercambio de ideas entre diferentes posiciones ideológicas. La estrecha cooperación con las embajadas de los países interesados aseguró que las investigaciones del Instituto se basaran en conclusiones realistas.
La previsora dirección del Instituto bajo la dirección de la Sra. Barbara Göbel pudo lograr este notable desarrollo con el apoyo de su personal, pero sobre todo a través de la imaginativa cooperación con el grupo de apoyo del Instituto Iberoamericano a lo largo de los años.
Nuestro mundo necesita instituciones humanísticas que unan a la gente. El IAI está, por lo tanto, bien encaminado hacia el futuro. El IAI es un lugar de intercambio cultural con América Latina.
No hay que olvidar que sin el oxígeno de la cuenca del Amazonas, sin el maíz, la papa, sin la división del trabajo en las relaciones económicas con América Latina, sin la riqueza de la experiencia de los latinoamericanos, la supervivencia global es impensable.