El informe 2020 de OXFAM sobre las empresas del IBEX 35, organización clara en su compromiso social aclara que:
- Hasta donde sabemos, hay al menos 740 filiales de empresas del IBEX 35 en paraísos fiscales.
- El salario de los altos ejecutivos del IBEX 35 supera en 121 veces al salario medio de sus plantillas.
- La brecha salarial de género en las empresas del IBEX35, tomando como referencia los sueldos medios, es del 15%.
- 20 de las 35 empresas que componen el IBEX35, principal índice de la bolsa española, repartieron 9.500 millones de euros a sus accionistas en plena pandemia. Algunas incluso repartieron más dinero del que habían ganado. No se destinó a políticas sociales, o mejoras salariales, o de promoción interna, o prepararse para el impacto de la pandemia y no tener que pedir apoyo al Estado, etc. Es decir, no se capitalizaron para compensar los efectos de la crisis..
Pese a la crisis por el Covid, sigue imperando el modelo económico neoliberal de siempre. Las del IBEX 35 priorizan retribuir a sus accionistas y altos ejecutivos, fomentando más las desigualdades sociolaborales en España. Prioriza el beneficio para unos pocos, por encima de un reparto más equitativo entre la plantilla que hace posible esas buenas cifras. Es práctica común la elusión legal de impuestos para no contribuir en la medida de sus posibilidades a la sociedad a la que tanto deben. España es el mercado en estado puro: #depredación.
No sólo lo dice OXFAM, también el “Informe Mundial de la Riqueza 2019”, elaborado por Capgemini. Para esta consultora, nada sospechosa de socialcomunismo, a pesar de las dos crisis económicas (la de 2008 y la actual, por la pandemia covid), entre 2008 y 2018 el número de millonarios casi se ha doblado en España. El número de españoles con un patrimonio de al menos un millón de dólares pasó de 127.000 en 2008 a 224.000 en 2018. Aunque también aclara el batacazo del patrimonio, a nivel mundial, de las grandes fortunas. Por el retroceso de la riqueza en China y resto de la región de Asia-Pacífico, y las oscilaciones bursátiles mundiales disminuyó un 3% en 2018.
Durante ese periodo, el PIB de nuestro país tuvo un crecimiento magro. Incluso se ha desplomado en 2019, y ha caído en picado en 2020. Por tanto, esta creciente desigualdad en el reparto de la riqueza en España es, sobre todo, a costa de las clases medias. Los ricos son cada vez más ricos y los pobres, cada vez más pobres. La riqueza se está concentrando en menos manos, y es así en todo el planeta. No es a mala leche. Son las estructuras existentes que favorecen esta dinámica. Pero no se aprecia voluntad de hacer sostenibles y más justas las sociedades donde actúan: #elCapitalMeCreceCasiSolo.
Cada vez es mayor la distancia entre “los más afortunados” y la sociedad de la que forman parte. Es así también en nuestra clase política. Viven verdaderamente en su torre de marfil. No hay más que ver el penoso papel de nuestra derecha trifachita en la pandemia: #no a todo, #fakesComoChurros
Mientras tanto, en muchos barrios de nuestras grandes ciudades, crecen las colas en los bancos de alimentos. La caridad y la solidaridad entre la gente responde, aunque no es una solución. Cada vez a más gente, incluso con trabajo, le cuesta llegar a fin de mes: #ahogatecomopuedas, #NoRechistes.
Lo insostenible es que las grandes empresas y esos abultados patrimonios personales no ven que deban contribuir más o mejor a la sociedad que les da vida. Eso pese a ser las beneficiarias de las inercias del sistema, de la globalización, de la estabilidad legal y productiva de nuestro país, etc. La solidaridad no está en su hoja de ruta. Viendo representados sus intereses en los programas del PP, C’s y VOX, vemos que las subidas de impuestos y políticas distributivas les erizan los pelos: #PagarMasEsTabú.
No se pretende en estas líneas enfrentar a unos contra otros. El dinero llama al dinero. Este es un planeta capitalista. Neoliberal, diría yo. Quien ya tiene capital lo tiene fácil para hacerlo crecer y aprovechar las inestabilidades cíclicas, para engordar aún más o afianzar su posición privilegiada. Pero eso es lo que precisamente debería empujarles a participar en el sostenimiento de las estructuras sociales. A ellos también les protege el Estado. A ellos también les da protección y seguridad a sus propiedades, derechos e intereses. La pandemia, catástrofes, y hundimiento social, también les amenaza. Cuando vienen malas, bien que piden apoyo a los estados. El Estado y, con ello, toda la sociedad, somos garantes incluso de qué sucederá con todo eso que “han levantado” las grandes fortunas, cuando sus dueños mueran. Está claro que a más riqueza mayor capacidad para contribuir: #aMasCapitalMayorResponsabilidad
Es por eso que OXFAM acaba recomendando a las del IBEX 35 (y a sus samuráis directivos) que tomen conciencia sobre lo mucho que pueden poner de su parte. De lo mucho que pueden contribuir a hacer sociedades más justas y equitativas, como mejor escenario para todos. En otras palabras: les insta a ser sostenibles socialmente y dar ejemplo desde su acomodada posición: #SerEmpresaSolidariaEsSerSostenible, #SiTengoMásContribuyoMás.