Este 5º Foro Latinoamericano puede ser el foro más importante de una generación. Llega en medio de una pandemia planetaria que está afectando a miles de millones de personas y paralizando todo, desde el transporte hasta la economía y la posibilidad de reunirse. Debemos recordar que estos foros se originaron en 1993 en Moscú impulsados por Silo, un pensador/escritor argentino que desarrolló una propuesta de transformación social y personal no violenta. En su discurso de apertura en el foro de Moscú, Silo dijo:
«El Foro Humanista tiene el objetivo de estudiar y establecer una posición sobre los problemas globales del mundo actual. Desde este punto de vista, es una organización cultural en un sentido amplio, que se ocupa de relacionar estructuralmente los fenómenos de la ciencia, la política, el arte y la religión. El Foro Humanista hace de la libertad de conciencia y de la despreocupación ideológica la condición indispensable para trabajar en la comprensión de los complejos fenómenos del mundo contemporáneo».
La fuerza de la propuesta del Nuevo Humanismo es más relevante ahora que hace pocos años. La no violencia en todos los aspectos podría convertirse en una alternativa al actual conjunto de valores y estructuras que han sido impuestos por el Norte. América Latina debería tomar el liderazgo en el lanzamiento de una revolución cultural no violenta.
América Latina necesita liberarse de su amo, el Occidente-Blanco, que le ha estado imponiendo sus valores violentos y egoístas, imponiendo el control político desde México hasta Santiago. Lo vimos, no hace mucho, en Bolivia con la destitución de Evo Morales. Este golpe fue absolutamente inaceptable y nunca debió haber ocurrido. El continente debe ser capaz de mantenerse en pie, sin tener que pedir y obtener apoyo de los EE.UU. o de Europa. La gente debe dejar de inmigrar al norte, amplificando los problemas en sus propios países y siendo utilizada para maniobras políticas y degradación cultural. No hay pruebas de que la inmigración resuelva la pobreza, que a su vez fue creada por la dominación capitalista. En cambio, una solución como la Renta Básica Universal debería estudiarse y desarrollarse lo antes posible, cambiando el modelo económico mediante la redistribución de los recursos económicos a la población en general.
América Latina tiene todo lo que necesita para desarrollarse muy bien y puede florecer muy rápidamente, pero la dificultad está sobre todo en la inercia, en el peso del pasado. El papel de China y su desarrollo en muchos sectores de América Latina es un signo de esta transformación en curso. Es hora de centrarse en la creación de una identidad cultural que pueda reforzar esta evolución, que pueda generar fuerza y abrir el futuro adoptando una imagen unificadora para toda América Latina. Esta propuesta va más allá de una estrategia política, una alianza táctica entre pocos países, un llamado nuevo proyecto de desarrollo. La gente necesita conectarse a un nivel mucho más profundo, ir más allá de la política del propio país, de su bandera, del equipo deportivo local, del entretenimiento y realmente mirar lo que las comunidades tienen en común. ¿Qué es lo que hace a los latinos diferentes de otras culturas? ¿Qué vamos a hacer con el viento, el sol, con la tierra y las montañas? ¿Cuáles son las cualidades de la gente, las debilidades que deben ser abordadas? Si América Latina no protege su selva amazónica, nadie más lo hará. Si los latinoamericanos no aprecian los valores de biodiversidad sin precedentes para la evolución humana de las Galápagos, alguien más lo hará. Por ejemplo, la necesidad de superar ese absurdo político de negociar con Chile para dar a Bolivia acceso al mar, debería ser una señal en la dirección correcta.
La experiencia cubana en la educación en los años 60′ fue muy poderosa, convirtiéndose en un cambio importante de juego para una transformación cultural, elevando la calidad de vida de millones de personas. Hoy en día nadie puede negar la contribución al mundo de los médicos cubanos, que vienen directamente de ese proceso educacional.
La fuerza y la experiencia de la cultura indígena debe ser un modelo para construir esta nueva civilización. Baste con recordar la manifestación del pueblo boliviano hace pocas semanas, para recuperar el poder político mediante la movilización democrática.
América Latina es, y ha sido durante muchos decenios, una zona libre de armas nucleares. Daría un ejemplo importante que todos los países del continente ratificaran el nuevo Tratado Internacional para la Prohibición de las Armas Nucleares (TPNW) que entrará en vigor en la ONU en enero de 2021, haciendo que las armas nucleares sean ilegales para siempre, de acuerdo al derecho internacional. Todos los países latinoamericanos también deberían seguir el modelo de Costa Rica, que desde 1949 abolió sus fuerzas armadas, apoyándose en la fuerza y las técnicas de la no violencia para resolver sus conflictos.
También tenemos que reconocer el logro de los colombianos al firmar un histórico acuerdo de paz después de más de 50 años de una mortífera guerra civil. Tomamos nota además del proceso en curso en Chile, para reescribir la constitución establecida durante la dictadura militar de Pinochet.
Como podemos ver, el continente no carece de su cuota de experiencias y recursos extraordinarios. Apenas el año pasado, Pressenza se asoció con la Red Global de la Televisión China (CGTN) para producir el documental «Ellas sienten que amanecerá», en el que se destaca la labor de mujeres latinoamericanas de vanguardia que aplican la ciencia y la tecnología al servicio del bien común, social y ambientalmente. La película rompe con el viejo concepto del machismo latino y la hegemonía de Occidente en la investigación, y los estudios revelan una confluencia cultural en desarrollo entre China y América Latina.
No habrá una Nación Humana Universal hasta que las culturas no hayan madurado, sintiendo la necesidad de encontrarse en un ámbito de cooperación, intercambio y coordinación. ¡Que este Foro sea pionero en esa dirección!