- La mejor sanidad para nosotros NO es la privada.
- La mejor seguridad NO vendrá de las empresas de seguridad privada, o de las aseguradoras.
- La mejor enseñanza NO tiene porqué ser la enseñanza privada, o la concertada.
- La cobertura de nuestros ingresos, en la vejez, NO nos la darán los bancos o aseguradoras.
- Los mejores cuidados en residencias NO son las residencias privadas de los fondos buitre.
Es extenso y escapa de estas breves líneas argumentar en hechos por qué “lo privado” te dejará tirado. Basta con el sentido común y la biografía personal, familiar, del barrio, o la hemeroteca para constatarlo casi forensemente.
Por tanto, no hagamos caso a la intensa y manipuladora propaganda que nos lanzan para que cada uno se busque la vida. Piensa que, aunque puedas pagarte hoy «ir x lo privado», igual mañana ya no.
Si todos nos desimplicamos de lo público, se cuestionará su coste. Se cuestionará esta partida en los presupuestos del Estado, Comunidad y Municipio. Porque si las clases medias ya se procuran coberturas por su cuenta, esto desgravará en impuestos. Lo desgravado es dinero que no irá a lo público.
Así, la capacidad de lo público para garantizar una cobertura y bienestar, queda muy comprometida. Si cada uno tiramos por nuestra cuenta, ¿Cómo pueden cubrirse, desde lo público, las grandes contingencias de la vida como son: la sanidad, la educación, seguridad ciudadana, pensiones y cuidado a mayores o necesitados? ¿Cómo pueden cubrirse pagándolo cada uno por lo privado? Si en España, las clases medias apenas ganan para resolver hipoteca, alquiler, colegios y alguna cosilla más. Nos venden un modelo que sólo funciona para un país con sueldos suizos.
El estado de bienestar quedará seriamente mermado o comprometido si crece y se consolida esta dinámica, tan auspiciada por fondos, banca, y demás. Tan cacareada desde el PP y el resto del trifachito de la derecha PP, C’s y VOX Si triunfan, “lo público” será el recurso para los pobres.
¿Cómo es que no vemos que «ir por lo privado», aunque puedas, nos lleva a un modelo americano de coberturas?
Lo privado, llevado con coherencia entre “la función social declarada» y “los beneficios empresariales”, tiene su hueco y finalidad. No se discute si eso procura un equilibrio. El Estado no llega a todo. Pero una cobertura privada, gestionada por mercenarios financieros y gestores sin escrúpulos, no va a garantizarte nada a nadie seriamente. Sólo la consecución de beneficios para sus accionistas o dueños.
No seamos ingenuos. Lo privado cuando está financiarizado por fondos buitre y similares no son empresas, en el sentido clásico. Apenas hay posibilidad de conocer quiénes son sus dueños o responsables, ante los fraudes, quiebras o mala praxis. Ya se vio en las residencias de mayores y la pandemia. Ya se vio con las cadenas de implantología y dentistas. Quebraron, pero antes sus dueños las descapitalizaron y ocultaron su rastro en la huida. Estas quiebras dejaron a mucha gente sin dientes y con los créditos por pagar. Hay que estar atento y vigilar que lo privado cumpla lo contratado o lo concertado, tanto con sus clientes como con el Estado. Pero aquí no se vigila nada. Se reacciona cuando salta el escándalo.
Distinguiendo unas iniciativas privadas de otras, porque no todas son iguales. Las financiarizadas que solo buscan la acreción de beneficios, son iniciativas depredadoras. Están al servicio de grandes fondos buitre o inversores particulares, o gestionadas por gentes con prisa por “hacer pasta”. Sus dueños y gestores viven cómodamente instalados en paraísos fiscales, o nos ignoran desde las partes «nobles» de la ciudad. No estarán preocupados por dar un servicio serio y razonable. Eso no da beneficios anuales rápidos y bien abultados.
Esos proveedores privados de servicios esenciales, como la Sanidad, cuando te tengan bien trincado y los necesites, te dejarán tirado. Porque el beneficio es antes que tú. Entonces leerás la letra pequeña y descubrirás que te han estafado. Entonces acudirás a lo público y lamentaremos haber picado el anzuelo. En sanidad no se trata de pisar mármol en las clínicas privadas y sentirte como un rey.
El camino es mantener y hacer sostenibles las coberturas publicas actuales, estar alerta. No solo criticar sino movilizarse para exigir y supervisar que lo público es eficaz. Exijamos que se supervise lo concertado, o privado, para asegurarnos de que no es una excusa para medrar. Exijamos garantías de que se cumplen los contratos y convenios.
Hay riqueza suficiente para sostener lo que tenemos, dado que nunca antes se amasaron tantas fortunas, en tan poco tiempo, ni el mundo vio tanta prosperidad. El problema es el reparto y la solidaridad en cada sociedad. Ese principio se quiebra, si cada cual se procura lo que necesita por su cuenta, en una sociedad de profundas desigualdades como la nuestra. Seamos conscientes de eso y de que las consecuencias de dejar que se hunda más lo público nos afectará a todos, con independencia del nivel social o lugar de residencia.
No piques y estemos atentos. Seamos activos y solidarios.