Varias personas resultaron heridas, y cuatro miembros de la comunidad originaria Tusca Pacha permanecen detenidos en la comisaría de la ciudad jujeña. Las familias ocupan los terrenos desde hace décadas, y convirtieron lo que era un basurero ilegal en un lugar de producción agrícola y ganadera.
por Notas Periodismo Popular
Este martes, en Palpalá, provincia de Jujuy, miembros de la comunidad originaria Tusca Pacha fueron brutalmente reprimidos por la Policía provincial, en el marco de un desalojo impulsado por el Poder Judicial. Cuatro militantes de Vía Campesina fueron detenidos durante el operativo desplegado, que contó con casi 80 efectivos, disparos con balas de goma y niños heridos.
Eugenia Calvo, militante de Vía Campesina, declaró en diálogo con Notas que Tusca Pacha “es una comunidad que hace décadas que está fundada en la zona, sobre lo que era antes un basurero ilegal”. La justicia de Jujuy ordenó el desplazamiento de las familias, desconociendo la Ley 26.160 de emergencia de la propiedad comunitaria.
Esta normativa, promulgada en el año 2017, declaró por el término de cuatro años la emergencia en materia de posesión y propiedad de tierras que ocupan las comunidades indígenas y campesinas, y suspendió los procesos judiciales de desocupación o desalojo. Eugenia denunció que “el gobierno y el Poder Judicial desconocen el reconocimiento de la comunidad, desconocen la reivindicación del territorio, desconocen los hechos posesorios, las acciones posesorias que han desarrollado las familias en estas décadas”.
“La comunidad Tusca Pacha viene reclamando el reconocimiento de su personería jurídica, viene reclamando el reconocimiento de sus derechos sobre los territorios y de su posesión desde hace ya varias décadas, y esto no lo reconoce ni el Gobierno de la provincia ni el Poder Judicial”, explicó la militante desde Palpalá.
Juana Mamani, presidenta de la comunidad, relató: “Anoche a partir de las tres de la mañana llevaron adelante el atentado, sacando las whipalas y los carteles que decían ‘Tusca Pacha’. Esta mañana muy temprano, la policía rodeó el territorio comunitario, no dejando salir a algunos integrantes a trabajar, ni a quienes regresaban del trabajo”. La policía rompió los ranchos donde viven las familias, y golpeó a quienes resistieron el desalojo.
La ciudad de Palpalá atraviesa un momento de avanzada de la violencia policial de manera exponencial. Días atrás, vecinos y vecinas de la localidad también fueron brutalmente reprimidos durante una movilización en pedido de justicia por los femicidios de Alejandra Nahir Álvarez e Iara Rueda, asesinadas durante la misma semana.
“La policía reprimió a los jóvenes que identificaron a la brigada de investigaciones de la ciudad de Palpalá como responsables de no tomar la denuncia de las desapariciones, de no realizar la búsqueda de estas dos jóvenes que después encontramos muertas”, denunció Calvo, quien destacó que “Palpalá está atravesando una situación super conflictiva y violenta”.
La ocupación de tierras de la comunidad Tusca Pacha se remonta al año 1992, cuando una de las primeras fábricas siderúrgicas del país fue privatizada. En ese momento, miles de familias quedaron desocupadas y expuestas a la punzante crisis económica que desató el proyecto neoliberal en nuestro país. “No es casual que estas familias, por la falta de trabajo, de vivienda y de asistencia del Estado hayan definido tomar estas tierras, que eran basureros ilegales, para poder convertirlas en espacios libres y saludables y de producción periurbana de alimentos”, destacó Eugenia.
Detrás de los reiterativos intentos de desalojos se encuentra la empresa inmobiliaria Sucre, que reclama los terrenos que está ocupando Tusca Pacha, y que cataloga a las familias como “usurpadoras”. Sin embargo, hasta el momento ninguno de los socios de la empresa vive, reside o produce en esas tierras, donde las familias construyeron sus viviendas y desarrollaron una vida de producción periurbana.