Por Ed Holt
– La justicia de Eslovaquia absolvió por falta de pruebas a un empresario con supuestos vínculos con el crimen organizado de ordenar el asesinato del periodista Ján Kuciak, en un fallo que conmocionó a los activistas por la libertad de expresión y avivó la desconfianza en la justicia y la política de la sociedad de este país centroeuropeo.
Marian Kočner fue enjuiciado por el cargo de ser el mandante del asesinato de Kuciak, un reportero de investigación del sitio informativo digital Aktuality.sk.
Kuciak y su prometida Martina Kušnírová, ambos de 27 años, fueron asesinados a tiros en la casa de Kuciak en Velka Maca, a unos 65 kilómetros al este de la capital, Bratislava, en febrero de 2018.
El asesino material confeso, Miroslav Marcek, un sicario de 37 años, fue declarado culpable a principios de este año de asesinar a la pareja y fue condenado a 23 años de cárcel.
Pero un Tribunal Penal Especial dictaminó el jueves 3 que no había pruebas suficientes que demostrasen que Kočner ordenase el crimen. Alena Zsuszova, procesada por contratar al asesino, también fue absuelta, mientras un tercer procesado, Tomáš Szabó, si fue hallado culpable de participar en los asesinatos y condenado a 25 años de prisión.
«Estamos sorprendidos y decepcionados de que después de una larga investigación, el proceso legal haya terminado con este veredicto. Este es un día triste para la libertad de prensa y de expresión en Eslovaquia e internacionalmente», dijo a IPS Tom Gibson, representante para la Unión Europea (UE) del Comité para la Protección de Periodistas (CPJ).
La sentencia, aseguró, “ha enviado una señal potencialmente muy escalofriante a otros periodistas de que no pueden ser protegidos y no pueden hacer su trabajo de manera segura».
Los asesinatos de Kuciak y Kušnírová conmocionaron a Eslovaquia y dieron lugar a la mayor ola de protestas desde la caída del comunismo en este país de 5,4 millones de personas.
El escándalo obligó a dimitir al entonces primer ministro, Robert Fico, y el ministro del Interior, Robert Kalinak, a los que sumó más tarde el jefe del servicio de policía.
La policía dijo que los asesinatos estaban relacionados con el trabajo de Kuciak como periodista de investigación, que en sus últimos artículos había sacado a la luz presuntos vínculos entre la mafia italiana y el partido Dirección-Socialdemocracia (Smer), de Fico, ahora la principal fuerza opositora eslovaca.
La investigación posterior desveló vínculos entre políticos, fiscales, jueces y policías y el grupo presuntamente involucrado en los dos asesinatos.
En el centro de la trama se ubicaba a Kočner, una figura controvertida del mundo empresarial eslovaco, frecuentemente vinculada a presuntos delitos graves y que en una causa separada ya fue sentenciado a principios de este año a 19 años de cárcel por falsificación de pagarés.
Los fiscales argumentaron en el tribunal que Kočner había ordenado el asesinato en venganza por los artículos que había escrito sobre los negocios ilegales del multimillonario.
Aunque no se le acusó de autor material, para muchos Kočner fue la figura central del juicio y un símbolo de corrupción profundamente arraigada en los más altos niveles del Estado eslovaco.
Antes de iniciarse el juicio, los periodistas y analistas políticos coincidían en que este sería un hito en la historia de Eslovaquia.
El veredicto, se adujo, sería determinante para restaurar la confianza social en el Poder Judicial, tras desnudarse durante la investigación del caso su corrupción interna y las prácticas mafiosas de algunos estamentos judiciales.
Tras emitirse la sentencia, muchos periodistas locales se declararon conmocionados y decepcionados, mientras otro grupo manifestaba su enojo por una resolución que le resultaba incomprensible a la luz de las pruebas mostradas durante el juicio contra el empresario.
El sentimiento general expresado es que la justicia falló a las víctimas y a sus familias, porque su asesinato seguía sin castigo para el autor o autores intelectuales.
Christophe Deloire, secretario general del organismo de control de la libertad de prensa y de expresión Reporteros sin Fronteras (RSF), describe las absoluciones como «un gran fracaso de los órganos de investigación y del Poder Judicial».
«Esperábamos que Eslovaquia diera un ejemplo positivo con el enjuiciamiento y condena de los crímenes contra periodistas. En cambio, permanecemos en una situación de impunidad. ¿Quién ordenó el asesinato de Ján Kuciak? ¿Por qué fue asesinado? Deberíamos tener una respuesta clara», agregó.
Independientemente de las fallas judiciales que puedan o no haber llevado a la sentencia, se espera que tenga serias repercusiones en Eslovaquia y otros países y algunos argumentan que es un serio revés en la lucha contra la impunidad y la garantía de justicia.
Pavol Szalai, jefe de la Oficina de la Unión Europea y los Balcanes de RSF, dijo a IPS: «Este veredicto es el mayor revés para la libertad de prensa en Europa desde el asesinato en sí”
“Durante esta investigación y el proceso judicial, Eslovaquia fue vista como una isla de esperanza en Europa y hoy una fuerte señal de esperanza podría haberse enviado a otros países” del entorno, explicó.
Pero ahora, añadió, sucede todo lo contrario.
“Con el sistema de justicia eslovaco incapaz de identificar y llevar ante la justicia a la persona o personas que ordenaron estos asesinatos a pesar de la gran presión pública y política para hacerlo, ¿cómo se puede esperar que otros países, como Serbia, por ejemplo, lo hagan? «, reflexionó pesimista.
Gibson, por su parte, agregó que “este caso fue seguido de cerca a nivel internacional y para las instituciones europeas, especialmente, fue un caso importante en términos de fortalecimiento de la libertad de prensa en Europa”.
«Una de las cosas importantes sobre el asesinato de Ján Kuciak fue que era un periodista que trabajaba en historias de investigación que involucraban información sensible y hay periodistas en muchos otros países que realizan un tipo de trabajo similar”, recordó.
Para el activista “este caso fue una especie de símbolo sobre la necesidad de proteger a los periodistas de otros países que realizan un trabajo similar «.
La fiscalía eslovaca apeló de inmediato al veredicto, por lo que el caso pasará ahora a la Corte Suprema de Justicia, que lo validará o devolverá el caso a un tribunal para que lo vuelva a procesar.
Sin embargo, se espera que pasen meses antes de que el máximo tribunal emita su dictamen y si ordena un nuevo juicio pasarán años antes de un nuevo veredicto, que también podría ser apelado.
Algunos observadores temen que esto pueda conducir a una erosión total de la confianza en el Poder Judicial eslovaco, ya debilitado por esta sentencia.
“Si finalmente las personas que ordenaron los asesinatos no son encarceladas, Eslovaquia arrastrará este caso como un trauma y no quedará confianza alguna en el sistema de justicia eslovaco, dijo a IPS la periodista Zuzana Petkova, quien trabajó con Kuciak en algunas investigaciones.
A su juicio, “ya después del veredicto de hoy, hay mucha menos confianza en el sistema», aunque precisó que “este no es el final del caso”.
El organismo de control anticorrupción Transparencia Internacional Eslovaquia, escribió en una publicación de Facebook: «Debe ser una prioridad máxima para la Corte Suprema y los organismos encargados de hacer cumplir la ley evitar que este caso se convierta en el último clavo en el ataúd de la confianza del público en el Poder Judicial y la justicia en Eslovaquia «.
Muchos políticos reconocieron abiertamente su conmoción por el veredicto e instaron a la gente a seguir confiando en que todos los responsables de los dos asesinatos serán finalmente castigados por la justicia.
Pero algunos de los que siguieron personalmente el juicio en el tribunal especial tienen una visión más pesimista.
Drew Sullivan, editor del Proyecto sobre Crimen Organizado y Corrupción, aseguró a IPS que tiene pocas expectativas de que alguna vez los autores intelectuales de este crimen sean condenados.
«El fallo fue una gran decepción, aunque no completamente inesperada. Las figuras experimentadas del crimen saben cómo aislarse de sus crímenes y por eso no hubo evidencia forense directa de la participación (de Kočner)”, analizó.
Pero acotó que “sí hubo testimonios y evidencias circunstanciales clara de su participación. Si hubiera sido una persona común, habría sido declarado culpable en base al testimonio de testigos, pero los tribunales no aceptan el testimonio de los plebeyos contra la clase dominante”.
A su juicio pese a ser evidente por las llamadas pruebas indirectas su papel como autor material, Kočner “es rico y poderoso” y eso ayuda a su impunidad a que ha causado y seguirá causando problemas a la democracia de Eslovaquia.