La educación a distancia está demostrando la importancia que docentes cuenten con habilidades socioemocionales y la necesidad de tomar conciencia que el sistema educacional debe volver a privilegiar las relaciones humanas. O al menos, que las ponga al mismo nivel que los aprendizajes de contenidos. Solo así tendremos jóvenes formados para enfrentar la vida en todas sus dimensiones: social, ciudadana, laboral y familiar.
Las autoridades de educación en todo el mundo, incluyendo las organizaciones internacionales, están poniendo el énfasis en aprendizajes de contenidos y no en desarrollo socioemocional de estudiantes y en salud socioemocional de docentes. A pesar de la pandemia, nos siguen presionando por resultados cuantitativos y nos amenazan con significativas pérdidas de ingreso futuro por los estudiantes. El Banco Mundial, líder en promover contenidos y débil en apoyar las relaciones interpersonales y el desarrollo socioemocional de la población, ha publicado un estudio en que estima la perdida de ingresos en US$16.000 o $12.500.000 (Chile) en la vida laboral si no se compensa la pérdida de aprendizajes.
La educación no es solo aprender contenidos. En época de pandemia he tenido el privilegio de dialogar con más de mil docentes y profesionales de la educación sobre emociones. Al iniciar el diálogo planteo el siguiente desafío: hagan recuerdo de quién fue durante su época de estudiante su mejor profesora o profesor. Luego los invito a que respondan para sí la pregunta: Ese recuerdo está basado en el conocimiento que tenía esa persona o por su humanidad, cercanía o buen trato.
Sin excepción la respuesta ha sido que el mejor recuerdo está asociado a personas con humanidad que nos hacían sentir que éramos importantes; y agregan que eran esas asignaturas en las que más se aprende y las que más se aprecian.
Y también pregunto por el recuerdo de auxiliares a lo que la respuesta es similar, siempre hubo un portero, aseador, secretaria o administrativo que se destacaba por su humanidad y, hasta el día de hoy, nos recordamos, no solo de su persona, sino también de sus nombres.
Detengámonos a mirar lo que sucede en el aula y en la escuela para diseñar los programas educativos. Tampoco olvidemos mirar lo que sucede en el ámbito laboral. Siempre tengo presente lo que afirmó un gerente de recursos humanos: “en las empresas contratan personas por sus conocimientos y las despiden por sus pocas habilidades socioemocionales”.
La escuela debe recuperar el sentido de humanidad. La educación a distancia, que también es escuela, debe buscar construir el sentido de comunidad, priorizar la socialización de jóvenes y también de adultos, solo así cumpliremos el objetivo de la educación: tener jóvenes formados para enfrentar la vida en todas sus dimensiones: social, ciudadana, laboral y familiar.