por Leonel Ayala
Al amanecer de este día 4 de septiembre, fue encontrado atado de manos, con señales de tortura y perforaciones de bala en su cabeza, el activista por la paz, miembro de Mundo sin Guerras y sin Violencia (MSGySV), Julio Andrés Pineda Díaz. Este asesinato se produce en medio de la creciente violencia que tanto dolor y sufrimiento causan al pueblo hondureño.
Las restricciones a la libre movilidad ciudadana, como estrategia gubernamental para el control de la pandemia COVID-19, no impide el auge del narcotráfico, constantes masacres, secuestros y desaparecones de líderes populares; especialmente de los que defienden los derechos de los pueblos originarios.
Julio Pineda, de 35 años de edad, abogado de profesión, fue uno de los voceros de la primera Marcha Centromericana por la Paz, que recorrió las principales ciudades de la región en septiembre de 2017. Para las próximas elecciones del Equipo Coordinador Mundial de Mundo sin Guerras y sin Violencia, iba a ser candidato por Honduras, para participar en este proceso mundial que elige a reconocidos pacifistas de más de un centenar de naciones, donde esta organización tiene presencia.
En un pronunciamiento de MSGySV Honduras, se denuncia este asesinato y exige a las autoridades la pronta investigación y castigo a los responsables. Además, solicita a los organismos internacionales y países cooperantes que hacen donaciones, préstamos y otras ayudas, que suspendan estos beneficios al actual gobierno de Honduras, porque solo han servido para incrementar la corrupción y otras formas de violencia.