De cara a las próximas elecciones presidenciales, Ecuador se encuentra en medio de la presión que ejerce el gobierno de Donald Trump, a través de su asesor principal para el Hemisferio Occidental, Mauricio Claver- Carone, quien hizo un llamado al FMI (Fondo Monetario Internacional) para implementar un nuevo programa de préstamos para Ecuador y así allanar el camino hacia un acuerdo de pago con los prestamistas. Claver ha declarado que existe “máxima voluntad política” por parte de Ecuador para renegociar la deuda.
El plazo para llegar a un acuerdo, vence el 1 de septiembre del presente año y aunque el presidente Lenin Moreno no se postuló a la re elección, el gobierno norteamericano espera que el próximo presidente que no rompa relaciones con el FMI y acepte una reforma económica respaldada dicho organismo.
Según encuestas, los candidatos más opcionados son Guillermo Lasso con el 17% y Andrés Aráuz con el 11%. El primero ha declarado que considera importante el apoyo del FMI, mientras que Aráuz ha dicho que apoyaría el programa del FMI siempre y cuando el organismo no intervenga en la libertad del país para el diseño e implementación de sus políticas públicas, sea claro sobre los flujos salientes de capital y entienda la importancia de preservar la liquidez interna. Como expresó en una entrevista: “Tenemos que evitar el escenario argentino”.
El tema se vuelve delicado porque vemos que Claver-Carone está trabajando para dirigir el BID (Banco Interamericano de Desarrollo), así el gobierno norteamericano tendrá control de todo el continente; además, está relacionado con el actual Ministro de Economía y Finanzas de Ecuador, Richard Martínez. Sobre Richard Martínez y Nigel Clarke (Ministro de Finanzas de Jamaica), Claver-Carone expresó: “Me encantaría reclutar a Richard y Nigel” para altos cargos, declaración que crea un conflicto de intereses personales en el proceso de negociación con el FMI.