El presidente Ibrahima Boubacar Keita (IBK) anunció en la tarde del martes 18 de agosto de 2020 su renuncia, la de su gobierno y la disolución de la Asamblea Nacional.
La salida se produjo tras su detención por la tarde, junto con la de su Primer Ministro y sus oficiales antes de ser dejado en el Campamento Estratégico Kati, situado a unos quince kilómetros de la capital Bamako.
La organización subregional CEDEAO, no permaneció impasible ante los golpistas que provocaron la caída del régimen de IBK. En una declaración publicada el martes por la noche, preocupada, la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental – CEDEAO – recuerda que «esta toma de poder se produce en un contexto de difícil crisis sociopolítica. De hecho, la CEDEAO señala que ha participado en un proceso de mediación durante más de dos meses para encontrar una solución a esta crisis».
La articulación supranacional condena «este golpe de fuerza de los golpistas militares malienses, que probablemente tendrá un impacto negativo en la paz y la estabilidad de Malí y de la subregión». Por consiguiente, la CEDEAO decidió «condenar en los términos más enérgicos posibles el derrocamiento por los golpistas militares del Gobierno del Presidente Ibrahim Boubacar Keita, elegido democráticamente».
En el mismo sentido, «niega categóricamente toda forma de legitimidad a los golpistas y exige el restablecimiento inmediato del orden constitucional; recuerda a los militares su responsabilidad en la seguridad del Presidente Ibrahim Boubacar Kéita y de los funcionarios detenidos …»;
Exige la inmediata liberación del Presidente Ibrahim Boubacar Kéita y de todos los funcionarios detenidos; suspende a Malí de todos los órganos de decisión de la CEDEAO con efecto inmediato, de conformidad con el Protocolo Suplementario sobre la Democracia y la Buena Gobernanza, hasta que se restablezca efectivamente el orden constitucional; decide cerrar todas las fronteras terrestres y aéreas y detener todas las corrientes y transacciones económicas, comerciales y financieras entre los países miembros de la CEDEAO (…) y Malí y pide a todos los asociados que hagan lo mismo;
La declaración pide, además, la inmediata intensificación de la Fuerza de Reserva de la CEDEAO; la inmediata aplicación de un conjunto de sanciones contra todos los golpistas y sus asociados y colaboradores;
Por último, la organización «decide enviar una delegación de alto nivel para garantizar el inmediato retorno al orden constitucional.”