Howie Hawkins, candidato presidencial del Partido Verde, dijo hoy que los esfuerzos del Partido Demócrata para evitar que él y la candidata a vicepresidenta Ángela Walker aparezcan en la las papeletas electorales de los estados equivale a la supresión del voto, lo que rivaliza con los esfuerzos más conocidos de Trump y los republicanos para socavar la democracia.
El Partido Verde citó los esfuerzos del Partido Demócrata que busca bloquear a la oposición verde para que no aparezca en la papeleta electoral este año en Wisconsin, Pensilvania y Montana. Los verdes han presentado demandas judiciales sobre el acceso a las papeletas electorales en varios estados. Cinco partidos independientes han demandado al gobernador Andrew Cuomo y al estado de Nueva York por leyes recientes que buscan eliminarlos. La mayoría de los estados han rechazado los llamados para reducir los requisitos de acceso a las papeletas este año a pesar de que la pandemia hace que sea extremadamente peligroso e inseguro recolectar las firmas de las peticiones en persona.
La enorme cantidad de fondos, personas voluntarias y tiempo dedicado a navegar por el campo de obstáculos que implica el proceso de acceso a las papeletas electorales desvía los recursos limitados que los verdes tienen para contactar a los votantes en las elecciones generales.
“El mito de que Estados Unidos es un modelo de democracia se enseña en las escuelas estadounidenses y se refuerza en los principales medios de comunicación. La realidad es muy diferente. Estados Unidos es una de las tres únicas democracias que no utiliza la representación proporcional, donde los escaños legislativos se asignan en función del porcentaje de votos. A diferencia de otros países, las campañas se financian mediante el soborno legalizado de operaciones privadas de recolección de fondos bajo los intereses especiales de la riqueza”, señaló Hawkins. “Las leyes permeables de financiamiento de campañas permiten que el dinero oscuro, de origen no revelado, ingrese en las finanzas de las elecciones. Las resoluciones de la Corte Suprema han declarado que el gasto electoral de los ricos y los intereses especiales son una forma de libertad de expresión protegida. Luego, los dos partidos redactan leyes de acceso a las papeletas electorales que son mucho más difíciles de cumplir que otras democracias, para evitar la amenaza de terceros partidos, de los independientes y de los candidatos insurgentes”, señaló Hawkins.
“La supresión de los partidos es una forma de supresión de los votantes. En lugar de buscar limitar las opciones disponibles para los votantes el día de las elecciones, para ofrecer solo candidatos de los dos partidos financiados por las corporaciones, el Partido Demócrata debiera unirse a los verdes en la lucha contra los esfuerzos republicanos para evitar que los estadounidenses voten. El ataque abierto de Trump a la Oficina Postal de Estados Unidos para dificultar la votación por correo es especialmente indignante”, señaló Hawkins.
Ambos partidos han perjudicado el derecho a votar, al dificultar a los residentes de bajos ingresos, a los estudiantes y a quienes rentan espacios para vivir, acceso al proceso de inscripción electoral, mediante la eliminación de listas de votantes, la reducción de los lugares de votación y de las máquinas para sufragar en comunidades de color y vecindarios pobres. El objetivo es crear largas filas de espera y bloquear el derecho al voto, incluyendo el derecho al sufragio de personas con antecedentes criminales. Los republicanos tienden a hacer esto durante el ciclo electoral, mientras que los demócratas suelen centrarse más en las primarias, excepto cuando los verdes los desafían en las elecciones generales.
Hawkins señaló que el esfuerzo de los demócratas para bloquear el apoyo a los verdes puede dañar a los mismos demócratas. La presencia de candidatos verdes estimula a los votantes a salir a sufragar, personas que de otro modo se quedarían en casa. Muchos votantes que acuden a las urnas para apoyar a los candidatos verdes terminan votando por candidatos demócratas en elecciones donde la competencia presidencial influye en otras elecciones más locales. El 61% de los votantes de la candidata presidencial del Partido Verde de 2016, Jill Stein, se habrían quedado en casa según las encuestas a boca de urna. La presencia de Ralph Nader el año 2000 atrajo a más votantes que también votaron por Marie Cantwell, lo que le benefició para ganar una carrera reñida en Washington, lo que a su vez permitió a los demócratas tomar el control del Senado de los Estados Unidos.
Los demócratas buscan rutinariamente sacar a los verdes de la papeleta electoral aludiendo a problemas técnicos sobre la base de reglas escritas por los dos partidos. En el estado de Pensilvania, se ha intentado cobrar a los candidatos decenas de miles de dólares por los honorarios de los abogados que desafiaron las peticiones verdes para estar en la papeleta electoral. Los demócratas están atacando la inscripción presidencial del Partido Verde con la práctica común de inscribir a candidatos suplentes que son reemplazados una vez que la convención nacional de nominación confirma su fórmula presidencial. En Wisconsin, los demócratas están confrontando judicialmente al Partido Verde porque la candidata a vicepresidenta Ángela Walker se mudó durante el período de solicitud. La campaña notificó a la comisión electoral de Wisconsin y siguió sus instrucciones. En Montana, los demócratas acosaron a 600 personas para que eliminaran sus nombres de las peticiones que se habían presentado.
Uno de los propósitos de las campañas presidenciales verdes es asegurar la inscripción electoral del partido, para que pueda presentar más fácilmente a candidatos locales, estatales y federales en el próximo ciclo electoral. En 40 de los 50 estados, el voto verde en la carrera presidencial determina si un partido consigue el derecho a competir más fácilmente en el próximo ciclo electoral. En la mayoría de los estados, se necesita 1%, 2%, 3% o 5% del voto popular para presidente para ganar la calificación y estar en las boletas electorales.
Los requisitos de acceso a la papeleta electoral en los Estados Unidos son mucho más onerosos que en otras democracias electorales. Si los verdes no logran esa inscripción sobre la base del voto presidencial, entonces deben hacer peticiones de nominación independientes que son más engorrosas y difíciles.
Para la Cámara de Representantes, por ejemplo, un independiente debe obtener miles de firmas en muchos estados: 3.500 en Nueva York; más de 4.000 en Arizona; más de 15.000 en Illinois; más de 20.000 en Georgia y Ohio; más de 30.000 en Alabama; y más de 40.000 en Indiana. En comparación, si un candidato desea postularse como independiente para la Cámara de los Comunes en el Reino Unido, se necesitan 10 firmas. En Nueva Zelanda 2 firmas, en Australia 50, en Canadá 100 (o 50 en distritos rurales), y en Alemania, 200.
“Boss Tweed en la ciudad de Nueva York solía decir que estaba feliz de permitir que los votantes seleccionaran al ganador siempre que él pudiera seleccionar a los candidatos. Eso es lo que hoy todavía hacen los demócratas y republicanos. El Partido Verde desafía el duopolio político financiado por intereses especiales corporativos. La supresión de partidos y otras formas de restricción a los votantes son la razón por la que un supremacista blanco y estafador puede ser elegido presidente”, dijo Hawkins.