E incluso ayer, 23 de junio, Israel tuvo su ración de sangre palestina inocente. El nuevo mártir, Ahmad Mustafa Ereikat, fue asesinado sin motivo alguno a las puertas de Belén, en uno de los muchos puestos de control, el llamado «container» (contenedor).
Ahmad, un chico de 27 años, se dirigía a recoger a su madre y a su hermana de la peluquería para ir juntos a la boda de su hermana. Hubiera sido un día feliz, escandaloso y divertido como las bodas palestinas, tanto musulmanas como cristianas. En julio, sin embargo, el novio sería él y esperándolo para la gran fiesta también estaba su prometida. Pero los asesinos con uniforme, como es bien sabido del ejército israelí, lo acribillaron con ametralladoras y lo dejaron desangrándose hasta la muerte – more solito (como de costumbre) – tirado allí, en el suelo, como un manojo de trapos. Crimen sobre crimen, comportamiento digno del Chile de Pinochet y no de un estado de derecho.
¿Qué hizo Ahmad para que lo mataran así? Digamos que, como dice un importante periodista judío-israelí, Gideon Levy, la sangre palestina es una mercancía gratis para Israel y, por lo tanto, se puede tirar sin tener que pagar ninguna pena o sufrir sanciones sobre la base del derecho internacional, como lo demuestran 72 años de crímenes regularmente impunes. ¡Hay que decir esto, pero Ahmad había hecho algo de todos modos para que los militares con la estrella de David lo hirieran gravemente y luego lo dejaran desangrarse en el suelo agonizando por una hora y media hasta la muerte!
Sí, Ahmad tuvo «una culpa», llegó tarde y su madre y su hermana lo esperaban en el salón de belleza donde se habían arreglado los peinados para la boda. El apuro lo traicionó. Al llegar al punto de control, una rueda chocó con el bordillo y se bajó para ver el daño. Los militares israelíes están nerviosos y temerosos y, sobre todo, saben que pueden calmar su miedo confiando en la ametralladora, ¡así que la sangre palestina no se paga!
Esto es lo que Ahmad había hecho, salió del coche para comprobar los daños laterales. Pagó con una muerte lenta, más lenta que la asfixia sufrida por el pobre George Floyd bajo la rodilla de un asesino de policías de EE.UU. que con razón indignó al mundo antirracista. Una hora y media para perder toda su sangre y terminar su vida a los 27 años así. Este es sólo uno, por el momento el último hasta nuevo aviso, de las decenas de miles de asesinatos impunes, hijos naturales de la ilegal ocupación israelí de los Territorios Palestinos.
¿Dónde están los principales medios de comunicación que comandan la opinión pública? Aquellos que han multiplicado con razón su indignación por el último asesinato gratuito de un afroamericano inocente… ¿Aquellos que han enriquecido sus informes con fotos de opresores siendo derrotados?
¿Llegará un día el iconoclasta dispuesto a demoler la estatua de Ben Gurion para la aclamación de las multitudes oprimidas por un Estado autoproclamado que siempre ha pasado por alto la legalidad internacional? ¿Y qué dirán entonces los medios de comunicación del sistema? Esta respuesta pertenece al futuro, nos corresponde sólo examinar el presente, y el presente nos pregunta por qué el silencio de los principales medios de comunicación frente a las desbordantes vidas palestinas y los derechos universales operados por Israel, el Estado judío en el que muchos judíos no se reconocen a sí mismos, pero el mismo que demasiados judíos y sionistas internacionales apoyan.
Si la justicia no es justicia para todos, es corrupción. Es por eso que la ONU, la UE y cada gobierno de los países autodenominados democráticos, incluida Italia, deberían salir del comportamiento insensato o tolerante o directamente cómplice de Israel, probablemente abandonando los negocios lucrativos sí, pero dando una patada a la corrupción que implica su condescendencia y/o su complicidad directa con un Estado que no respeta, y nunca ha respetado, ni las Resoluciones de la ONU, ni los derechos de las personas cuyas tierras ha invadido.
Sólo las sanciones en el marco de la legalidad internacional pueden detener a Israel, como siempre hemos sabido, pero el tiempo se ha agotado y el recuerdo de la fachada o las vibrantes protestas ya no son suficientes: o bien nos ponemos del lado de la justicia y condenamos a Israel con sanciones graves, o bien nos ponemos del lado de los criminales y fomentamos la perpetuación de sus crímenes hasta el punto de apoyar, de hecho, la corrupción moral, jurídica y política alimentada descaradamente por Trump y llevada a cabo por los Netanyahu y Ganz de hoy y por los muchos Sharon, Begin Shamir, Eshkol y muchos otros de ayer.
Pero quizás los principales medios de comunicación están esperando el 1 de julio, la fecha «prometida» para la anexión ilegítima e ilegal, o el robo, de otros territorios palestinos para dar una respuesta que, imaginamos, será la esperada, sabiendo muy bien que «la cuarta potencia» es fiel aliada y caja de resonancia de las narraciones dictadas por el Poder.
Pero a veces sólo hace falta el famoso aleteo de las alas de una mariposa que sabe dónde cambiar equilibrios que parecían inamovibles. ¡Quién sabe si algunos creadores de opinión de «alto linaje» no rompan las líneas por ese batir de alas! Sería un regalo para la justicia y, por lo tanto, para toda la humanidad. Y seguramente los mártires inocentes, aunque no recuperen sus vidas, tendrán el reconocimiento y el respeto que se les debe.
Aquí el video
Traducido del italiano por Estefany Zaldumbide