La tecnología de reconocimiento facial china se volvió una aliada de Argentina en la batalla contra el nuevo coronavirus (COVID-19), al ayudar a que se respeten medidas como el distanciamiento social y el uso de mascarillas, o controlando la temperatura corporal de usuarios antes de ingresar a trenes y autobuses.
Esta semana, el Ministerio de Transporte de Argentina, mediante la empresa estatal Trenes Argentinos Operaciones (TAO), comenzó la etapa de prueba de nuevos equipos tecnológicos de control en los molinetes de acceso a la neurálgica Línea Mitre de trenes, en la estación terminal ubicada en el barrio de Retiro, al norte de la capital argentina.
«Esta tecnología tiene la capacidad de detectar si la persona posee síntomas de la COVID-19, la temperatura, y cuando la enfoca la pantalla, puede determinar si tiene colocado el barbijo o no», sostuvo el gerente de la Línea Mitre, Iván Kildoff.
Los dispositivos cuentan con una cámara térmica que permite lecturas de temperatura a distancia desde 1,8 metros y, por medio de analíticas de video, detecta si la persona está utilizando correctamente el barbijo o la mascarilla.
«Si la temperatura no es la indicada, no podría acceder a la zona de andén para subir al tren», afirmó el funcionario.
La tecnología china está conectada a un centro de monitoreo y envía una señal de alarma que activa una luz o sirena, y también permite capturar el rostro de personas que hayan tenido lecturas de temperatura elevada, para poder realizar el seguimiento de esos casos.
La tecnología se suma a otros elementos de seguridad e higiene establecidos para el transporte público de Buenos Aires, reservado para trabajadores que desempeñan tareas esenciales, con la finalidad de proteger a usuarios y también a operarios del sistema ferroviario.
La batalla contra la COVID-19 en Argentina incluye también el despliegue de cámaras termográficas chinas para prevenir contagios de la enfermedad en autobuses de Buenos Aires, provistos por la firma china Dahua Technology.