Por Ximena Soza
Siendo las tres de la madrugada en Chile continental comienzo a escribir estas letras sin saber si serán publicadas antes de recibir una noticia trágica acerca de la vida del machi Celestino Córdova, quien a 74 días de huelga de hambre ha sido trasladado al hospital de Imperial debido a su grave estado de salud. Las escribo estando aun a tiempo, porque el corazón del machi aun late, lento, pero late. A tiempo de que podamos hacer algo para interceder por él ante un gobierno que nuevamente ha dejado en evidencia su indolencia, su falta de voluntad política, su racismo y su sistemática violación a los derechos humanos.
El corazón del machi late ahora 43 pulsaciones por minuto, el domingo pasado latía 50 pulsaciones por minuto, es decir, cada día que pasa su corazón se apaga. El corazón de un adulto promedio late entre 60 y 100 pulsaciones por minuto, el estado de salud del machi es de extrema gravedad. Su cuerpo ya tiene secuelas de la huelga de hambre en la que estuvo en el año 2018, cuando exigía volver a su rewe o lugar sagrado. Las consecuencias de salud en el caso de huelgas de hambre prolongadas pueden ser daños permanentes. Con el deterioro del funcionamiento de órganos vitales, tales como el hígado, el páncreas y los riñones, se pueden desarrollar enfermedades crónicas. Las personas en estas circunstancias presentan problemas neurológicos ya que la falta de azúcar produce un daño a nivel del tejido neuronal. Los huelguistas pueden desarrollar Hipocalemia por la falta de potasio e hipoglucemia, además de una baja de proteínas y vitaminas y un deterioro a nivel óseo.
El Machi Celestino, a pesar de su grave estado de salud y su deterioro previo insiste en su huelga de hambre y advierte que la próxima semana extremaría las medidas de su huelga, pasando de un ayuno liquido a un ayuno seco. El machi está dispuesto a morir y ha incluso enviado un mensaje a su pueblo y al estado en caso de su muerte “En un posible fallecimiento le pido a mi pueblo nación mapuche, a no bajar la guardia a luchar hasta hacer que el Estado chileno se coloque a la disponibilidad de devolver nuestro territorio ancestral mapuche, los recursos naturales vuelvan a todos sus habitantes que hoy muchos de ellas y ellos se encuentran privadas y privados de libertad por parte del Estado chileno, provocándoles mayores daños y perjuicios en el ámbito espiritual, personal y socioeconómico». El longko Alberto Curamil dijo en una entrevista que los Mapuche ponían el cuerpo para llevar su mensaje, en el caso del machi y los otros presos políticos en huelga de hambre ellos están poniendo su cuerpo, su vida y su espíritu en la línea para ser escuchados.
La petición del machi, de los 8 presos políticos de Angol y los 11 presos políticos de Lebu es que se respete su derecho consuetudinario, nada mas y nada menos. El convenio 169 de la organización internacional del trabajo OIT, adoptado en Ginebra en 1989, dice claramente que los pueblos indígenas tienen derecho a vivir de acuerdo con sus creencias y costumbres. El artículo 9 en su primer párrafo dice: “en la medida en que ello sea compatible con el sistema jurídico nacional y con los derechos humanos internacionalmente reconocidos, deberán respetarse los métodos a los que los pueblos interesados recurren tradicionalmente para la represión de los delitos cometidos por sus miembros” y el artículo 10, en sus párrafos 1 y 2 declaran que “cuando se impongan sanciones penales previstas por la legislación general a miembros de dichos pueblos deberán tenerse en cuenta sus características económicas, sociales y culturales” y que “deberá darse la preferencia a tipos de sanción distintos del encarcelamiento”, por lo cual, los presos políticos mapuche están en todo su derecho de cumplir sus penas en sus comunidades.
En el contexto de la pandemia muchas personas privadas de libertad han recibido un cambio de las medidas cautelares, pudiendo estos cumplir sus condenas o esperar sus juicios bajo arresto domiciliario ninguna de esas personas ha sido mapuche. Incluso violadores de derechos humanos acusados de cometer crimines de lesa humanidad han sido enviados a sus casas, pero presos mapuche a los que ni siquiera se les ha establecido una condena están en la cárcel en situaciones de salubridad precaria, hacinamiento y expuestos al virus Covid 19.
Ser machi y estar privado de libertad es un castigo que no solo castiga al imputado, sino que a toda su comunidad, porque sin el machi la comunidad se ve privada de la celebración de rituales, la entrega de medicina y de visión de su líder espiritual. El encarcelamiento del machi trasgrede el derecho consuetudinario de un hombre y de un pueblo a que sea respetada su religiosidad, sus símbolos y sus lugares sagrados. Da la señal de que las creencias y los roles de las comunidades mapuche no son importantes y pueden ser restringidos y vulnerados.
En estas semanas se han presentado nuevos casos de miembros de comunidades mapuche siendo detenidos arbitrariamente en sus comunidades, comunidades mapuche siendo fuertemente intervenidas por fuerzas especiales de la policía, marchas pacíficas en apoyo a los presos políticos mapuche siendo reprimidas, mujeres mapuche siendo llevadas a la cárcel y hombres mapuche siendo brutalmente golpeados. Es difícil anticipar cuanta hambre, cuanto desgaste, cuantas muertes y cuantas detenciones tendrá que sobrevivir el pueblo mapuche antes de que logre tener la libre determinación que por derecho le corresponde según lo acordado el tratado de Trapihue firmado en 1825 que los identifica como nación.
Siendo las tres de la tarde en Chile continental termino de editar estas palabras ante la noticia de que el machi Celestino Córdova se encuentra estable, pero sé que eso no será así por mucho tiempo si es que la huelga de hambre continua, si es que la huelga se transforma en una instancia de protesta tan extrema como la huelga seca, si es que el corazón del machi sigue bajando la frecuencia de su latido, si es que el estado chileno se sigue negando a seguir el convenio al que se ha subscrito, si es que la comunidad internacional no apela a la presión que puedan ejercer sus líderes y si es que el gobierno de Sebastián Piñera no hace nada, lo que en este caso es hacer, hacer lo mismo que hasta ahora; demostrar que en su gobierno las vidas mapuche no importan.