Poema
Oye mi voz que llega
es apenas un hilo
una onda que vuela jugando con las hojas
te despierta un suspiro que le canta a la estrella
y tocando tus dedos te viste de amapolas.
Yo me acerco a tu oído
te recito tu nombre
y recojo los oros en la espiga de trigo.
Te amanezco en mis sueños
te perfilo en mi noche
te retengo en mis ojos
y aprendo a ir contigo.
Te respiro en los pétalos carmesí de la rosa
en las vides moradas
en el sereno olivo
en el bosque de nobles y ancestrales amigos
en el humo que marcha señalando tu norte.
Yo te aspiro en tu pelo te recorro y te sigo
por las líneas que muestran un camino de siglos
y tu aroma es recuerdo profundo y escondido
tu mirada es el mundo que yo siempre he querido.