Entrevistamos a la doctora humanista Gabriela Meléndez, que trabaja en el área de Salud Mental, porque nos ha impresionado su compromiso social ampliamente demostrado durante el confinamiento en el que nos encontramos en Chile desde hace ya varios meses.
Para comenzar, quisimos que nos explicara qué es lo que ha estado haciendo durante este tiempo, desde que el coronavirus nos recluyó en nuestras casas…
Gabriela Meléndez: Al principio estaba trabajando en la urgencia psiquiátrica, en atenciones presenciales y en el COSAM, con seguimiento a los usuarios, telefónico o por vídeo llamada, apoyando la gestión para llevarles los medicamentos a domicilio. Con algunas atenciones presenciales también. Se organizaron turnos de semana por medio. Hace un par de semanas me encuentro con licencia médica.
Además he estado participando en un cabildo territorial, desde donde armamos una campaña de apoyo vecinal solidario en la Comuna de Peñalolen. Junto con eso he participado en varios ámbitos de construcción cívica: en el Colegio Médico (departamento de Salud Mental y departamento de Derechos Humanos), en el Centro de Estudios Humanistas Aletheia, también en el Partido Humanista (Tribunal Supremo, coordinadora de salud), en el Grupo de Estudio para apoyar al proceso Constituyente Soberano (aún sin nombre), y en el Cabildo ciudadano por la salud.
Pressenza: Desde la Comisión de Salud Mental del Colegio Médico en la que participas, ¿cómo ven la situación?
Gabriela Meléndez: La verdad es que este ámbito está en proceso reciente de articulación. Hay opiniones personales de sus miembros que te puedo transmitir. Hay mucha preocupación, tanto por el impacto de la pandemia y también por el proceso de aislamiento y desestructuración social, sobre la salud mental de la población. La gente lo está pasando muy mal por la crisis económica, la pobreza, el desempleo, la enfermedad cercana, el aislamiento obligatorio o voluntario, etc.
Pressenza: ¿Qué dirías que es lo fundamental que le está pasando actualmente a la gente en Chile?
Gabriela Meléndez: Yo diría que somos un pueblo víctima del neoliberalismo a ultranza, donde los valores impuestos por el sistema se están cayendo a pedazos y por lo tanto nuestra gente se está quedando en pelotas y sin referencias, sin sentido. Eso que creía, no parece válido ya. Y se angustia ante la incertidumbre futura en términos de sentido y también en lo concreto, se pregunta cómo seguir.
Pressenza: Y desde tu barrio, tu territorio, tu Comuna ¿en qué te has ido involucrando en Peñalolén?
Gabriela Meléndez: Como ya te dije, estoy participando con la gente de Peñalolén en un cabildo territorial, que nos ha permitido organizar una campaña de apoyo solidario entre los vecinos, en el arraigo territorial, cuidando unos de otros y atendiendo a resolver las necesidades básicas de alimentación y salud.
Pressenza: ¿Qué sientes ante la necesidad imperiosa de la gente, ante el hambre, la pobreza, lo que emerge con nitidez en esta crisis?
Gabriela Meléndez: Siento impotencia y rabia, por el abandono mutuo en el que nos encontramos, producto del individualismo en boga. Pero por otro lado siento esperanza, porque esa misma condición pone al ser humano en presencia de la necesidad de conectar y colaborar con otros. Eso se está viendo en los territorios concretos y también de manera virtual.
Pressenza: ¿De qué te sostienes para seguir aportando, ayudando a tantos otros?
Gabriela Meléndez: El miedo y la rabia son fenómenos propios del «yo». Son mi sufrimiento individual, al que me apego por hábitos de un nivel de conciencia determinado, llamémosle «cotidiano». Cuando tomo conciencia, primero de que puedo elegir cómo estar, segundo de que no controlo nada y tercero, de que existe otro nivel de conciencia, donde me pongo en presencia de lo inmanente, de lo infinito, de aquello que «es», entonces, respiro profundo y me pongo a disposición de «eso» y tengo el registro de certeza de que todo lo que ocurre tiene sentido, en el devenir del tiempo y del Universo. En ese momento dejo de tener miedo.
Pressenza: ¿Hay algo más que quisieras decirle a nuestros lectores?
Gabriela Meléndez: Que cada día hagan algo que les dé sentido, que cada día lo vivan como si fuese el último día de sus vidas.