En Egipto, las redes sociales siguen siendo el principal instrumento de control utilizado por el régimen de al-Sisi. Además de los periodistas y los objetores de conciencia, cientos de influencers han sido arrestados bajo la acusación de publicar videos de contenido obsceno que incitan a la inmoralidad, a la prostitución y que se consideran perjudiciales para la integridad del país.
La última influencer arrestada es Hadeer al-Hady, una chica muy querida en Tik Tok, una socialista muy popular en los últimos meses entre los jóvenes de todo el mundo. La acusación es que publicó «material disoluto» en un vídeo en el que imitaba con los labios algunas canciones egipcias, enviando besos y corazoncitos a sus seguidores. En resumen, la culpa de Hadeer es que simplemente usó las reuniones sociales como una forma pura de entretenimiento y conexión con otros niños de la misma edad, como lo hacen millones de adolescentes en otros países.
Aparte de negar la libertad de expresión, incluso aparecer en los medios de comunicación social sin los filtros morales impuestos por el gobierno no es aceptado por el régimen de al-Sisi, que no sólo detiene a los que se oponen explícitamente a su dictadura. En los últimos meses, las fuerzas de seguridad han intensificado la persecución, sin escatimar en los adolescentes que tratan de llevar una vida libre e igualitaria con sus pares de otros países, con los que están conectados a través de las nuevas plataformas digitales.
El arresto de Hadeer se produjo de la misma manera que el de un verdadero criminal (en las últimas semanas hemos documentado la misma violencia utilizada para otros influencers egipcios). Tras recibir la autorización de la fiscalía, un equipo de investigadores coordinados con el Departamento de lucha contra los delitos morales procedió al secuestro. El coronel Tamer Farouk (jefe del Departamento de Lucha contra los Crímenes Morales) y el teniente coronel Muahmmad Ghorab están a cargo de la investigación.
El pasado mes de mayo el mismo destino le tocó a otra estrella social, Mowada al-Adham, arrestado tras publicar vídeos satíricos en Tik Tok e Instagram.
El pasado mes de abril otra chica, Haneen Hossam, influencer con cerca de 2 millones de seguidores siempre en Tik Tok, acabó en la cárcel después de publicar en la plataforma algunos consejos sobre cómo hacer dinero a través de videos sociales de entretenimiento o con la promoción de algunos videos musicales. La acusación esta vez es de incitación a la «prostitución». Después de ser liberada bajo fianza, otras pruebas en su contra la enviaron de nuevo a prisión.
Traducido del italiano por Estefany Zaldumbide