Pese a que la pandemia de COVID-19 sigue causando estragos en Estados Unidos, el presidente de ese país Donald Trump celebró su mitin en la ciudad de Tulsa, Oklahoma, pero no logró reunir a la multitud esperada para darle un impulso a su campaña para la reelección. Al contrario, unos mil manifestantes protestaron en contra de sus políticas.
En una sala con varias filas de asientos vacíos, el republicano regresó a los eventos de campaña, pero el ambiente estaba lejos de ser el que el Presidente o Brad Parscale, su jefe de campaña, habían imaginado.
A través de un mensaje publicado en su cuenta en Twitter Trump había dicho que «cerca de un millón» de personas habían pedido entradas para asistir al encuentro. Sin embargo, Parscale tuvo que reconocer que las cifras estaban por debajo de lo esperado, y culpó de ello a los «manifestantes radicales» y a «una semana de cobertura mediática apocalíptica».
«Incluso la retransmisión en vivo prevista en una sala exterior para los que no hubieran logrado un sitio dentro, fue anulada a última hora«, reportó rfi.
En un discurso de cerca de dos horas y en el que mezcló diversos temas, el mandatario republicano se presentó como el defensor de «la ley y el orden» y llamó a los estadounidenses a ir a las urnas el 3 de noviembre para ofrecerle un segundo mandato de cuatro años.
Al intentar explicar por qué en las gradas no había tanta gente como él pensaba, culpó a la prensa por declarar «no vayan, no vayan, no hagan nada» , y aseguró que «la mayoría silenciosa está más fuerte que nunca».
Fiel a su estilo, Trump se burló de su adversario demócrata, Joe Biden, al que calificó de «marioneta» de la «izquierda radical» y de China, y lo presentó como un político que «no ha hecho nunca nada» en medio siglo de carrera en Washington.
Menos test de coronavirus
A pesar del peligro de contagio, Trump dijo que estaba más fuerte que nunca y reforzó su postura con relación a la pandemia de coronavirus, que en su país ya causó más de 120.000 muertos, al hacer bromas y asegurar que el COVID-19 es la enfermedad con mayor cantidad de nombres, incluso el de «Kung flu», un juego con el término para referirse a las artes marciales de origen chino.
«Es una enfermedad que tiene más nombres que cualquier otra, la puedo llamar ‘Kung flu’, le puedo decir de otras 19 maneras», afirmó.
Luego, se atrevió a criticar las pruebas de detección de la COVID-19, argumentando que eran un arma de doble filo porque «cuando uno practica ese volumen de test, se encuentra a más gente, se encuentran más casos».
«Así que le dije a mi gente: Vayan más lento con las pruebas, por favor’», expresó Trump.
Horas antes del inicio del mitin, seis miembros del equipo de campaña de Trump dieron positivo en una prueba de COVID-19 y fueron puestos en cuarentena.
Según el equipo del republicano, se tomó la temperatura de todos los asistentes al acto y se les ofreció gel desinfectante y mascarillas aunque muy pocos asistentes las utilizaron.
A través de su cuenta en Twitter, Trump lanzó una amenaza a quienes participaran en protestas en Oklahoma, mientras que el alcalde de Tulsa decretó un toque de queda en un perímetro de varias calles cercanas al mitin, para evitar disturbios. Pero esto no impidió que unos mil manifestantes marcharan hacia la sala del acto gritando consignas contra el mandatario ultraderechista y el racismo.
La última vez que Trump había protagonizado un acto como este, tres meses atrás, la tasa de desempleo en Estados Unidos era de 3,5% y el número de casos de coronavirus se estimaba en 91. Ahora, la tasa de desempleo es de 13,3% y el número de casos confirmados llegó a 2,2 millones.