El pueblo sirio salió a las calles en provincia de Homs para expresar su protesta por sanciones aplicadas por EE.UU. contra su país bajo la llamada “Ley César”.
En un acto de encuentro nacional realizado este jueves en la provincia siria de Homs, en el centro del país árabe, los manifestantes han expresado su desacuerdo con la implementación de nueva campaña de sanciones unilaterales e ilegales contra Siria por parte de Estados Unidos, conocida como la “Ley César”.
Entrada en vigor el miércoles 17 de junio, la nueva campaña de sanciones estadounidenses contra Siria, conocida como “Ley César”, incluye, según la Administración estadounidense, las medidas económicas y políticas más intensas contra el Gobierno sirio y sus aliados. La norma aplica sanciones contra el presidente sirio Bashar al-Asad y su esposa, Asma.Además de condenar fuertemente la denominada “Ley César” del Gobierno estadounidense, presidido por Donald Trump, el pueblo sirio ha destacado su compromiso con los principios nacionales y la protección de su patria frente a la guerra económica y el brutal asedio con el que se enfrenta. También han condenado el comportamiento opresivo de los agresores contra el pueblo sirio y han destacado su apoyo al Ejército sirio ante el brutal asedio de su país.
Mientras los manifestantes levantaban banderas y pancartas nacionales, agradeciendo al Ejército Árabe Sirio por su lucha contra el terrorismo, han asegurado que Siria superará el asedio y triunfará, así como ya ha triunfado sobre el terrorismo.
El miércoles, expatriados sirios residentes en Estados Unidos realizaron una protesta donde tras reiterar su apoyo y solidaridad con su patria madre, exigieron también el cese de la guerra económica contra el país levantino a través de robar su riqueza y petróleo, así como incendiar los campos de trigo de la gente, subrayando que la Ley César “representa una forma de racismo político” y solo aumentará el sufrimiento del pueblo sirio.
Las sanciones occidentales y estadounidenses, aplicadas desde el comienzo de la crisis, han obstaculizado el acceso del país a sus necesidades del petróleo, medicamentos y productos alimenticios, lo que conllevó a un incremento de más del 50 % de todas las necesidades del pueblo sirio.
A nivel político, Damasco ha expresado en reiteradas ocasiones su disposición para hacer frente a la Ley César, señalando que estas medidas restrictivas son parte de un nuevo aspecto del terrorismo económico, que busca difundir la hambruna y someter al Estado sirio.
A nivel popular, los ciudadanos sirios estiman que esta ley es un nuevo indicador del fracaso de la guerra militar y política contra su patria, así como una medida destinada a pauperizar el país.