El Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe presentó el día de ayer su segundo informe y reveló el nivel de vulnerabilidad y las difíciles situaciones que están atravesando los pueblos indígenas de la región.
Jesús Amadeo Martínez, coordinador del FIAY planteó que el informe refleja la situación de cada uno de los países además de proporcionar un análisis de las comunidades en riesgo, así como las alternativas que las comunidades y pueblos indígenas han puesto en práctica para enfrentar esta situación, apoyados en el uso de medicina y prácticas ancestrales. Martínez enfatizó que todas las acciones de prevención, contención, mitigación, recuperación han sido implementadas por las propias comunidades, dada la ausencia casi total del Estado.
Por su parte, Álvaro Pop, secretario técnico del FILAC y quien presentó el informe completo, planteó el riesgo extremo en el que se encuentran varias comunidades, mencionando de modo particular a la población indígena del estado Amazonas, en Brasil. Los datos del informe demuestran un crecimiento semanal del contagio 129% más rápido en comunidades indígenas, con 10 países y 163 comunidades afectadas. Las condiciones de vida de los pueblos indígenas son insuficientes para luchar contra la pandemia, afirmó Pop quien además insistió en la ausencia de información específica sobre la situación por parte de los Estados.
Viviana Camacho, médico cirujana y promotora de saberes ancestrales, comentó que las condiciones de precariedad en las comunidades indígenas así como el abandono por parte de los Estados, son previas a la pandemia y que, en este contexto, obviamente, son más visibles y se han acrecentado. Camacho describió las medidas que se han tomado desde los territorios como son la vigilancia y el monitoreo comunitario para cuidarse mutuamente, el autoaislamiento, el uso de medicinas ancestrales, rituales y ceremonias y el establecimiento de estrategias propias de comunicación, sostenidas en las radios comunitarias, para asegurar información en sus propios idiomas. Otro aspecto que revela el informe es la imposibilidad de continuidad educativa para niños, niñas y adolescentes sin acceso y conectividad a internet. También en el campo educativo han sido las radios comunitarias las que han dado respuesta, con docentes haciendo sus clases a través de este medio.
Es urgente visibilizar esta situación, demandar la atención necesaria y promover el intercambio de buenas prácticas entre pueblos, comunidades y organizaciones indígenas en la región para evitar la expansión de la pandemia, cuidando sus familias y territorios.