Con el desplazamiento forzado superando los 79,5 millones, Filippo Grandi insta al Consejo de Seguridad de la ONU a utilizar su autoridad para buscar la paz y la inclusión de las personas desplazadas.
Por Tim Gaynor
Poner fin a los conflictos en todo el mundo que están impulsando un desplazamiento global sin precedentes no es solo un imperativo moral, sino también crítico para la estabilidad internacional, dijo hoy el jefe para los refugiados de la ONU a un órgano superior de la ONU.
En una sesión informativa para el Consejo de Seguridad de la ONU, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, dijo que el mundo espera «mensajes decisivos, claros y unánimes, para poner fin a los conflictos y buscar caminos para la paz».
«Resolver el desplazamiento forzado no es solo un imperativo moral o humanitario, se refiere a áreas que son críticas para la estabilidad regional e internacional, para la estabilidad de la economía internacional», mencionó en una conferencia virtual.
Estas son «áreas cruciales para lograr justicia, en un mundo que anhela la reconciliación para garantizar que nadie se quede realmente atrás», agregó.
Grandi habló el día en que un informe de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, encontró que 79,5 millones de personas sin precedentes –el equivalente al uno por ciento de la humanidad– fueron desplazadas por los conflictos y la persecución a fines del año pasado, donde cada vez menos de aquellos que huyen pueden regresar a casa.
«Resolver el desplazamiento forzado no es solo un imperativo moral o humanitario, es … crítico para la estabilidad regional e internacional».
El recuento incluye 45,7 millones de mujeres, niños y hombres que habían huido dentro de las fronteras de sus países, mientras que otros 29,6 millones eran refugiados y otros fueron desplazados por la fuerza a otros países.
Grandi dijo que el aumento sin precedentes muestra el impacto humano de décadas de crisis, guerras, crisis social, violencia y persecución, agravadas por la emergencia climática, la desigualdad y la exclusión.
«Cuando el multilateralismo, que ustedes representan, no cumple con su promesa, las primeras consecuencias no se sienten en las capitales globales de nuestro mundo, no en los hogares de los poderosos y los ricos», mencionó.
«Se sienten en las periferias de las naciones, en las comunidades fronterizas, entre los pobres urbanos, en las vidas de aquellos que no tienen poder –entre ellos los refugiados y los desplazados cuya historia con demasiada frecuencia se cuenta solo en números, estadísticas».
La situación actual se ha visto afectada aún más por la pandemia del Covid-19, que actúa como un «multiplicador, interactuando con los impulsores del desplazamiento», afirma Grandi.
«El Covid-19 ha expuesto aún más sus vulnerabilidades, ha debilitado aún más su capacidad para hacer frente a situaciones difíciles … y ha eliminado la esperanza residual que tenían de un futuro mejor».
Al señalar la relevancia y el valor del Pacto Mundial sobre Refugiados –un marco global para un reparto de responsabilidades más predecible y equitativo afirmado por la Asamblea General de la ONU a fines de 2018–, destacó que «seguimos necesitando su liderazgo y acción concertada».
Grandi llamó la atención sobre tres áreas de acción –la primera, cómo detener un aumento continuo del desplazamiento.
Destacó la situación en el Sahel, donde la inseguridad exacerbada por el cambio climático está impulsando un mayor desplazamiento. La inseguridad alimentaria en la región que incluye Burkina Faso, Chad, Malí, Níger y Mauritania, ahora afecta a más de cinco millones de personas. Con unas 3 600 escuelas destruidas o cerradas por el conflicto, y el Covid-19 ahora cerrando todo el sistema educativo, señaló que esto estaba «creando un terreno fértil para el reclutamiento forzado de jóvenes por grupos armados».
Mientras que las agencias humanitarias tratan de cumplir su papel, junto con los actores del desarrollo, las instituciones financieras internacionales y las agencias bilaterales, Grandi dijo que «necesitamos una aplicación mucho más estratégica de la ayuda al desarrollo que aborde realmente las causas fundamentales, además de la seguridad, que tenga en cuenta … desplazamiento creciente». De lo contrario, advirtió, la inseguridad «puede extenderse» a los estados de África occidental e intensificar el conflicto en la cuenca del lago Chad.
Mientras tanto, en Libia, las salidas marítimas a Europa están aumentando nuevamente luego de una caída temporal. Grandi instó a los líderes a buscar una postura unificada y capitalizar el proceso de paz en curso.
En segundo lugar, instó a los estados a mantener y sustentar la protección. El Alto Comisionado se hizo eco del llamado del Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, en abril para un alto el fuego global.
«El Covid ha detenido muchas de las cosas que estamos haciendo, pero no parece haber detenido la guerra. A pesar del llamado del Secretario General a un alto el fuego global, los conflictos han seguido creciendo».
«El Covid ha detenido muchas de las cosas que estamos haciendo, pero no parece haber detenido la guerra».
Señaló que en un período de dos meses después del brote de la pandemia, ha habido un nuevo desplazamiento interno en 19 países, desarraigando a 700 000 personas en todo el mundo, incluso en crisis nuevas y crecientes, como en Mozambique.
Si bien el 75 por ciento de los estados tienen fronteras total o parcialmente cerradas, algunos sin excepciones para los solicitantes de asilo, que ponen el derecho a la protección en mayor peligro, agradeció a los estados que han mantenido las puertas abiertas.
Hizo un llamado para redoblar el apoyo a los países que albergan a cinco millones de venezolanos desplazados y también para los esfuerzos por «despolitizar los problemas humanitarios», en relación con los refugiados de Siria, ahora en su décimo año de conflicto.
«Realmente necesitamos que usted, el Consejo de Seguridad, trabaje en una postura internacional que permita, finalmente, que surjan soluciones a este conflicto; eso crea espacio para que las comunidades se recuperen realmente». Mientras tanto, pidió que se intensifique urgentemente el apoyo a los países de acogida, afectados por las presiones económicas y las consecuencias del Covid-19.
En este contexto global desafiante, Grandi instó al Consejo de Seguridad a no «renunciar a las soluciones».
Hizo hincapié en que dos tercios de los refugiados –26 millones– provienen de solo cinco países: Afganistán, Myanmar, Sudán del Sur, Siria y Venezuela.
«Si pudiéramos avanzar en soluciones en solo uno de estos cinco países, esto transformaría la vida de millones de personas», dijo. «Es muy importante no rendirse, no ceder ante una narrativa de imposibilidad».
Traducción del inglés por Nicole Mosquera