Por Rafa Idrovo Espinoza (texto y fotografías)
Los nuevos ríos de Cuenca (Azuay)
Las orillas de los ríos que riegan Cuenca siempre han sido habitadas por aquellos que buscan un momento en familia, con tu pareja, rutinas de ejercicio, rutas de transporte alternativo más seguras o simplemente esparcimiento y descanso.
En los espacios generados por las riveras, así como en sus alrededores, existen varias edificaciones comerciales, residenciales, pasos peatonales, canchas, máquinas para ejercitarse y senderos listos para transitar e intentar recuperar la normalidad que nos ha arrebatado la pandemia, sin embargo, estos espacios aún no se encuentran del todo “normales” ya que se puede ver el césped crecido e invadiendo los senderos, las ramas de los árboles que no han sido podadas, pasos a desnivel llenos de arena que el río dejó en su última crecida y que obliga a los ciclistas a bajarse y caminar el tramo, tramos de senderos que el río ha erosionado y hojarasca que invaden las canchas y veredas de cemento.
A pesar de los peligros que implican re-habitar espacios públicos en un contexto de crisis sanitaria, el anhelo de volver a los hábitos propios de la zona ha vencido en la mayoría de las personas que rodean estos micro-ecosistemas urbanos. Existen también personas que se mantienen en confinamiento y prefieren continuar con sus actividades puertas adentro.
Son estas las imágenes que impregnarán la nueva realidad de un ecosistema que busca rehabilitarse y adaptarse configurando nuevas formas de interacción y dinámica social así como una responsabilidad conjunta por el cuidado de estos espacios y de las personas que lo ocupan.