Por Luis Eduardo Manotas
En Colombia la amenaza contra la vida del médico intensivista José Julián Buelvas se ha constituido en el detonante del gremio de la salud y la institucionalidad colombiana para demandar la seguridad del estado Colombiano y el cambio de aptitud de la población frente al inevitable desenlace fatal por la falla multisistémica de algunos pacientes con COVID-19, que pese al esfuerzo del personal de salud el paciente fallece; de igual manera, por las condiciones laborales deficientes del sistema sanitarios que exponen a los trabajadores del sector a la siniestralidad del riesgo de las enfermedades infectocontagiosas.
El doctor José Julián Buelvas compartió un video donde realiza denuncia pública sobre las amenazas recibidas el 8 de junio a través de un sufragio y dos coronas fúnebres (enviadas a su residencia y sitio de trabajo); su denuncia motivaron el pronunciamiento del señor Presidente de la República, Ministro de Salud y de la Protección Social, los sindicatos y la renuncia de sus colegas de trabajo en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Materno Infantil Adela de Char, en Soledad, Atlántico, municipio del área metropolitana de Barranquilla, cuarta ciudad de Colombia con más contagios del SARS-CoV2/COVID-19.
Este suceso es un eslabón más en la cadena de intropellos en Colombia contra el gremio de la salud que inició en el mes de marzo con la pandemia del SARS-CoV2/COVID-19, médicos, enfermeras, camilleros, conductores de ambulancia, personal de vigilancia, bacteriologos, farmaceutas, entre otros, han recibicido amenazas, estigmatizaciones y rechazos, por ser conciderados por muchas personas un riesgo de contraer el COVID-19.
La situación del talento humano de la salud obligaron a la Defensoría del pueblo, en cabeza del señor Defensor del Pueblo, el ciudadano Carlos Alfonso Negret, ha pronunciarse al respecto, rechazando categóricamente las amenazas y los agravios para el personal del sector de la salud y disponer de un canal de denuncia confidencial: misionmedica@defensoria.gov.co, para estos hechos.
Los informes sobre maltrato y rechazo del personal sanitario en Colombia van desde amenazas de muerte, lesiones personales a médicos y desalojo de residencias; en lo ocurrido de este año se han reportado 85 atentados contra de la Misión Médica, lo cual podría constituirse en violación del Derecho Internacional Humanitario y los Derechos Humanos.
Sumado a la estigmatización, agresión y rechazo por la población en Colombia, están las precarias condiciones de seguridad y salud en el trabajo que brindan las administradoras y prestadores de los servicios de salud a sus trabajadores, para el desempeño de sus funciones, que día a día somete al trabajador de la salud a la siniestralidad del riesgo del contagio y la enfermedad SARS-CoV2/COVID-19, por la falta de los elementos de protección personal indicados para el ejercicio médico de estas patologías.
Si bien la crisis del sector salud, no es nueva en Colombia. Desde finales del siglo pasado diversos gremios médicos vienen denunciando las falencias en la administración y gestión de las instituciones prestadoras de salud y la salud en general. Lo que el SARS-CoV2/COVID-19 ha hecho es aflorar en primer plano la problemática preexistente del Sistema General de la Seguridad Social en Salud y las condiciones laborales precarias de sus trabajadores, hoy en la primera línea de abordaje del COVID-19 y riesgo frente al contagio del virus SARS-CoV2.
El gremio de la salud en Colombia pese a las condiciones laborales que les brindan las Instituciones Prestadoras de Salud del sistema sanitario y al trato desproporcionado e injusto de la población, siguen brindando sus servicios a la población que los demanda.
De conformidad a las estadísticas del Instituto Nacional de Salud la pandemia del SARS-CoV-2 ha cobrado en Colombia más de 760 trabajadores de la salud con COVID-19, donde los auxiliares de enfermería tienen el mayor contagio, seguidos por los médicos, enfermeros, administrativos y técnicos en farmacia; en relación con las estadísticas de los fallecidos el primer galeno en morir en fue el Doctor Carlos Fabián Nieto, médico de la clínica Colombia en Bogotá, seguido del doctor William Gutiérrez, quien se desempeñaba como director de la UCI del Policlínico del Olaya, en Bogotá, hoy en total han fallecido 7 galenos y 6 enfermeros
Ante las agresiones, el personal sanitario, principalmente médicos y enfermeras, hacen un llamado a la población colombiana y la comunidad Internacional, para que se solidaricen con el personal sanitario, a la población que cambie de aptitud frente aún temor infundado en una falsa creencia de pensar que el trabajador de la salud es igual coronavirus y tener presente que a pesar de la intervención médica hay pacientes cuyo porcentaje de fallecer es muy alto; el gremio de la salud demanda del Estado Colombiano una trazabilidad, vigilancia y control de la dotación de los Elementos de Protección Personal de las administradoras y prestadores de Salud; así como, un sistema diferencial de contratación y afiliación al Sistema de Seguridad Social y Salud; de la Comunidad Internacional exigen una voz de exigencia y solidaridad con la situación que están afrontando.