Por Doris Balvín
La pandemia del covid-19 es la expresión más descarnada de como la presión sobre los ecosistemas naturales terminan impactando en la salud y poniendo en evidencia una vez más profundas desigualdades sociales al igual que la crisis climática impacta de forma directa en las poblaciones mas vulnerables de los países del sur que no son los directos responsables de las grandes emisiones de gases de efecto invernadero, pero ¿Cuál es el problema de fondo?
El Centro de Estudios Humanistas Nueva Civilización considera que estamos ante una crisis civilizatoria y en tal sentido tanto la crisis climática como la sanitaria son solo dos caras de una misma moneda y en tal sentido abordarlas no solo depende de lo que ocurra en el Perú, sino que requiere de sinergias globales y locales y en el caso de la crisis climática en especial de la salud de la Amazonía es decir, mitigar las consecuencias de la crisis climática en el país requiere la mirada del aviador o sea de una mirada al contexto mayor a la región que nos acoge.
¿Qué es lo que vemos en el mundo?
La temperatura de la tierra se ha incrementado en 1°C respecto a los niveles preindustriales a causa de las emisiones de gases de efecto invernadero ocasionadas por la acción humana, poniendo en riesgo la vida como la conocemos. Los científicos afirman que se llegará a un punto de no retorno si pasamos a 1.5°C. de incremento de la temperatura. El Panel Intergubernamental contra el Cambio Climático (IPCC) informa que:
Hay pruebas abrumadoras de que este grado de incremento de la temperatura entraña consecuencias graves para los ecosistemas y las personas.
Los océanos se han calentado, su acidez ha aumentado y su productividad ha menguado.
La fusión de los glaciares y los mantos de hielo provoca la subida del nivel del mar, y los fenómenos extremos costeros son cada vez más violentos.
Respecto a la región amazónica los científicos advierten que los glaciares en la región tropical de los Andes podrían llegar a perder más del 80% de su tamaño actual para el 21001 y que dichos glaciares no se podrán volver a recuperar es decir no volverán a tener nieve perpetua2. De otro lado alertan sobre el riesgo de sabanización de la Amazonia y de la pérdida de su valiosa función de bomba biótica y en especial la de ayudar a la región – y a todo el planeta – a equilibrar el clima es decir repartir las lluvias.3 En suma en el Perú en la sierra y en la costa dependemos del agua que viene de la Amazonia de las pocas masas de nubes que logran atravesar los contrafuertes de la cordillera y que traen las lluvias a esta parte occidental de los andes; literalmente dependemos de ese maravilloso río aéreo como le llaman los científicos.
¿Por qué se ha producido esta situación?
La crisis climática es solo la expresión de un sistema de organización social ya caduco. En el año 1991 Silo, seudónimo de Mario Rodríguez Cobos, fundador del nuevo humanista universalista, nos decía: “…hoy se utiliza el poder y la fuerza económica y tecnológica para asesinar, empobrecer y oprimir en vastas regiones del mundo destruyendo además el futuro de las nuevas generaciones y el equilibrio general de la vida en el planeta4.
El modelo económico actual se sustenta en una forma de producción y consumo insostenible y en el paradigma del crecimiento económico sin límites, incompatible con la limitada capacidad de carga que tienen los ecosistemas, es decir su capacidad natural para regenerarse.
Vivimos en un mundo desigual y con alta concentración de la riqueza. Según OXFAM el 82% de la riqueza mundial generada durante el 2017 fue a manos del 1% más rico, mientras el 50% más pobre (3,700 millones de personas) no se benefició de dicho crecimiento. La huella de carbono del 1% más rico puede ser, en promedio, hasta 175 veces mayor que la del 10% más pobre y es justamente la población más vulnerable la que enfrenta las consecuencias más graves que este modelo tiene sobre el ambiente. Enfermedades como el Covid – 19 son solo una muestra más de la crisis ambiental global.
La ciencia advierte tiene datos duros, sin embargo, venimos de 25 conferencias de las partes fracasadas. Resulta claro que quienes detentan el poder económico, prefieren mantener sus privilegios. Los políticos se someten a dicho poder económico. Vivimos en una “normalidad” donde la violencia se encuentra institucionaliza, no reconozco al otro como ser humano ni me reconozco como parte de esta casa común, así las grandes mayorías aún permanecen en la “anomia ambiental” es decir no accionamos frente a la grave situación que venimos atravesando como especie humana.
¿Cuál es la salida? ¿Que necesitamos cambiar?
Son las nuevas generaciones las que van abriendo el camino y salen a dar la voz de alerta: el colectivo juvenil Viernes por el Futuro nos advierte: “Estamos frente a una emergencia climática” y enfrentamos una crisis global que exige una respuesta local y global. Indican además que los años que vienen quedarán en la historia como aquellos en los que arruinamos el planeta o como una anécdota y nos dicen que requerimos transformaciones sin precedentes para salvarlo y garantizar nuestro futuro.
Nosotros creemos que este modelo de producción y consumo insostenible, que se soporta en un sistema de creencias que tiene al dinero como el valor central, ya no es viable. Se requiere de otro sistema de valores y de relaciones humanas que reinvente la economía reconociendo que su real significado lo constituye la administración de la casa común.
¿Qué podemos hacer como colectivos de la sociedad civil desde la región Ancash?
Podemos, por ejemplo, sumarnos a las nuevas voces, como la de Viernes por el Futuro, que demandan justicia climática para las nuevas generaciones y que exigen a los gobiernos del mundo acción climática ahora; o a quienes nos invitan a reflexionar en profundidad sobre el llamado a la desobediencia civil que hace el colectivo Rebelión frente a la Extinción (Extinction Rebellion) de la Argentina5, y que nos interpela con la pregunta ¿Por qué tenemos que obedecer las reglas del sistema que nos está exterminando?
¿Qué retos tenemos en el Perú frente a la crisis climática ahora?
Hacer un llamado a un nuevo acuerdo social que ponga las prioridades en su lugar. Por ejemplo: consolidar como pilar fundamental de la economía, entendida ésta como la administración de la casa común, a la pequeña agricultura familiar agroecológica resiliente al cambio climático y base de la seguridad y soberanía alimentaria del país; garantizar educación y salud pública gratuita y de calidad para todos y todas; destinar el presupuesto militar a la salud, la educación, la ciencia y la tecnología, etc.
Declarar la emergencia climática en el marco de la pandemia para que no se pretenda retornar a la denominada nueva “normalidad” presionando aún más los ecosistemas y en especial el ecosistema amazónico.
Colocar en la agenda regional y nacional la protección de los glaciares tropicales evitando la sabanización de la Amazonia pues proteger las fuentes de agua de los Andes es proteger la Amazonia, que es de donde proviene el agua de los andes peruanos y de las zonas costeras.
Abrir el debate nacional respecto a la necesidad de dejar el petróleo bajo tierra, propuesta del Movimiento Ciudadano contra el cambio climático (MOCICC), coherente con la protección de la Amazonía. A la par que incrementar sustancialmente la presencia de las energías renovables no convencionales en la matriz energética llegando a la meta del 100% al 2030 de energías renovables.
Orientar la ciencia y la tecnología de nuestras universidades e institutos de investigación científica a la reconversión industrial y en especial a garantizar la salud y la seguridad y soberanía alimentaria, la protección de los ecosistemas y el desarrollo tecnológico cero desechos al servicio del ser humano ¿Por qué tenemos que vernos obligados a comprar un nuevo artefacto cuando éste queda obsoleto o cuando se malogra porque su vida útil programada es extremadamente corta? ¿Por qué la sociedad tiene que asumir el tratamiento de esos desechos que las empresas privadas externalizan?
Como hemos referido requerimos un cambio de paradigmas y ello solo será posible si nos reconocernos como humanos y si colocamos las prioridades en su lugar: el ser humano y nuestra casa común por encima del dinero. Desterrar el paradigma del dinero como valor central en la sociedad permitirá que las mejores aspiraciones de los seres humanos se expresen en libertad y que recuperemos nuestra relación perdida con el ambiente que nos acoge y ojalá encontrar el real sentido que anima nuestras vidas.
1 Fontirroig Agustina, “Montañas sin hielo, ríos sin agua y océanos sin vida”: la advertencia de la ONU sobre el futuro del planeta” https://intriper.com/montanas-sin-hielo-rios-sin-agua-y-oceanos-sin-vida-la-advertencia-de-la-onu-sobre-el-futuro-del-planeta/?fbclid=IwAR0FsodqVI1xLzV2JYK7K0ihfhmRyXtjYRmoZI4sXsSR0XyEcn68_H0IxW8
2 Lonnie Thompson nos dice “Desafortunadamente no habrá suficiente tiempo para salvar los glaciares” tropicales” https://es.mongabay.com/2019/07/lonnie-thompson-glaciares-cambio-climatico-2/
3 BC New Mundo, https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-51303285
4 Silo, 1994, “Cartas a mis amigos”, sobre la crisis social y personal en el momento actual, pag. 30, Madrid, Graphomania S.L
5 Flavia Broffoni “Desobediencia civil pacífica contra la crisis climática” TEDxRiodelaPlata, https://www.youtube.com/watch?v=jQJTAc9pkqU