Hacemos un repaso del momento actual y la renta básica universal con Daniel Raventós -doctor en economía, profesor de la Universidad de Barcelona y presidente de la Red Renta Básica de España– quien ha sido invitado a intervenir en la Comisión para la Reconstrucción, que se ha puesto en marcha en España, en la búsqueda de soluciones a la situación generada a partir de la pandemia del Covid-19.
Entrevista de David Andersson (Nueva York), Tony Robinson (Londres) y Juana Pérez Montero (Madrid)
Haremos un análisis desde distintos ángulos, mundial, europeo y español, respecto a la defensa de una renta básica universal e incondicional
David Andersson.- A nivel mundial se está empezando de hablar mucho del tema de la renta básica. Por otro lado ustedes enviaron una carta a Antonio Guterres, secretario general de Naciones Unidas para proponer la Renta Básica. ¿Cómo ve Usted la situación respecto a la ONU y cómo ve la contribución de los países?
Daniel Raventós.- La iniciativa de la carta al Secretario General de las Naciones Unidas fue una de las muchas que han habido estos últimos meses para hacer ver que la renta básica es una propuesta que debería ser inmediata en estos momentos. Algunos países de distintos lugares del mundo han puesto una asignación monetaria dadas las circunstancias especiales y extraordinarias en las que nos encontramos. Lo que pasa es que son asignaciones monetarias en muchos casos únicas y muy, muy pequeñas respecto a las necesidades que había poco antes de la pandemia y por supuesto después, o más bien durante porque todavía estamos metidos en ella.
D.A.- ¿A nivel de Asia o África conoce experiencias interesantes?
D.R- Bueno, hay experiencias piloto y cuidado porque ahí yo creo que hay una cierta confusión entre lo que son las experiencias piloto –o simplemente experimentos– y una implantación de la renta básica. Lo que podemos decir es que son experimentos muy heterogéneos. El que se hizo en Namibia, por ejemplo, en un pueblo –Ontivero- es muy diferente al que se hizo en Finlandia; es muy diferente al que se hizo en una parte de la India y es diferente al que se ha hecho en Barcelona, en mi ciudad. Claro, los experimentos tienen mucho interés pero creo que hay que ser muy cauto porque, por el tipo de diseño con que están hechos, por el número de gente a la que llega y por la temporalidad, sólo pueden informar de aspectos muy parciales de la renta básica y no de todo un proyecto de renta básica. Es decir, en Finlandia por ejemplo, el experimento duró dos años; eran muy pocos miles de personas y además estas personas estaban aisladas entre sí, no estaban comunicadas. En el caso de Ontivero, en Namibia, sí porque era un pueblo. Sin embargo aspectos que destacamos algunos defensores de la renta básica, como por ejemplo el aumento del poder de negociación que ganan con la renta básica los trabajadores o muchas mujeres, en estos experimentos no se puede constatar. Lo único que se puede constatar –y ya es interesante– es qué hace la gente con su relación laboral. Y ha tenido algunos efectos interesantes –como en el caso de Finlandia que hace sólo una semana que han salido públicamente los resultados– en el cual se deduce que mejora la salud mental de la gente. Esto es una cosa impresionante. El hecho de no tener la angustia cotidiana para encontrar un trabajo de mierda –un trabajo que además mucha gente no encontrará–, y la angustia permanente sobre este aspecto, el poder liberarse de esto, aunque sea parcialmente, ha dado unos resultados espectaculares, en este sentido, en la salud mental.
Hace poco leí a un especialista en pandemias que decía que, de aquí a muy poco, la mitad de la población mundial tendrá problemas de salud mental. Yo no soy competente para poder decir si esto tiene mucha base científica o no –que me imagino que sí. Lo que es cierto es que con las pandemias, crisis económicas, crisis sociales, la salud mental queda muy deteriorada.
D.A.- ¿Y respecto a Naciones Unidas…?
D.R.- Bueno, las Naciones Unidas, como sabéis, tienen muy poca posibilidad de hacer cosas más allá de declaraciones. De momento en las NNUU hay gente –especialmente el Secretario General– que ha recibido con simpatía la iniciativa pero no creo que de las Naciones Unidas en estos momentos debamos esperar mucha cosa. Lo digo con pena. Preferiría que las Naciones Unidas aunque fuera simplemente de forma “propagandística” defendiera la renta básica. Lo que sí es cierto es que hay algunos altos funcionarios de las Naciones Unidas que sí son defensores de la renta básica o, en todo caso, son muy críticos con lo que han hecho los gobiernos.
Por ejemplo, Alston fue un funcionario de la ONU que hace muy pocos meses estuvo aquí, en el reino de España, viendo, visitando y estudiando lo que habían hecho los gobiernos anteriores, cómo estaba la situación de la pobreza. La crítica que hizo Alston a los gobiernos españoles que ha habido en los últimos diez años, fue devastadora. Dijo que estos gobiernos podían haber hecho muchísimo más de lo que han hecho y había uno de los datos que daba Alston que era realmente espectacular: los ricos habían aumentado su riqueza desde el inicio de la crisis del año 2008 habían aumentado su riqueza y la inmensa mayoría de la población se había quedado igual o peor. Esto no es solamente producto de una situación económica mala, o de una recesión, o incluso de una gran crisis. Esto es producto también de qué políticas económicas se hacen y la crítica de Alston fue devastadora. No quiero decir que Alston dijera que, como alternativa, la renta básica era la mejor, pero lo que es la crítica que hizo a las políticas contra la pobreza que habían hecho los gobiernos tanto del PP como del PSOE en los últimos 10 años, habían sido –decía literalmente–nefastas.
D.A.- ¿Y en cuanto a Sudamérica?
D.R.- Lo que sí indiscutiblemente se está mostrando debido a la pandemia, es un interés por la renta básica en muchos lugares del mundo, por ejemplo Argentina y México. Me acaban de enviar un informe de la Cepal, incluso de la zona del Caribe y de América Central, donde se defiende claramente una renta básica. Primero decían algún tipo de reforma previa, pero el objetivo era la renta básica. Muchos activistas y algunos militantes de partidos políticos han hablado mucho estos días y siguen hablando en Argentina, por supuesto en Brasil y obviamente el sitio en que quizá más se habla y más conocimiento hay de la renta básica, es la Unión Europea.
“…en esta situación, si no damos una renta básica aunque sea provisional, la situación puede ser realmente catastrófica”
Justamente en Chile, creo que tú sabes Juana, que estuve hace un año y poco y estuve con gente de Pressenza y sí, es cierto había algunos diputados que estaban interesados en la renta básica y luego me han escrito académicos… Bueno, digamos que interés indiscutiblemente hay, pero es una de las cosas que creo que es interesante y esto trasciende la geografía –digámoslo así porque encontramos en unos sitios más que en otros, por supuesto, pero encontramos muchos puntos en común– es que gente que no estaba de acuerdo con la renta básica, en esta situación lo está. Aunque sea de forma provisional, a veces le llaman renta básica de cuarentena o renta básica de emergencia y tal, pero gente que dice “yo no estaba a favor de la renta básica porque si es cara y la gente no va a trabajar” en fin, esas cosas que se acostumbran a decir… Pero, en esta situación, si no damos una renta básica aunque sea provisional, la situación puede ser realmente catastrófica. Esto sí que es verdad que lo podemos encontrar en muchos sitios del mundo, esta “sensibilidad” a la renta básica aunque sea de forma provisional. Porque cualquiera de las soluciones o de las alternativas que más o menos se han ofrecido tradicionalmente a la renta básica –o que se han venido practicando– creo que hasta el más carcamal se empieza a dar cuenta que son completamente insuficientes.
J.P.M.- Si os parece pasamos a dar una revisada por Europa que, como decías, Daniel, es quizás el continente donde hay más defensores o donde hay mayor actividad en defensa de la renta básica universal. Seguro que Tony nos ayuda con algunas preguntas
Tony Robinson.- Daniel, la pandemia de Covid 19 acá ha golpeado fuertemente en las poblaciones, como en todo el mundo. Sin embargo, a diferencia de la crisis económica de 2008 cuando rescataron a todos los bancos, en esta crisis se ven varios intentos de varios gobiernos de rescatar a los ciudadanos. Por ejemplo acá, en Inglaterra, el gobierno dice que va a garantizar el 80% de su salario. En Escocia también se está hablando de implementar una especie de renta básica, así que parece que algo está pasando en las cabezas de los políticos sobre la necesidad de pensar más en las poblaciones, en la gente, que en las corporaciones, en los bancos. En este contexto ¿Cómo ves tú la situación y las posibilidades de desarrollar cosas en el mismo campo de la renta básica, por ejemplo acá en Europa?
D.R.- Estoy de acuerdo contigo, Tony, que ha habido de entrada –luego veremos–, una sensibilidad diferente a la del inicio de la crisis de 2007-2008. Como has recordado, no se tardó nada en salvar a la banca con unas cantidades realmente espectaculares, tan espectaculares que los más reaccionarios de Estados Unidos, sólo por el hecho de gastar tanto el estado ya hablaban de un estado socialista y barbaridades similares.
Indiscutiblemente, como tú mismo decías, no hay ningún tipo de duda que en este caso las primeras reacciones han sido muy distintas, pero –salvo también algunos casos muy concretos– la Unión Europea, por ejemplo, aunque ha cambiado el tono, en realidad lo que está ofreciendo –salvo que al final se concrete este último pequeño giro que quizá la semana pasada estábamos viendo en Angela Merkel de Alemania–, de momento lo que estaban dando son muchas facilidades de crédito. Muchas facilidades de crédito es aumentar la deuda, y la deuda significa que –dadas las características completamente dogmáticas de la Unión Europea– se tienen que pagar y, si se tienen que pagar, será en unas condiciones que pueden ser más o menos deplorables, pero todas malas. Lo que sí ha habido también es una reacción en la Unión Europea de buena parte incluso de políticos –aunque quizá no sean los que están exactamente dirigiendo la Unión Europea– para decir “Bueno, ¡cuidado! Porque si esta vez la Unión Europea vuelve a fallar, es la crisis definitiva de la Unión Europea”. Creo que una de las declaraciones que fue más espectaculares o que más repercusiones tuvo, fue la de Rocard? que a éste no se le puede decir que no es un europeísta, y dijo “o la Unión Europea reacciona o es la muerte de la Unión Europea”.
“…yo tengo mucha más confianza en las poblaciones que en los gobiernos”.
Entonces las medidas que en la Unión Europea han puesto determinados gobiernos, evidentemente intentan como mínimo salvar lo que es más grave de la situación. Los gobiernos saben que muchas pequeñas empresas no volverán a abrir y por lo tanto esto puede significar una auténtica debacle. Esta sensibilidad existe. Ahora bien, si estoy de acuerdo en que no es la misma reacción –de momento– que hubo en 2007-2008, es muy insuficiente –o muy miserable– respecto a lo que desde mi punto de vista debería hacerse. También hay que recordar que al principio de la crisis del 2007 2008 se reaccionó de forma que a muchos nos dejaron sorprendidos. El mismo entonces presidente de Francia –Sarkozy– dijo que había que refundar el capitalismo.
Pero esto duró poco –iba a decir semanas, yo creo que días– pero luego… Y que ha habido por supuesto un cambio de mentalidad –aunque sólo sea superficial– por parte de grandes singtanks económicos, no tengo duda. Por ejemplo, es famoso ya el editorial de Financial Times de hace un mes aproximadamente, en el que decía de forma clara que medidas hasta ahora excéntricas –es una palabra fuerte– como una renta básica y un impuesto a las grandes fortunas ahora es el momento de empezar a mirarlas de forma razonable. En fin, estos sí que son cambios, pero yo tengo mucha más confianza en las poblaciones que en los gobiernos.
T.R.- En Europa ¿cómo van las iniciativas en los diferentes países? Se ha escuchado de un plebiscito o un referéndum en Suiza; acabó hace dos años pero se informó hace poco de los resultados del proyecto piloto en Finlandia… Dando una mirada a Europa ¿dónde están los nuevos intentos y las iniciativas interesantes?
D.R.-Yo creo que las iniciativas son de muy distintos tipos. Por ejemplo aunque ya la cosa hace meses que va tirando, una compañera vuestra –Maite Quintanilla– acaba de decirme que la Universal Basic Income Europe, es decir algo así como una sección Europa de la Basic Income Earth Network va a presentar una iniciativa legislativa popular a nivel europeo por una renta básica. ¿Cómo se va a concretar? Bueno, lo están estudiando justamente estos próximos días. Estas son iniciativas.
Luego aquí, por ejemplo, en el reino de España, ha habido iniciativas pequeñitas como manifiestos. Por ejemplo ayer se acaba de publicar una encuesta que mi asociación Red Renta Básica encargó a una empresa de opinión –Ipsos creo que se llama la empresa– una encuesta estándar a más de 2.000 personas sobre distintos aspectos de la renta básica. Y es interesante ver incluso la desagregación pero había una mayoría, un 56% que estaba a favor de la renta básica, además la pregunta era muy concreta de qué cantidad y cómo se financiaría. No quiere decir que el otro 44% estuviera en contra. Sólo un 30% estaba en contra, porque un 14% no sabía, no contestaba. Lo que quiero decir es que 56 a 30% es una proporción casi de 2 a 1. Luego también es interesante ver que, en términos generales, las mujeres son más proclives que los hombres a estar a favor, los jóvenes más a favor que las personas más mayores y luego, por supuesto, a la gente que tenía trabajo sólo una pequeña parte decía que dejaría el trabajo con una renta básica.
Bueno, son iniciativas que se están realizando como otras parecidas que se están haciendo también en Alemania, etcétera. Yo creo que se está aprovechando la situación en el sentido de “si no ponéis ahora aunque sea una renta básica provisional –o de emergencia– ¿cuándo la vais a poner?” Es claro que cada defensor o defensora de la renta básica tiene una sensibilidad que no tiene por qué ser exactamente la misma y la defiende de una forma o de otra. Decíamos en el año 18 y 19 que jamás se había hablado tanto de la renta básica como en esos dos años, una desproporción inmensa con todos los años anteriores. Bueno, todavía no tenemos datos del 20 pero creo que el 18 el 19 van a quedar como enanos comparados con lo que ya se está hablando y se seguirá hablando de la renta básica en el 20. Y esto se muestra por ejemplo si ponéis renta básica –o Basic Income– en Google. La cosa es exponencial.
“cada vez más gente se está tomando la renta básica como una propuesta a tener muy en cuenta y muy seriamente”
En nuestra propia web, que es una página humilde de la Red Renta Básica, las consultas se han multiplicado por ocho y por nueve durante estas semanas de estado de emergencia. Quiere decir que son cosas que por sí mismas, en sí no son muy importantes, pero juntándolas todas dan cuenta de que no hay ningún tipo de duda que cada vez más gente se está tomando la renta básica como una propuesta a tener muy en cuenta y muy seriamente.
J.P.M.- Sólo por aclarar, los datos que tengo sobre la iniciativa ciudadana europea, fue aceptada finalmente el día 15 y ahora hay un año de plazo para preparar toda la parte técnica, y desarrollar las condiciones que exige la Unión y la recogida de un millón de firmas, pero parece que va marchando.
Volviendo al tema Daniel que estabas comentando ahora ¿No crees que la puesta en marcha de una renta básica provisional –por decirlo de algún modo– implica el peligro de que termine siendo –como tantas otras– ayudas para pobres y que finalmente dé lugar a más confusión respecto al propio término?
D.R.- No sé responderte de forma taxativa pero lo que sí puedo intuir, es que si se implanta una renta básica de forma provisional sacarla será dificilísimo, como muchos contrarios a la renta básica han dicho. Es decir cuando se vea que todos los peligros apocalípticos que supuestamente supone una renta básica –“porque vamos a mantener a vagos”, “nadie querrá trabajar pudiendo”, “es carísima de financiar” y en fin, todas estas cosas que se dicen–, cuando se vea que las cosas no vayan por allí sino que al revés, son muy interesantes en determinados aspectos, retirar la renta básica sería muy difícil.
Esto, por ejemplo, tú recordarás Juana a Juan Ramón Rallo, un ultra neoliberal que hizo un libro que se titulaba nada más y nada menos “Contra la renta básica”, lo cual no da lugar a dudas de su opinión. Claro que para él no es la renta básica el problema sino es el estado de bienestar y los impuestos, etc. Es un liberal auténtico –y los liberales auténticos son históricamente ultras y antidemocráticos por confesión propia– pero él mismo–en alguno de los debates que tuve con él– me reconocía que lo jodido de la renta básica es que una vez que se pusiera no había dios que la iba a sacar porque tendría unos efectos que él reconocía que serían malos desde su punto de vista, pero cuando la gente lo prueba… ¡joder! Esto no tiene ningún tipo de duda que sería así.
J.P.M.- Para quienes no lo saben, tú junto con otros economistas, habéis hecho una propuesta dentro del reino de España para que –dadas las circunstancias actuales– se ponga en marcha una renta básica de emergencia. ¿Puedes contarnos exactamente en qué consiste esa propuesta?
“…lo que la gente necesita urgentemente es poder vivir”
D.R.- Ante la imposibilidad de pensar que este gobierno suponiendo que quisiera –que no quiere– hacer una renta básica, es obvio que se necesita un proceso. Es decir, ganar parlamentariamente, hacer una ley, hacer una reforma fiscal que la permitiese… Todo esto son cosas que aunque se quisieran hacer rápido necesitan meses. Esto suponiendo que quisieran hacerlo, pero como no quieren… ni meses ni años seguramente. Ante esta situación, nosotros lo que decíamos es que lo que la gente necesita urgentemente es poder vivir. Entonces decíamos que, si no están de acuerdo con la renta básica, que la quiten pasado un cierto tiempo, pero que al menos hasta el 31 de diciembre del año actual, a quien pidiera la renta básica al gobierno, sin más que una pequeña comprobación, inmediatamente se le diera la cantidad que fuera. Nosotros decíamos 500 ó 600 euros. Claro que cuanto más mejor, aunque lo de la cantidad creo que es lo que menos importa, lo que es urgente es dinero.
Y decíamos que si alguien lo pedía pero “no lo merecía”, el gobierno tiene una forma muy fácil con la declaración del irpf, y si se considerase que no tenía que tener esta renta básica de emergencia, pues se le quitaba y ya está. Lo que nosotros queríamos era incidir mucho en el hecho de la urgencia.
De la misma manera, al inicio de la pandemia –yo creo que con muy buen criterio– se dijo por parte de especialistas “lo que se tiene es que actuar de golpe e inmediatamente, con urgencia, y luego iremos rectificando en el camino”. Bueno pues, decíamos lo mismo pero en el terreno económico. Hay una cantidad inmensa de gente que ya está sufriendo las consecuencias. Además incidíamos en algo que creo que es muy importante dada la situación: no es la crisis del 2007-2008. Llueve sobre mojado. No estamos en las mismas circunstancias que al inicio de la crisis del 2007 2008. Al inicio de la pandemia estamos en una situación mucho peor que al inicio del 2007 2008, con lo cual –con la pandemia–la situación es mucho más catastrófica.
Según datos oficiales, en el año 19 en el reino de España había entre 10 y 12 millones de personas pobres. Ahora no lo sabemos porque todavía no hay números, pero creo que hay algún millón más –por no decir unos cuantos más– que los que ya había en el año 19, que es espectacular: diez o doce millones de pobres, en una población de 47 millones de años de habitantes.
J.P.M.- Daniel, has sido invitado a formar parte de una comisión parlamentaria que se llama Comisión para la reconstrucción”. ¿En qué consiste? ¿De cara a qué has sido invitado? Entiendo que para hablar de renta básica, porque tú la defiendes frente al ingreso mínimo que ha propuesto el gobierno… ¿Nos puedes contar un poquito?
D.R.- Bueno es una comisión parlamentaria de las que hay muchas. Lo que ocurre que ésta, dadas las circunstancias, ha tenido mucha más repercusión mediática. Se llama Comisión de Reconstrucción Post Covid. Creo que hay cuatro subcomisiones por temas –económico, social, sanitario y alguno más– y a mí Esquerra Republicana me dijo si me podían proponer en esta Comisión, porque como estas comisiones son del Parlamento, todos los grupos parlamentarios hacen las propuestas. Y les dije que si es para hablar de la renta básica sí, sí no, no tengo ningún interés en ir. Como se trata de la comisión o subcomisión de política social, obviamente se hablará de la renta básica y de muchas cosas. Supongo que se hablará del ingreso mínimo vital, etc.
Sé que en esta comisión somos 41 personas –había 400 propuestas por todos los partidos políticos– y la idea es que personas como yo, que se supone que entendemos sobre determinados temas, vamos a explicar cosas allá y ellos van a hacer lo que les dé la gana en definitiva. Nosotros lo único que vamos a hacer es dar nuestras opiniones sobre determinados aspectos. Yo he participado en otras comisiones parlamentarias de los parlamentos vasco y catalán, y bueno el funcionamiento acostumbra a ser así: tú haces una pequeña exposición, todos los grupos parlamentarios te hacen preguntas, tú les contestas a todos y, luego de dar las gracias, te vas a tu casa.
“la renta básica tiene una heterogeneidad muy grande en contra y una heterogeneidad muy grande también a favor”
J.P.M.- ¿Qué sectores se oponen a la renta básica aquí?
D.R.- En otros países, por razones culturales, económicas o sociales podría haber otro tipo de aspectos, pero en la Unión Europea en general hay gente que se opone a la renta básica de forma muy heterogénea. Hay muchos que son ricos y grandes empresarios y consideran que la renta básica podría en parte socavar parte de sus privilegios. Cada vez hay más sindicalistas que están a favor de la renta básica, pero los grandes sindicatos en general están en contra de la renta básica. Luego hay algunos trabajadores simplemente con la crítica de “cómo este señor o esta señora va a recibir una renta básica a cambio de nada, y yo me tengo que levantarme cada día a las 5 de la mañana para ir a trabajar…” Bueno, esto cada vez lo va a decir menos gente porque ya no se van a levantar para ir a trabajar porque no va a haber trabajo, pero mientras lo hay, algunos todavía van diciendo estas cosas. Es muy heterogéneo. No es solamente oposición de los de la derecha, u oposición de la izquierda. Puedes encontrar de ricos o de trabajadores. Cuanto menos renta tienes, por ejemplo –como también dice esta encuesta a la que me refería antes– cuanto menos dinero tienes, más a favor estás de la renta básica, aunque en esta encuesta hay gente que tiene bastante dinero que también está a favor de la renta básica. Pero digamos que aquí encontraríamos mucha heterogeneidad en contra o a favor de la renta básica.
Seguro que David conoce a este economista Charles Murray que escribe en The Wall Street Journal que hace muchos años que es parte de la renta básica pero claro, él pertenece al ¿? Institute que es uno de los singtanks más bestias, con mucho prestigio académico, neoliberal. Este hombre ha escrito ya hace algunos años un libro que se titula así “Renta básica, una oportunidad para acabar con el estado del bienestar”. Bueno, es obvio cuáles son sus intenciones. Esto es lo que hace, por cierto, que alguna gente de izquierda contraria a la renta básica, diga “Hay gente como Charles Murray o como gente del Fondo Monetario Internacional que está a favor de la renta básica con lo cual es una medida para alargar el capitalismo”. Esto sería, más o menos, como decir “estoy en contra de los derechos humanos porque Madeleine Albright dijo que estaba a favor de los derechos humanos y si un monstruo como este tipo está a favor de los derechos humanos es que es un desafío…” Es decir que en verdad la renta básica tiene una heterogeneidad muy grande en contra y una heterogeneidad muy grande también a favor. Esto confunde a mucha gente.
J.P.M.-En síntesis ¿Cómo ves tú el futuro a corto, medio o largo plazo, respecto al tema de la renta básica?
D.R.- Si me permites te digo el mundo en sí, y luego te digo el mundo de la renta básica. Para decirlo de una forma, si quieres muy gráfica, el Ministro de Universidades actual del gobierno español (Castells) escribió en la prensa hace un mes o un mes y medio, “un mundo se ha acabado”. Yo creo que es muy buena reflexión un mundo se ha acabado, por las razones que cada uno de nosotros puede saber e imaginar. Lo que no decía es que precisamente si un mundo se acaba, empieza otro. Cómo va a ser este mundo, esto va a depender obviamente de quién gane. De momento va ganando la banca como decía en un artículo y de momento van ganando los ricos, en definitiva. Si realmente este mundo va a ser mejor para la inmensa mayoría de la población no rica, dependerá de si es capaz de imponer, convencer, o hacer sus propuestas. Y dentro de este mundo –que valdría la pena vivir para la inmensa mayoría de la población no rica– una de las propuestas sería la renta básica. Ni mucho menos la única porque claro, ésta también es una de las confusiones que acostumbran a pasar. Una de las objeciones que salen habitualmente es “pero la renta básica no soluciona…” y aquí cada uno te pone lo que tiene en la cabeza. La renta básica, dicho de forma muy sencilla, sería una medida de política económica pero no sería toda una política económica. Una política económica está compuesta por otras muchas medidas de tipo fiscal, monetario, laboral, etcétera y la renta básica no puede solucionar ni el 50, ni el 70, ni el 20 por ciento de todos los problemas que podemos tener en la situación actual. Por ejemplo, un complemento de la renta básica para muchos de los que la defendemos, es la renta máxima. Es decir: a partir de determinado nivel, usted no puede ganar más porque el problema de que usted sea rico es un problema de libertad para la inmensa mayoría que no es rica. Esto lo han puesto en evidencia economistas extracción política y social muy moderada como, por ejemplo, Joseph Stiglitz, y lo han puesto en evidencia filósofos políticos y ciudadanía en general. Las grandes riquezas, las grandes fortunas son un problema para la libertad de la inmensa mayoría de la población, de aquí la renta máxima. Esto es una vieja preocupación republicana. A los founders de Estados Unidos en aquellos momentos les preocupaba que pudiera haber grandes fortunas que pudieran limitar la vida de la inmensa mayoría de sus conciudadanos. Por lo tanto, en este futuro mundo que valga la pena vivir para la inmensa mayoría de la población no rica, la renta básica tiene un gran papel pero claro, obviamente tendría que ir complementada con otras medidas. Una de ellas tendría que ser –para garantizar la libertad de la ciudadanía– una renta máxima.
Sobre cómo concienciar acerca de la renta básica…
J.P.M.- Y ¿qué podemos hacer desde los medios o desde el activismo para ayudar a concienciar respecto a la renta básica o la renta máxima?
D.R.- Difundir, difundir, difundir y debatir con razones. No se me ocurre ninguna cosa rara o espectacular. Yo creo que si tomamos un poco perspectiva histórica de cómo grandes conquistas para la humanidad se han logrado, bueno poco antes de lograrse estaban consideradas auténticas locuras. Por ejemplo acabar con el esclavismo ahora nos parece algo razonable y natural, pero hay que recordar que hasta mediados del siglo 19 tanto Inglaterra como Francia –entre muchos otros– tenían esclavos.
Por cierto cuando se acabó con el esclavismo, formalmente la preocupación mayoritaria era cómo indemnizar a los pobres esclavistas que se quedaban sin esclavos. A nadie se le ocurrió cómo indemnizar los esclavos pero bueno, esto nos derivaría a otro tema. O digamos el sufragio universal. “¡Qué tontería que voten hombres pobres!” Ya no digamos mujeres, esto fue después, pero “¿hombres pobres? ¿Cómo van a votar si el estado es nuestro, que somos los ricos, que pagamos los impuestos…?” Mucho más recientemente, el matrimonio homosexual. No a todo el mundo porque hay mucho fascista y reaccionario, pero en general nos parece no solamente razonable sino elemental. Bueno, pues recordad hace pocos años como se veía y sobre todo en determinados países el matrimonio homosexual. Ahora el debate es sobre la eutanasia.
Lo que ocurre es que los políticos son en general –con alguna excepción– lo contrario a la audacia. Me decían “hombre, esto del matrimonio homosexual hasta que no se implante en un país…” y claro, cuando lo implantó un país todo fue en batería pero algún país tenía que implantarlo, porque no había nadie que tuviera la valentía de hacerlo primero. Con la renta básica lo mismo muchos políticos me preguntan “¿Pero qué país tiene la renta básica?” ¿No te gustaría pasar a la historia imbécil, –que no merecerías pasar– aunque sólo fuera porque quieres implantar nuestra renta básica? Bueno, le digo imbécil si le tengo confianza, si no le digo otra cosa. Entonces a lo que me refería es a esto. ¿Qué papel los medios, qué papel los movimientos sociales…? Yo tengo mucha esperanza en determinados medios y en determinados movimientos sociales. No tengo esperanza en los políticos –aunque haya unos pocos políticos que les tengo auténtica admiración–. No tengo ningún tipo de confianza con ellos. Lo que ocurre es que también los políticos, como es normal, están influenciados por una situación social y si esta situación social empuja hacia una dirección, muchos políticos van en aquella dirección aunque sólo sea para intentar sacar lo que puedan.
«¡Claro que tenemos futuro!»
J.P.M.- Pero bueno, del mismo modo que se implantó el matrimonio homosexual o se prohibió la esclavitud, etcétera, tenemos futuro todavía con la renta básica…
D.R.- ¡Claro que tenemos futuro! Si no, ¿por qué crees que estaría yo?. Preferiría dedicarme al ajedrez…
J.P.M.- Muy bien Daniel, muchísimas gracias muchísimas gracias. Seguimos en contacto, hablando de este tema, y esperemos que más temprano que tarde algún país se decida, algún gobierno sea un poquito osado y quiera ponerlo en marcha y pueda recoger los frutos de la liberación en parte de su población. Ojalá que sea muy pronto.
D.R.- Esperemos, esperemos, y muchas gracias a vosotros por tener tanta atención por la renta básica.