El presidente estadounidense, Donald Trump, decide extender otro año las sanciones unilaterales de Washington contra Siria en medio del brote de la COVID-19.
El mandatario de EE.UU. avisó el jueves de su decisión para prorrogar por otro año las sanciones contra Siria en una carta enviada a la presidenta de la Cámara de Representantes (Cámara Baja del Congreso), Nancy Pelosi.
“He determinado que es necesario continuar con la emergencia nacional declarada con respecto a esta amenaza y mantener en vigor las sanciones (contra Siria)”, señaló Trump.
La Administración estadounidense declaró en mayo de 2004 la “emergencia nacional” respecto a Siria, tras acusar al Gobierno sirio, presidido por Bashar al-Asad, de generar “inestabilidad” en la región de Asia Occidental y amenazar intereses de Washington.
La llamada ley de “emergencia nacional” de Estados Unidos debe ser renovada cada año por el presidente para impedir su revocación automática. Este reglamento permite la confiscación de bienes de personas en Siria y prohíbe la exportación de algunos productos y materiales al país árabe.
Trump ha decidido extender las sanciones contra Siria, en momentos en los que cada día se oye más voces, que piden el fin de embargos y políticas coercitivas debido al brote del nuevo coronavirus, que causa la pandemia de la COVID-19.
El letal virus ha provocado una grave crisis sanitaria a nivel mundial y sigue propagándose en el orbe. Ha infectado, hasta la fecha, a más de 3,7 millones de personas, de las cuales más de 268 000 han perdido la vida.
En medio de tal situación crítica a nivel mundial, diferentes organismos y gobiernos han tachado los embargos estadounidenses como un “crimen de lesa humanidad”, por reducir en gran medida las capacidades del sistema sanitario de los países sujetos, e impedir las importaciones de medicamentos y equipos médicos vitales.
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