Nueva Zelanda ha declarado la victoria sobre la COVID-19. Esto se produce después de que el país haya eliminado las transmisiones comunitarias tras siete semanas de restricciones. Los expertos opinan que son varios los factores que llevaron a su éxito, incluyendo un confinamiento temprano, un liderazgo fuerte y una alta tasa de pruebas.
Los informes sobre la eliminación del virus han sido música para los oídos de un país que soportó siete semanas de confinamiento y autoaislamiento. Ahora el foco está puesto en la recuperación.
«Mirad lo que ha logrado unido nuestro equipo de cinco millones de personas, derrotar al virus. Veamos ahora qué podemos hacer para volver a poner nuestra economía en movimiento», dijo Jacinda Ardern, primera ministra de Nueva Zelanda.
El cierre de fronteras y la puesta en marcha del confinamiento antes de que el virus se propagara por la comunidad fueron las claves del éxito de Nueva Zelanda, según el experto en salud pública Michael Baker.
Los informes sobre la eliminación del virus han sido música para los oídos de un país que soportó siete semanas de confinamiento y autoaislamiento.
Los expertos creen que la eliminación del virus y la limitación de las muertes a tan sólo 21 ha sido fruto de una combinación de factores. La tasa de pruebas de virus de Nueva Zelanda ha sido mayor que en la mayoría de los países y la respuesta de China en Wuhan proporcionó valiosas lecciones.
Lo que sí ha tenido el país a su favor ha sido a su carismática primera ministra, que convenció a la gente para que se quedara en casa. Con casi un 90 por ciento de apoyo popular, el aislamiento funcionó.
Dado que se prevé que el desempleo alcance el 10 % en cuatro meses, Nueva Zelanda pagará un enorme precio económico por su éxito, pero la primera ministra sigue siendo positiva.
El país acoge con beneplácito el compromiso del Gobierno de invertir mucho más en salud pública. El país espera así estar aún mejor preparado para la próxima pandemia.