El jueves conversamos con Nelson Santacruz, referente de La Garganta Poderosa de la Villa 21-24, sobre la gravedad de los contagios de coronavirus que se estaban disparando en los barrios más humildes de la Ciudad de Buenos Aires. Nos contó del caso de Ramona Medina, vecina de la Villa 31, quien estaba internada por coronavirus, luego de haber denunciado la falta de agua en el barrio y la necesidad de proteger a la gente que había dado positivo de sus propias familias. El gobierno de Horacio Rodríguez Larreta hizo caso omiso y detrás de un blindaje mediático atroz, Ramona murió este domingo y ni La Garganta Poderosa, ni Pressenza se callan. #BastaDeSilencio
La Argentina atajó la pandemia con un programa de prevención que anticipó la llegada de las primeras oleadas de contagio. Esa cuarentena exitosa, permitió al gobierno nacional y a los provinciales y municipales a prepararse para evitar el colapso del sistema sanitario. Un sistema de salud que había sido masacrado durante el gobierno de Mauricio Macri.
Sin embargo, tras seis semanas de cuarentena, comenzaron a ocurrir nuevos hechos que ponen en entredicho el éxito de este plan. Para conversar de esas derivas o errores es que hablaremos con Nelson Santacruz, integrante de la organización La Poderosa, que nuclea a los habitantes de cientos de poblaciones precarias no solo en Argentina, sino en todo el continente.
Comencemos hablando de la denuncia pública que vienen sosteniendo desde hace semanas los integrantes de La Poderosa. Ustedes anticiparon los primeros casos de contagio en los barrios populares y la falta de ayuda por parte del Estado. Cuéntanos.
Nosotros venimos denunciando las diferentes necesidades estructurales que tenemos en los barrios populares, o villas como se dice acá, históricamente. En este contexto de pandemia esas necesidades se expandieron y se profundizaron sobre todo en los barrios más carenciados de Capital Federal, que es donde nosotros comenzamos a denunciar no hace tanto. Para sorpresa de nosotras y nosotros, a fines de abril estuvimos contando que se conoció el primer caso de coronavirus en la Villa 31, uno de los barrios más conocidos y hacinados de Capital Federal en Argentina. Y, la verdad, es que desde nuestra denuncia, no se nos escuchó y nosotros decíamos que si no había una intervención por parte de Horacio Rodríguez Larreta, que es el Jefe de Gobierno de Buenos Aires, esto se iba a expandir y es lo que sucedió.
Entonces, básicamente, lo que pasó es que a los dos, tres días, ya fueron 3 los casos, 20 y ahora en este barrio hay 628. En todo Capital Federal hay 2465 positivos y 891 son de los barrios vulnerables. Es inmenso el contagio que se está dando en nuestros barrios. Yo estoy en la Villa 21-24, que está en el sur de la ciudad y que hace 1 día y medio teníamos un solo caso y hoy ya tenemos 13. Los contagios se están dando de manera muy acelerada. Acá al lado de mi barrio, está otro barrio humilde que se llama Zavaleta, que de dos casos, una madre y su hija, y como no testearon a tiempo a la familia. Y ahora seis de los hermanitos de esa niña e hijos de esa madre, están contagiados. Es decir, no les acercaron en su momento ni alimentos, ni productos de higiene. Nosotros comenzamos a denunciar para problematizar que era urgente el aislamiento para las personas que estuvieron en contacto con los casos positivos. El testeo urgente para las personas que tuvieron contacto y no nos escucharon. Insistíamos a través de nuestras redes sociales constantemente y hoy sucede esto, que hay 628 casos solo en un barrio en menos de una semana. Es preocupante y esto va a acompañado con un montón de otras problemáticas: el tema de la alimentación, el tema del hacinamiento, el tema de la faltante de agua. Porque, claro, mientras nosotros denunciábamos que no estaban testeando a los padres del primer caso en la Villa 31, también se sumaba que había manzanas sin agua, pasillos enteros sin agua durante 12 días y luego nos enteramos que la madre del primer caso que denunciamos terminó muriendo por coronavirus. Es terrible lo que estamos viviendo, es desesperante, cuando nosotros venimos advirtiendo hace tiempo de las diferentes problemáticas que tenemos en nuestros barrios y no nos escucharon.
Evidentemente hay un problema serio acumulado en nuestros barrios populares de nuestro continente de falta de infraestructura, de agua potable, de alcantarillado, de condiciones, en fin… todo esto con lo que venimos guerreando hace tanto tiempo, pero en esta específica situación, Nelson, ¿dónde están las responsabilidades? ¿Quién no está respondiendo a las necesidades emergentes de estas villas en este tiempo de pandemia? ¿Dónde está la responsabilidad?
Como bien decís, es algo que está sucediendo en toda la región, sobre todo en esos países donde gobiernos neoliberales como los de Bolsonaro están llamando a salir y romper la cuarentena. Digamos que es algo que se está profundizando terriblemente en aquellos lugares donde el Estado no está dando respuestas concretas y en diálogo con los territorios. Nosotros creemos que eso es lo fundamental, los gobiernos tienen que tener una lectura territorial al momento de implementar políticas públicas. Muchas veces se piensa en hacer determinadas cosas, pero si vos no tenés diálogo y una lectura territorial de cómo vienen sucediendo en los barrios populares históricamente es muy difícil que se puedan implementar ciertas cosas. Nuestros barrios populares no tienen internet, por ejemplo. Y eso es algo que es fundamental resaltar, porque eso impide la continuidad pedagógica en cientos de niños y niñas, eso impide acceder a ciertos beneficios sociales que el gobierno otorga, pero que no se pueden tramitar porque no tenemos internet o directamente, no tenemos señal en muchísimos casos. Estoy seguro que el 70 % de los barrios humildes de este país no tiene acceso a internet y eso impide el derecho al acceso a la información, el derecho a la continuidad pedagógica, el derecho a acceder a algunos beneficios que en este contexto de no trabajo, de no tener empleo, impide acceder a esos beneficios sociales y, a la vez, a comer. Entonces, hay un abanico de derechos vulnerados en ese sentido donde el Estado tiene que empezar a entender cómo es que vivimos en nuestros barrios. Nelsy, yo te explico cómo vivo yo en la Villa 21-24, en el sur de Capital Federal, a dos casas de mi casa tenemos un merendero con mi mamá, muy chiquito, que antes de la pandemia otorgaba 30 raciones de merienda para niños y niñas. Hoy en día estamos entregando 210 raciones de lunes a sábado a estos niños y niñas y a diferentes vecinos. Porque, claro, lo que sucede es que tuvimos que aumentar las raciones de los comedores populares, de los merenderos, de las ollas populares, que nosotros acá en mi barrio tenemos 5 y se triplica. La gente empieza a venir porque las changas, los trabajos informales ya no se pueden hacer y no hay soluciones. La necesidad de comer sigue y nosotros como organización tenemos que ingeniárnoslas para poder cubrir esas necesidades y la mayoría de las veces autogestivamente. Porque el Estado no está reconociendo un montón de trabajos, sobre todo de mujeres, que le ponen el pecho a estas ollas populares, merenderos, comedores y está sucediendo que, por ejemplo, nosotros tenemos que comprar el gas. No tenemos conectividad de gas en los barrios. Sale 500 pesos y los ponemos de nuestro bolsillo porque no hay un plan nacional de garrafas sociales para comedoras y merenderos. Eso es lo que yo digo cuándo hablo de que no tienen una lectura de políticas públicas en base a las necesidades y las formas organizativas que tienen los barrios. Ese es un ejemplo chiquitito. Nosotros, en nuestros barrios tenemos 422 casos de dengue, esto es muy importante resaltarles, porque en Argentina hasta hoy hay 6879 casos positivos de coronavirus y el dengue no está muy atrás de esa cifra, hay más de 6800 casos. En los barrios humildes estamos conviviendo con una pandemia y con una epidemia al mismo tiempo. Y lo tenemos que resolver entre lass organizaciones barriales como podemos y es desesperante porque también ahí es necesario resaltar la solidaridad. Nosotros nos regimos por la solidaridad y la unión de las diferentes organizaciones, de los vecinos y las vecinas, en mi barrio relevamos entre las organizaciones 1200 adultos mayores, de los que fueron vacunados con la vacuna antigripal 980. Hicimos 15 puntos de vacunación en los barrios y, a través de presionar nosotros a Nación para que eso suceda, pudimos vacunarlos. Las postas de salud autogestivas, los comedores populares, los repelentes de donaciones, las campañas que estamos haciendo, el tema del agua que está en una situación crítica. En mi barrio el 70 % tiene agua contaminada, es un relevamiento que hicimos entre las organizaciones sociales el año pasado, porque no existen pruebas bacteriológicas oficiales. Desde ese lugar nosotros vemos que está fallando que no escuchan a los vecinos y las vecinas, no están escuchando a los organismos que pisan el territorio hace muchísimos años.
Sobre el rol de las organizaciones de base y la solidaridad, frente a la lejanía de las instituciones. ¿Querés agregar algo?
Nosotros tenemos un caso ejemplo que puede ilustrar la situación de los barrios populares frente al coronavirus. El 3 de mayo Ramona, una vecina nuestra, salió a denunciar la faltante de agua que ya llevaba, más o menos, diez días sin agua y que terminaron siendo doce, porque el gobierno no nos escuchaba. Y ella salía a decir que necesitaban tener agua para higienizarse y para alimentarse y todo para lo que se necesita el agua. A veces, es un poco cínico lo que te dicen en las campañas de prevención, cuando en los barrios populares no hay agua, o la presión del agua es muy poca, o no sube al tanque, o estás con una impotencia de si va a venir dentro de una hora o si no va a venir por diez días como en el caso de la 31, que fueron más de diez días, incluso. Ramona que difundió un video el 3 de mayo, ayer mismo supimos que tiene coronavirus y está ingresada. Y así, seguramente, se están haciendo los testeos de su familia. Ella tiene una niña que tiene una discapacidad muy grave, que es totalmente paciente de riesgo y es una dificultad tremenda que nos preocupa porque la mayoría vivimos en los barrios de emergencia o populares, donde estamos todos amontonados. Hicimos un relevamiento y destacamos que en habitaciones de 4 x 4, estamos viviendo entre 4 y 10 personas en promedio en nuestros barrios. Imagínense ustedes estar en un 4 x 4 de tamaño de habitación, sin agua por más de diez días, con todo el coronavirus, incluso de dengue, porque uno tiene que recolectar aguapara poder tomar o limpiar el piso, cada vez que puede, esos son focos de dengue, eso sucede a la par. Y no tener el trabajo, todo lo que tiene que ver con el cambio de ánimo en este contexto, es mucho más difícil la cuarentena en los barrios populares, en los barrios más humildes no es lo mismo.
Uno de los grandes ejes de comunicación de La Poderosa tiene que ver con la denuncia de los prejuicios y clichés que persiguen a quienes viven en las zonas más carenciadas. ¿Esta crisis nos permitirá comprender que el destino de todos está conectado y que debemos pensar en soluciones que nos contemplen a todos?
La verdad es que nosotros históricamente venimos acarreando un montón de prejuicios y estigmas instalados por los medios de comunicación hegemónicos, que son los mismos que hoy en día están ocultando nuestras cifras. Son los mismos que hoy no están diciendo que hay 891 casos solamente en CABA, en los barrios populares, son los mismos que no están diciendo que hay 628 casos, solamente en la 31, o 226 en la 1-11-14, que es otra villa. Entonces, esas instituciones, como los medios hegemónicos son los que constantemente incentivaron a la sociedad, como sucede en toda la región, a estigmatizarnos. Nuestros barrios, como bien lo mencioné, están cargados de solidaridad y hoy están sosteniendo la estructura social. Imagínense todo esto sin nuestros comedores, sin nuestras postas de salud, cómo estaría resolviendo esto el gobierno, o los gobiernos, hoy en día esta situación. Somos nosotros y nosotras quienes, además de trabajar precariamente, muchas veces trabajamos de manera gratuita en estos comedores, alimentando a cientos y cientos de personas, como el comedor de Nelly, por ejemplo, que está pegado a mi barrio y que alimentaba 250 personas y hoy alimenta a más de 600. Entonces, hay muchas formas de hacer ese contrasentido y nosotros como medio de comunicación, con La Garganta Poderosa, trabajamos territorialmente y nos estamos expandiendo en toda la región para decir desde las bases que somos plurinacionales, somos organizativos, somos también trabajadores y trabajadoras y no solamente los estigmas que nos ponen encima. Y hoy en día estamos con el operativo Detectar, que es como llama el gobierno de Argentina, es urgente que sea en todas las villas de la Capital Federal. Inmediatamente para tener los casos específicos y que eso ayude a que se pueda aislar a las personas contagiadas y a las personas que están dando positivo, que son cada día decenas y decenas.
Y, obviamente, necesitamos que el gobierno argentino blanquee los datos de qué es lo que está sucediendo en los barrios populares, en los barrios necesitados de todo el país, porque la información es algo que nosotros también demandamos. Así que como dicen ustedes, es importante este tipo de información, difundir el boca en boca, porque es algo que está sucediendo regionalmente y que se potencia en los barrios más necesitados.