También se realizarán acciones online el día 28 de junio, Día del Orgullo LGTBI
El Comité Organizador del Orgullo Estatal LGBTI, compuesto por la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB), COGAM, Colectivo LGTB+ de Madrid y la Asociación de Empresas y Profesionales para el colectivo LGTBI de Madrid (AEGAL), ha decidido celebrar el Orgullo Estatal LGTBI de manera virtual entre el 1 y 5 de julio, fechas previstas antes de la crisis del Covid-19. Además, realizarán acciones online el día 28 de junio, Día del Orgullo LGTBI.
En un primer momento, el Comité resolvió aplazar el evento, pero ante la perspectiva que se presenta en los próximos meses y fruto de nuestro compromiso con la salud y la seguridad de la ciudadanía se ha decidido adaptar el Orgullo a las nuevas tecnologías y realizarlo de forma online en las fechas inicialmente previstas.
El Orgullo Estatal quiere homenajear a toda la ciudadanía y trasladar un mensaje global de fuerza, apoyo, visibilidad y esperanza, especialmente, a todas las personas del colectivo LGTBI que más están sufriendo esta emergencia socio-sanitaria actual.
Tras las revueltas de Stonewall, en 1970 se celebraron las primeras manifestaciones del Orgullo. Hoy, 50 años después y, tras un largo camino no exento de momentos difíciles, en el contexto actual, el Orgullo se reinventa una vez más, y transforma la forma pero no el fondo. Por ello, entre las actividades que conformarán este orgullo, podemos adelantar que habrá un pregón online, así como otras actividades culturales, reivindicativas, de ocio y con iniciativas que animen a participar a la gente en este nuevo formato, engalanando sus casas y sus balcones con los colores del arco iris. Sin olvidar, por supuesto, que en este 2020 celebramos 15 años de la aprobación del Matrimonio Igualitario.
Según consideran los organizadores, “el Orgullo puede aportar una dosis de energía y un mensaje de superación y resiliencia, cualidades inherentes al colectivo LGTBI, que ya ha tenido que lidiar con otra pandemia, la del VIH y con siglos de discriminación”.
“No podemos olvidar que el Orgullo es ante todo visibilidad y reivindicación y no queremos que este momento de crisis suponga un retroceso en los derechos y reclamos de las personas LGTBI. Es precisamente ahora cuando muchas de las discriminaciones que sufrimos a diario se están agravando y quienes hasta ahora eran vulnerables, lo son aún más. Este Orgullo es más necesario que nunca y seguiremos celebrando y reivindicando como llevamos haciendo los últimos 40 años. El Orgullo 2020 servirá para dar voz a las distintas realidades que las personas LGTBI están afrontando durante la crisis”.
La celebración online del Orgullo 2020 está en la línea de las diferentes iniciativas que han sido adoptadas por numerosos Orgullos en todo el mundo y potenciará a Madrid como una ciudad libre, respetuosa, acogedora y referente de la diversidad.
FELGTB, COGAM y AEGAL se encuentran actualmente diseñando la programación y aseguran que están trabajando para que el Orgullo de Madrid, el Orgullo Estatal, siga siendo una referencia para el colectivo LGTBI tanto en España como a nivel internacional. “Aportará color, energía y un mensaje de esperanza a una ciudadanía que este mes y medio ha demostrado que no se deja abatir por estas duras circunstancias”.
Especial vulnerabilidad de las personas LGTBI ante la crisis del Covid-19
Tal y como denuncian las entidades que componen el Comité Organizador del Orgullo, la situación de confinamiento está agravando problemáticas ya existentes en la vida diaria de las personas LGTBI, como la soledad de las personas mayores LGTBI que, según un estudio de FELGTB, en un 52% de los casos viven solas (frente al 24% del total de la sociedad española) y tienen nulas o escasas redes de apoyo.
Además, la necesidad de permanecer en el domicilio está incrementando situaciones conflictivas dentro del propio hogar como las que viven las víctimas de violencia intragénero. Estas personas sufren agresiones físicas y psicológicas que, por lo general, no se denuncian por miedo a la falta de formación sobre este tipo de violencia entre los cuerpos y fuerza de seguridad. Sin embargo, la imposibilidad de cambiar de residencia libremente durante el estado de alarma ha generado un aumento en el número de denuncias durante el último mes y medio.
También se agrava la situación de las personas LGTBI que conviven con familias que no respetan su orientación sexual y/o su identidad de género. Se trata de personas jóvenes, por lo general, que en la actualidad tienen limitado el acceso a sus círculos más cercanos o redes LGTBI, sin independencia económica y que viven 24 horas al día o fingiendo ser quienes no son o sufriendo agresiones LGTBIfóbicas por parte de las personas que deberían quererles y protegerles.
Asimismo, las solicitudes de asilo están paralizadas desde el inicio del confinamiento lo que implica que personas solicitantes se encuentren sin ayudas, agotando recursos económicos, y con situaciones que rozan la emergencia, puesto que muchas no están trabajando y carecen de redes de apoyo.
Por otra parte, muchas mujeres trans, empujadas al trabajo sexual por la frecuente transfobia dentro del mundo laboral, se encuentran en la actualidad en situaciones de extrema necesidad pues el estado de alarma imposibilita que sigan desarrollando las actividades que les garantizan los ingresos con los que subsistir día a día y muchas de ellas están teniendo problemas para cubrir sus necesidades básicas de alimentación, vivienda, etc.
Igualmente, muchas personas LGTBI siguen teniendo que acudir a sus puestos de trabajo sin poder ser visibles, con el estrés que eso añade al ya existente por la situación actual. Otras, como le sucede al resto de la población, se están viendo afectadas por ERTES o sufriendo el impacto del cierre de actividades económicas que afectan particularmente a las personas con empleos más precarios y peor remunerados.
Y también al igual que el resto de la sociedad, las personas LGTBI se están viendo afectadas por la pérdida de seres queridos, la incertidumbre, los sentimientos de estrés, la ansiedad, depresión etc., consecuencias de la crisis que pueden agudizarse en un colectivo que ya cuenta con personas con una salud mental castigada por el constante enfrentamiento a las distintas discriminaciones que sufre, pero también exigirá soluciones para paliar las consecuencias de la emergencia socio-sanitaria generada por la aparición del Covid-19”, concluyen.