El paisaje que rodea a los Secoya-Siekopai corresponde al mundo agitado que presiona las fronteras de la naturaleza. Ellos viven rodeados de infraestructura petrolera, cultivos de palma africana, población mestiza y colonos. La pandemia que golpea sin descanso el mundo también llegó a sus tierras ancestrales.
San Pablo de Katëtsiaya, Wa’iya, Bellavista, Siekoya Remolino, Sewaya y Eno son las seis comunidades que se asientan en la provincia amazónica y fronteriza de Sucumbíos. A través de una rueda de prensa virtual, Justino Piaguaje, presidente de la nacionalidad indígena Sekoya-Siekopai, expresó que nunca recibieron una atención oportuna y eficaz del Estado sobre la Covid19. En particular, de las autoridades del Ministerio de Salud.
Días antes de la declaratoria de emergencia por parte del gobierno para frenar el avance del virus, hubo una fiesta en Bellavista. Ahí asistieron personas de otras comunidades como los cofán y kiwchua. Este hecho sugiere que el virus podría haberse extendido a otras comunidades indígenas. Es por esa razón que la activista de derechos humanos, María Espinoza (Amazon Frontlines), hace un llamado para que se realice “una identificación urgente de los sintomáticos respiratorios en todas las comunidades indígenas y rurales del Aguarico”. Es más: pide que se realice un proceso de testeo (pruebas), la creación de un cerco epidemiológico y aplicar las medidas de bioseguridad que sean necesarias.
La acusación de Piaguaje y la alerta de Espinoza se sustentan en los hechos que ellos han recogido y difundido en una denuncia pública. Ahí se indica que, entre finales de marzo y la quincena de abril, hubo diversos casos de personas con síntomas que se asocian a Covid19. En todos los casos se indicó que se trataba de un cuadro de amigdalitis y neumonía de tipo bacteriana.
Solo hubo un caso donde se aplicó una prueba PCR. El hecho ocurrió cuando falleció un adulto mayor con sintomatología asociada al Covid19. A un miembro de esa familia se le tomó la muestra y tardó 15 días en tener una respuesta: dio positivo.
Justino Piaguaje declara que si el Ministerio de Salud hubiera detectado a tiempo estos casos, la pandemia no se propagaba más. Espinoza, en ese sentido, apunta diciendo que en todos los casos presentados –salvo el familiar del adulto mayor que falleció– no se hicieron pruebas, tampoco se hicieron procesos de aislamiento ni de verificación en la comunidad.
Los dirigentes tuvieron que buscar las pruebas PCR o de testeo rápido para aplicarlos entre los miembros de la comunidad. Tocaron las puertas de sus aliados e incluso de las petroleras, “quienes hicieron caso omiso a nuestras necesidades” dijo el dirigente secoya-siekopai. Finalmente, se pudo conseguir 50 pruebas rápidas, las mismas que dieron como resultado a 14 miembros de la comunidad como positivos y dos confirmados con pruebas PCR.
Inclusive, entre las personas que dieron positivo, se encontraban las que tuvieron como diagnóstico inicial amigdalitis y neumonía.
Al menos se conoce la muerte de dos adultos mayores o ancianos, como son llamados por la sabiduría adquirida. “Para nosotros la muerte de nuestros abuelos es sumamente importante. Es triste”, dice Piaguaje. Uno de los ancianos era una de las personas que construyó una Maloca (choza ceremonial) en Wa’iya y dominaba la arquitectura siekopai; o, el otro, un anciano fallecido que conocía los secretos del Yagué (bebida alucinógena) y la medicina ancestral.
Justino también recuerda que 16 familias, siguiendo el legado de protección que asumieron sus antepasados a comienzos del s. XIX cuando asolaban otras enfermedades, decidieron introducirse en la profundidad de la selva en Lagartococha (en dirección a la frontera con Perú). Tenemos preocupación –sostiene– porque quizás esas familias ya tienen Covid19. “Vamos a movilizarnos hasta allá para hacer las pruebas rápidas”, añadió.
Pero, el problema no es conseguir solo la prueba. A eso se suma otro factor: el tiempo para procesarla. Jorge Acero, abogado de la nacionalidad secoya-siekopai, explicó que en Sucumbíos se han realizado 659 pruebas PCR y que hasta el momento existen 140 resultados aproximadamente.
Y agrega otro factor: el económico. El abogado explicó que existe el recurso económico que se ha destinado a los GAD (gobiernos autónomos) para atender la situación de emergencia. “el Consejo de Planificación de la Circunscripción Territorial Amazónica aprobó un presupuesto extraordinario superior a los 7 millones de dólares, de los cuales el 60% iba dirigido a los distritos de salud, a los hospitales y a los centros de atención. Sin embargo, hasta este momento, no existe ninguna información respecto a cómo se ha utilizado ese recurso económico”.
La comunidad secoya-siekopai tiene una población reducida y en riesgo de extinción. Son apenas 185 familias –según sus dirigentes– que hacen un total de 744 personas.
Ahí Piaguaje destaca “No quisiéramos que nuestros compañeros digan que fuimos 700 y ahora somos 100. Qué vergüenza sería en este siglo XXI que el Estado ecuatoriano nos dé una triste historia”.