Por Laurence Baranski
El 13 de abril de 2020, durante su discurso, el presidente de la República francesa, Emmanuel Macron, no solo anunció la extensión del confinamiento hasta el 11 de mayo, también dijo que «(…) la primera forma de salir de la epidemia es por medio de una vacuna.” (Fuente Élysée). En su intervención filmada del 24 de abril, Macron volvió a hablar sobre el deseo de toda la comunidad internacional de unir fuerzas para derrotar al COVID-19… gracias a la vacunación goblal.
En este discurso, la vacunación global se presenta como la única solución y una generosa ayuda para los países y poblaciones más vulnerables que se beneficiarían de ella (ver el video en el sitio web de Élysée). Esto implica que cada ser humano debe ser vacunado por su propio bien.
En Occidente, –aparte de Estados Unidos, que se retiró de la OMS, dejó de financiarla, y que ahora rechaza la vacunación obligatoria (al menos su presidente)–, la vacuna contra el COVID-19 parece haberse convertido en el único plan salvador por el que esperan todos los gobiernos.
En esta búsqueda de la vacuna de la salvación, GAVI es citado sistemáticamente como un socio esencial e ineludible.
¿Qué es GAVI?
Es «una organización internacional creada en el año 2000 como una asociación público-privada para tratar cuestiones de inmunización; con el objetivo de acelerar el acceso a vacunas para niños en los países más pobres.” (Presentación oficial). En resumen, es una organización de vacunación a gran escala. Creada por Bill y Melinda Gates.
Cualquier persona, que cree que la industria farmacéutica tiene un solo objetivo, el de cuidar y curar, pensará: pero si todos están protegidos por las vacunas, ¡es perfecto!
Excepto que… muchas voces se unen para explicar que las vacunas NUNCA se han probado, ni demostrado que son efectivas. Al contrario, causan graves e irreversibles efectos secundarios (muerte prematura de niños, parálisis, autismo, esterilidad….) y ni sabemos lo que contienen. De hecho, mostrar la verdadera composición de las vacunas no es obligatorio y quienes vacunan están legalmente protegidos, es decir, no son responsables de los efectos secundarios que no han sido objeto de estudio.
Entonces, ¿qué contienen las vacunas? ¿Y cuáles son sus verdaderos efectos secundarios? Hoy en día, los países africanos protestan contra estas campañas de vacunación, que se realizan con frecuencia sin el consentimiento fundamentado de los «vacunados». Además, India ha pedido la suspensión inmediata de la administración de todo tipo de vacunas financiadas por GAVI (fuente «India demanda a la Fundación Bill Gates»), Transition2017.com. Las peticiones circulan pidiendo el reconocimiento de las políticas de vacunas como crímenes contra la humanidad.
Siendo así, ¿cuáles serán los efectos secundarios de las futuras vacunas, principalmente la del COVID-19? Además de los metales pesados que desequilibran el metabolismo humano y las nanopartículas, ¿habrá tintes cuánticos, componentes digitales, etc?
¿Qué es lo que se inyecta en el cuerpo humano cuando se vacuna?
¿Cuáles serán las interacciones entre estos elementos inyectados y las ondas 5G que pronto envolverán a todo el planeta y que impactarán nuestro metabolismo que también es, (el principio de la vida biológica) eléctrico, magnético, vibratorio…?
Al final, ¿cuál es el verdadero propósito de la vacuna salvadora? ¿El bien común de la humanidad, o el del 1% más rico del planeta que posee del 80% al 90% de su riqueza? Las vacunas son un mercado financiero muy lucrativo.
Detrás de la vacuna, hay una visión del futuro de la humanidad.
También hay una visión de nuestra postura, de nosotros los humanos, hacia la vida.
¿Acaso la vida es una permanente batalla contra los enemigos que nos atacan (virus), es una competencia feroz, una guerra sin fin… o es un aprendizaje de cooperación en el entorno natural del que venimos, una búsqueda de armonía con la naturaleza, un fortalecimiento de nuestro sistema inmunológico en el que podemos confiar?
Parece mentira, pero actualmente el tema de las vacunas es un problema social y político. Del cual nos podemos reír y dejarlo ir, pero lo que está en juego es nuestro futuro, el de nuestros hijos y de los suyos. Este tema político y público es el de la mercantilización del cuerpo, de nuestra libertad e incluso de nuestro espíritu. Es tanto científico como espiritual y depende de cada uno sacar su propia conclusión.
Mientras tanto, información, discernimiento, y sobre todo paz.
Traducción del francés por Maria Paula Alvarez