Por La Poderosa
#Ahora, tras haberse probado un mayor índice de contagio en el Barrio Mugica y el Bajo Flores –las únicas dos villas porteñas que tuvieron búsqueda de febriles y testeos específicos en una mínima proporción–, nos confirman que los positivos siguieron aumentando con celeridad, a espaldas del silencio auspiciado por el Gobierno de la Ciudad: con 373 confirmados en la 31 y 120 en la 1-11-14; los barrios más vulnerados cruzaron la línea de los 500 infectados.
Ahí mismo, desde que comenzó la cuarentena, venimos sosteniendo nuestras propias postas de salud para maximizar la información y acelerar la detección de posibles contagiados, entre miles de vecinos verdaderamente «aislados».
Y sí, «hay especial preocupación por los geriátricos y las villas», pero tal riesgo para los adultos mayores aparece como una variable mundial, impuesta por ese virus tan desconocido como fatal.
Ahora, «el riesgo de las personas pobres» no viene impuesto por ninguna enfermedad, sino por la desigualdad que dejó de ser extraordinaria, el día que anunciaron «urbanizaciones» sin prestataria de agua y saneamiento, ahorrándose la plata que utilizan para callarnos en este momento. Ni pura casualidad, ni pura «preocupación».
No falta publicidad, ¡falta urbanización!