Las prácticas de aislamiento comunitario voluntario, la aplicación del sistema de medicina tradicional en atención primaria y las medidas para reforzar la soberanía alimentaria, que comunidades Mapuche implementaron para enfrentar al Coronavirus son parte del primer informe de la nueva Plataforma Indígena Regional contra el COVID-19 que establecieron el Observatorio Regional de Derechos de los Pueblos Indígenas (ORDPI) -entidad perteneciente al Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Originarios de América Latina y El Caribe (FILAC)-, junto al Foro Indígena de Abya Yala (FIAY).
El documento dado a conocer esta semana refleja las acciones de Los Pueblos Indígenas, quienes «han respondido de manera creativa y comprometida ante la realidad que les toca enfrentar, con clara conciencia de la urgencia y gravedad de la situación y han realizado diferentes acciones para enfrentar a la COVID-19».
El documento de FILAC plantea también una serie de recomendaciones a los gobiernos y a todas las instancias que de una forma u otra juegan un papel relevante en la lucha contra la COVID-19; entre algunas de ellas: proteger a poblaciones vulnerables y atender las necesidades concretas de cada comunidad indígena; desarrollar dentro de los Sistemas Nacionales de Información de la Salud mecanismos que desagreguen y sistematicen la información identificando personas indígenas afectadas de CODIV-19; y promover y facilitar el intercambio de buenas prácticas entre pueblos, comunidades y organizaciones indígenas de la región.
En el caso de Walmapu, el informe toma tres ejemplos referidos a: control territorial y aislamiento voluntario; uso de medicina tradicional; y experiencias de solidaridad, autoabastecimiento y soberanía alimentaria.
El documento describe que «en la provincia de Arauco, la población de Tirúa, en concordancia entre organizaciones sociales y comunidades mapuche han determinado, a partir del día 6 de abril, el cierre total y definitivo del territorio que comprende la comuna».
Esta experiencia refleja una de varios lugares donde organizaciones y comunidades establecieron el control territorial para proteger su patrimonio sanitario.
También la «aplicación del sistema de medicina tradicional en atención primaria», fue destacado por FILAC que describió que «comunidades mapuches realizan valoración de la pandemia desde su propia cosmovisión. Se la entiende como el resultado de una mala relación entre especies al interior de esta casa grande que es el planeta. Se debe a la transgresión de espacios sagrados como el mar, cerros, lagos, ríos. Por ello es que los Machi (agentes médicos mapuche) realizan rituales y ceremonias de sanación».
Se destacan que a la pandemia le precedieron señales como el eclipse (muerte del sol) entre otros hechos que anticipaban estos momentos de desequilibrio.
Y las medidas para la seguridad alimentaria que se implementaron en diferentes zonas costeras también fueron destacadas por el informe que señalo que «pescadores artesanales de la caleta Tirúa y Quidico del ancestral territorio Mapuche-lavkenche de la Provincia de Arauco, por iniciativa propia se solidarizan con la gente de la comuna obsequiándoles pescado, con este gesto demostraron la capacidad de autoalimentación y en equilibrio con el medio ambiente que tiene el territorio».
La nueva Plataforma Indígena Regional Frente a la COVID-19 “Por la Vida y los Pueblos” de FILAC entregará este informe a los diferentes gobiernos de la región y seguirá estableciendo vínculos entre las comunidades originarias y compartiendo sus experiencias para enfrentar esta pandemia.