Pressenza ha decidido abrir su redacción a todas aquellas personas que deseen compartir sus relatos y reflexiones inspiradas de este periodo de confinamiento.

Continuamos esta serie con esta historia enviada por Pierre Boquié, que vive en Saint-André-de-Valborgne, un pequeño pueblo del Macizo Central Francés. Durante este período de confinamiento, Pierre se dió cuenta de que se había estado preparando para una crisis de esta magnitud durante mucho tiempo, trabajando en sí mismo para ser resistente y pacífico.

Pierre Boquié : Confinado y determinado

En este momento tan particular, cuando una gran parte del planeta se encuentra paralizado, nos cuestionamos profundamente. Es lo más normal! Y buscamos entender lo que nos está pasando colectivamente, pero también individualmente. ¿Dónde nos encontramos en este momento de incertidumbre? ¿Qué estamos esperando? ¿Qué podemos hacer? Si la tormenta nos arrastra a todos, cada uno de nosotros se reduce a maniobrar sólo su frágil embarcación.

Paso mucho tiempo buscando información, observando, capturando el estado de ánimo del momento, por supuesto a distancia, virtualmente, a través de Internet, de los medios tradicionales, pero también en las redes sociales. Y he ido poco a poco identificando mi estrategia de supervivencia. En todo lo que leo, escucho y veo. Distinguiría en orden ascendente lo siguiente :

– Mensajes de odio o discriminatorios;

– Noticias falsas (Fake News);

– Pensamientos mágicos (Que hacen caso omiso de las leyes de la naturaleza);

– Informaciones sesgadas (ideológicamente o para afectar a cualquier enemigo, individuo o grupo de individuos);

– Noticias que provocan ansiedad (aquello que asusta y contra lo que no se puede hacer nada);

– Informaciones factuales (y verificables);

– Pensamientos esclarecedores (que te llevan a hacerte preguntas correctas y a vislumbrar soluciones);

– Palabras de sabiduría (que te ayudan a explorar y desarrollar los inmensos tesoros de tu potencial humano).

Somos seres sensibles, y cada información que llega a nuestro mente deja su marca, independientemente de si estamos o no de acuerdo con el contenido. Asegurar el correcto equilibrio de estas fuentes de información, de acuerdo con el objetivo que buscamos, es una higiene mental y emocional que a mi juicio es elemental.

El signo de que he desarrollado una forma de «inmunidad» al pensamiento tóxico es cuando yo mismo me convierto en productor de un discurso interior que me tranquiliza, me mantiene esperanzado y me permite experimentar un sentido de gratitud que renace constantemente, incluso en medio de la tragedia.

Y también están todos esos mensajes de esperanza que puedes captar a tu alrededor, siempre y cuando lo desees. Pueden provenir de todos los ámbitos de la vida, de todos los estratos sociales, de expertos en todos los campos y de gente humilde de todos los rincones del mundo. Tanto el bien como el mal impregnan la conciencia colectiva de la humanidad. Depende de cada uno de nosotros elegir nuestro lado.

Y de todos los mensajes que recibo, en lugar de escuchar a los que me dicen lo que debo hacer, están los que me hacen decir: «¡Ay, pero lo sabía, todo está dentro de mí! »

He recogido algunos de ellos en una presentación de diapositivas, escuchados en los últimos días, que pensé que eran portadores de significado, portadores de esperanza ! Acá se las comparto :

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¿Desea compartir su historia de confinamiento?

  • ¿Cómo ha cambiado su vida desde el inicio del confinamiento?
  • ¿Cuales han sido sus principales actividades?
  • ¿Ha identificado nuevas oportunidades?
  • ¿Cómo imagina el futuro del mundo después del confinamiento?

Hay vivencias que dejan una marca en nosotros, y que sin duda pueden servir de inspiración para muchas otras personas. Les invitamos entonces a enviar sus historias al siguiente correo electrónico: mauricio.alvarez@pressenza.com 

> No olvide enviar una foto que ilustre este periodo de cuarentena.