En el proceso de preparación del libro «Muros que hablan: Memoria gráfica del despertar social en Santiago de Chile», con el que algunos colaboradores de Pressenza queremos rescatar la explosión de creatividad visual que llenó los muros de Santiago y gran parte del país, nos pusimos en contacto con los grafiteros y «artivistas» que, con estilos muy diversos, acompañaron con sus creaciones las manifestaciones de los diferentes colectivos que fueron uniendo sus demandas contra los abusos del modelo neoliberal chileno. El libro se lanzará cuando acabe la cuarentena del COVID-19, que ha puesto en suspenso las movilizaciones presenciales y las ha llevado a la organización territorial.

Un punto neurálgico de las protestas fue el GAM (Centro Cultural Gabriela Mistral), a unas tres cuadras de la Plaza de la Dignidad, el epicentro de las manifestaciones en la capital. Sus amplias fachadas se convirtieron en una colorida exposición improvisada de murales, afiches, grafiti, pintadas y performances. El mismo Centro se sumó al despertar con su programación teatral y sus actividades culturales.

Quisimos entrevistarlos para conocer sus trayectorias, influencias y visiones acerca del despertar social que está ocurriendo en Chile, y mostrar sus trabajos en una galería fotográfica virtual. Esta es la segunda de una serie de entrevistas a los grafiteros del despertar social chileno.

Mauricio Huenún (PikoenelOjo Stencil) es uno de los artistas del stencil con más permanencia e historia, y ha logrado sintetizar con imágenes llenas de humor negro, poesía, ironía y una cierta ternura (cuando el tema lo amerita) las contradicciones sociales del Chile post-Pinochet.

 

¿Cuál es tu nombre y de qué manera has estado involucrado en el despertar social post-18 de octubre?

Mi nombre es Mauricio Huenún, pero para efectos de trabajos urbanos soy PikoenelOjo Stencil. Más que estar involucrado con el despertar social del 2019, estoy involucrado con un trabajo político, gráfico, callejero. Desde el 2005 aproximadamente me he estado dedicando a pintar stencil en la calle. Uno de mis primeros trabajos que considero bien logrados es la de un niño orinando una caja feliz de MacDonald’s. El pintado que aparece en la foto es del 2011, pero la plantilla es del  2006.

 

 

 

¿Cuáles son las influencias de tu estilo gráfico?

Nicanor Parra, Banksy.

Es notable la cantidad de trabajos que has hecho.

Sí, bueno, ahora mismo estoy mirando fotos antiguas, muchos recuerdos.

  ¿Cómo era el panorama del arte urbano callejero en esos años?

La escena callejera en esos años era algo más intensa en términos de stencil.

¿Te consideras un precursor?

No, precursor para nada: el stencil existía antes de que yo saliera a la calle. Ahora, cierto es también que el stencil en Chile no es tan masivo, a mi modo de ver. Referentes de esta técnica en verdad no encuentro muchos. Sí hubo durante algún tiempo en la década de los 90 mucha producción en Stgo, Valpo, Conce.

Claro, a eso me refería. Yo empecé a estar consciente del stencil y su potencia recién con la aparición en los medios de Banksy. Pero a nivel local no conozco tantos ni de tanta calidad como tú.

Bueno, sucede que stencilistas chilenos hay varios, pero en mi caso el stencil que trabajo es político. Tal vez ese sea un valor adicional.

Por cierto, ¿podrías describir a grandes rasgos en qué consiste la técnica? A primera vista dos grandes ventajas son su rapidez de ejecución y su capacidad de reproducción.

La técnica originalmente es sencilla: una plantilla o molde de origen a la imagen pintada, que se puede reproducir muchas de veces en un corto tiempo.

 Vivía en el barrio Yungay y me impactaron varias de tus obras.

Sí, me encanta el barrio Yungay… pinté mucho ahí. Muchas obras ya no están.

¿Qué puedes decir del tema de la reproducibilidad? O sea, la capacidad de copiarlos una y otra vez.

La materialidad de la reproductividad le da un carácter extraño y especial a la obra; esto bien lo sabía Andy Warhol, que le quitó a la obra la distinción de única e irreproducible. Pasa que con la serigrafía y el stencil se pueden hacer muchas reproducciones de una misma obra, y para muchos ortodoxos del arte este no es arte, solo por el hecho de ser muchas copias. Es una discusión abierta, por cierto.

¿Has tenido alguna medida del efecto que tiene tu trabajo en la gente y en el ámbito político?

Una medida del efecto de mi trabajo… bueno es ahí cuando esta cosa rara de las redes sociales sirve para algo. Es a través de estos medios que he tenido la posibilidad de saber qué piensa la gente de mi trabajo. Me ha pasado de todo, gente a la cual le gusta lo que hago y otra clase de gente a la cual no le gusta para nada, cuestión que se comprende. Mi trabajo no busca asociarse o hacerle caricias al sentir popular. Muchas veces busco todo lo contrario, lo que se nota cuando pinto alguna obra y la borran o tarjan.

¿Qué hace sentir eso? ¿Un poco de gustillo porque incomodas a los satisfechos?

Es extraño, pero si yo me planteo incomodar y lo logro, bueno… entonces me siento bien. Extrañamente creo que es parte de mi trabajo. Mi trabajo no es bello ni busca serlo.

¿Has colaborado con otros activistas visuales?

 No suelo trabajar con otros activistas visuales y en verdad, a mí por lo menos, no me calza autodefinirme como activista. Si tuviera que hacerlo, me definiría como un comunicador político urbano.

Sigamos con los hitos de tu trayectoria ¿Cuál de tus trabajos consideras el más relevante?

Uff, es que cada trabajo tiene una importancia relevante. A ver, tal vez «Lobo estás»: es uno de los primeros trabajos que hice en tamaño escala humana. En esos años pintaba stencil sobre papel y después pegaba el papel en el muro en lo que llama un “paste-up”.

 

 

 

¿Cuáles han sido los trabajos que más impacto han tenido? Pienso en el de Jaime Guzmán como conejita Playboy, por ejemplo.

El stencil de Jaime Guzmán tuvo algunas consecuencias políticas: hay algunas notas de prensa al respecto. A propósito de eso, llevé hace poco un par de personajes impresos al exterior de los tribunales de justicia (Nota de Pressenza: este trabajo se puede ver en la foto de portada).

¡Sí! Eso también te iba a preguntar. Ahí pasaste del stencil en pared a una instalación, prácticamente.

Sí, es una especie de performance.

¿Qué te ha inspirado el movimiento social y cómo ves sus proyecciones hacia el futuro?

El movimiento social del 2019 no me ha inspirado. Mi trabajo político comunicacional lo inicié hace más de una década. Por otra parte, me pareció hermoso encontrarme con tantos trabajos en los muros y de tan buena calidad. El 18 de octubre –desde una mirada gráfica urbana- marca un momento de exaltación muy similar al mayo francés del 68. Era lógico pensar que un despertar político social de esta magnitud tuviera una brigada gráfica natural, encargada de plasmar la pulsación del momento histórico.

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Obra: Bienvenidos a la República Democrática de Chile

Este stencil nace como idea gráfica el año 2015. Por ese entonces estaba leyendo el libro “El saqueo de los grupos económicos al estado de Chile” de María Olivia Monckeberg. Es el contexto de dicho libro el que da origen a esta obra. En un comienzo este stencil estaba fabricado en base a capas de color. Después, utilizando la misma gráfica, construí el primer stencil con la técnica de matriz de cuadros. Si se mira con detención la foto, se puede apreciar que la imagen está construida con pequeños cuadros que marcan los matices. El texto que nombra a la obra es de Nicanor Parra. Este stencil fue pintado en el Barrio Yungay en noviembre de 2015, en la esquina de Bulnes con Santo Domingo.

 

 

 

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Proceso de realización de la obra «No hay confort», en el Parque Forestal de Santiago

“No hay confort” nace como idea gráfica el 2016. Al año siguiente es llevado a la calle con la técnica del stencil. Su formato y materialidad (en lo que a stencil se refiere) está basado en una matriz  de cuadro, que define los matices de la imagen. Cada pequeño cuadro es cortado a mano por el autor. En lo que respecta a su lenguaje, se muestra una posición política identificando a la Constitución chilena de 1980 como punto de referencia. En paralelo el autor se apoya en la doble funcionalidad que en Chile tiene la palabra “confort”, en tanto uso de marca de papel higiénico y concepto referido a la comodidad.

 

 

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