El tema del derecho a la educación pública, gratuita, laica, de calidad y a lo largo de toda la vida, ha sido abordado en este programa en diferentes coyunturas. Queremos también abordarlo en este momento planetario de pandemia y confinamiento y quién mejor para ello que Camilla Croso, coordinadora de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación-CLADE.
Camila, sabemos que todavía estamos lejos de lograr el pleno ejercicio del derecho a la educación para todos y para todas, sin embargo, en esta situación específica que estamos viviendo, ese derecho parece verse aun en más dificultades. ¿Cómo describirías la situación del sistema de educación pública en este momento, en el que tendrían que enfrentar la situación del confinamiento de los estudiantes y de los docentes?
Gracias Nelsy por la pregunta, por esta oportunidad para reflexionar, para compartir con ustedes un poquito. La pandemia de la COVID-19 ha puesto al desnudo tantas cosas, así como puso al desnudo las desigualdades ya existentes en nuestros sistemas, a nuestras sociedades en todos los sentidos que podemos imaginar; las desigualdades socio económicas y las discriminaciones raciales, étnico raciales, geográficas, de género… Esto realmente es un primer tema que creo que nos hace reflexionar, porque una preocupación muy grande que tenemos es que este escenario profundiza aún más la discriminación y las desigualdades. En particular cuando pensamos que el confinamiento ha llevado en muchos casos ha gobiernos a buscar respuestas enfocadas en educación a distancia y partiendo de la premisa de que todas/os tenemos igual acceso a equipamientos electrónicos, que tenemos igual acceso a las redes virtuales, a la internet, que tenemos iguales condiciones en casa, que tenemos casa… Parte de demasiadas premisas que, en realidad, no son verdaderas, no se dan.
Por un lado, esta política de poner muchas fichas en la educación a distancia basados en las tecnologías de la información profundiza aún más las discriminaciones. Entonces, realmente también es un momento oportuno para luchar por cambios más estructurales, sea en el sentido de la superación de las desigualdades, sea en el sentido también del fortalecimiento de lo público. Y eso es un tema que podemos siempre hablar cuando tengo la oportunidad de charlar con ustedes, pero quedó claro que el debilitamiento de la salud pública, de la educación pública está llevando a escenarios tremendamente graves. Por un lado, la situación ahora nos desnuda cuestiones que ya veníamos discutiendo, tenemos preocupación de que profundice la desigualdad y las discriminaciones, pero también nos reta a pensar en transformaciones, en buscar cambios.
Así es Camila, tú afirmaste en una entrevista reciente, que el 88% de la población estudiantil del mundo está fuera de la posibilidad de continuar con sus estudios en este tiempo de pandemia. Obviamente, un factor sin duda tiene que ver con el cero acceso en muchísimas regiones del planeta a internet, a la posibilidad de tener una computadora, siquiera un celular con las suficientes herramientas que se necesitan para seguir estudiando virtualmente. ¿Qué otros factores están impidiendo ese acceso a ese derecho en este momento? Aparte del tema del confinamiento, ¿tú observas otros factores?
En realidad, cuando hablamos del 88%, si es un dato mundial fundamentalmente es fruto del confinamiento. Pero como les menciono, la preocupación que tenemos, eso de estar desnudando es algo que tenemos que poner atención, porque es realmente muy importante para pensar lo que queremos hacia futuro. Entonces, por ejemplo, queda más claro que nunca que el espacio de la educación, el espacio escolar, es un espacio de realización de otros derechos. Entonces, una cuestión dramática que surgió con el tema del confinamiento, más allá del derecho de educación en sí mismo, fue el hecho del derecho a la seguridad alimenticia. Quedó clarísimo que la escuela era un espacio en donde muchas familias contaban con el acceso a la alimentación, algunos gobiernos sí han logrado, como por ejemplo Argentina, que ha puesto mucho énfasis en asegurar que estos programas siguieran. Muchos otros no logran dar una respuesta rápida a esta cuestión pero quedó muy en evidencia como la escuela y el espacio educativo es también un espacio que realiza el derecho a la alimentación. Así como también el tema de género, quedó completamente desnudo como la escuela, por un lado tiene el potencial de ser transformadora, claro que no necesariamente lo es, hay situaciones escolares que, de hecho, profundizan la violencia o la naturalizan, o no logran enfrentarla, pero también quedó al desnudo que la escuela es, en muchos casos, un espacio de protección contra la violencia doméstica, contra los abusos sexuales y, de hecho, lo que las feministas, movimientos de mujeres nos están llamando mucho la atención, es como desafortunadamente el feminicidio aumentó. Tuvimos un retroceso, toda la problemática que tiene que ver con violencia de género ha quedado mucho más fragilizada. También tener conciencia de que la escuela en la cotidianidad es un espacio de protección, es muy importante. Son elementos que nos hacen pensar hacia dónde queremos ir y qué políticas queremos poner en marcha hacia futuro. Por ejemplo, eso que acabo de decir de la insectorialidad es algo que siempre veníamos planteándolo, pero en este momento queda más claro que nunca como esas políticas realmente se están relacionando.
Otro ejemplo tiene que ver con la cuestión racial que en América Latina tenemos que volver a hablar mucho más, si observamos quiénes son los más afectados por COVID-19 hay una intersección muy fuerte que tiene que ver con clase social, si la persona es migrante o no es migrante y la cuestión racial, sin hablar de la cuestión de género. Pero digo la cuestión étnico racial es de inmigración está afectando muchísimo. Entonces como que son elementos en donde nos pone atención la educación, porque tenemos que empezar a pensar inmediatamente como va a responder la educación cuando baje el aislamiento social, cuando vuelvan a abrirse las escuelas y esto son cuestiones estructurales que esta pandemia puso al desnudo que realmente vamos a tener que enfrentar.
El tema de la educación pública y la salud pública, países como Perú, nos comentaban nuestros colegas, hubo un reconocimiento muy contundente por parte de la presidencia de que es más urgente que nunca, que se vuelva a invertir de manera firme, sólida y radical en salud pública, en educación pública y otros derechos humanos. Tenemos periódicos lanzando editoriales que empiezan a cuestionar el Estado mínimo, empiezan a promover la idea de que el Estado, realmente, tiene que invertir mucho más en el estado de bienestar social. Así como el presidente de Francia que sale diciendo lo mismo, también creo que este momento también tiene que empujarnos a luchar, con más fuerza aun, por esas banderas que ahora se han mostrado tan, absolutamente, vitales para la vida misma de las personas.
Yo te quería preguntar un poco por el tema de si esto también está poniendo al desnudo, si tú crees o si también se está viendo en América Latina esta situación en la que ha puesto la pandemia de tener que estar educando a distancia, está sacando a la luz un poco esa manera instrumental que tiene el sistema, en general educativo de formar a ciudadanos/as. A mí me comentan, gente que tienen hijos y que los ven sentados ocho horas delante de la computadora, por ejemplo, en pleno confinamiento, pero también me cuentan que los valores que promueven no son el colaboracionismo, ni la autonomía de las personas, sino más bien cumplir objetivos, cumplir resultados, hacer los exámenes. Es decir, como una manera de que educar es solo preparar a la gente para salir al mercado, no sé si en América Latina también están con esa reflexión o cómo lo ven ustedes también desde la CLADE.
Tenemos una preocupación grande de que las empresas, los actores que quieren ganar plata con la educación a distancia, o con lo que en inglés llamamos “home school”, que empezaba, o había ganado bastante terreno, que estos empresarios, estas corporaciones aprovechasen el contexto COVID para realmente instalar con mucha más fuerza. Tanto el home school, como la educación a distancia son conceptos que muchas veces van de la mano, hay mucha plata que gira alrededor de la educación a distancia. Pero, indudablemente, esta es una preocupación que tenemos. Por ejemplo, nos ha preocupado que desde la sede de Unesco en Paris, cuando lanzan una articulación para hacer frente al COVID, los principales socios iniciales, ahora ya está más amplia esta coalición, pero inicialmente la coalición fue lanzada con la OMS que está muy bien, por supuesto, pero con Yahoo, con Facebook, con estas empresas muy grandes, muy consagradas, que sabemos que son corporaciones absolutamente con fines de lucro. Eso si nos ha preocupado, entonces, como que esas corporaciones se aprovechan para ganar plata y para naturalizar ese tipo de política.
Dos reflexiones con respecto a eso: una es que además de preocuparnos por el tema del lucro en la educación, como esas empresas pueden querer consolidar esta modalidad de lucro en la educación también tenemos que cuidar el tema de la privacidad de datos, porque también desde esas empresas, también se mueve por ahí la pérdida de privacidad de datos, o el acceso de datos de estudiantes indiscriminadamente. Es una dimensión de la problemática de educación a distancia que tenemos que cuidar muchísimo y discutir mucho más porque, evidentemente, sabemos que la sociedad del control va también consolidando. Hay otra reflexión que vale la pena también profundizar un poquito más, es que si vamos a observar y hablar con las familias como están experimentando esta educación a distancia, francamente tengo la impresión que es una antipropaganda. Porque, en realidad, se está volviendo mucho más complejo, también queda al desnudo las limitaciones de la educación a distancia, muchas cosas han quedado al desnudo, incluso esa. Para nosotros y nosotras, que queremos apostar en la escuela como un espacio de encuentro presencial, de relaciones, de ejercicios de relaciones democráticas, de la escuela que soñamos, sabemos que no siempre es así, pero es una lucha, es una disputa y nuestra apuesta es eso: la escuela como un espacio de encuentro, de relaciones horizontales, un espacio de dialogo, de práctica, de democracia. Por lo tanto, las relaciones presenciales son absolutamente claves y como tú decías es un contenido no instrumentado, contenido pensante, atrevido, que imagina otros mundos, que cuestiona y que promueve cambios al final del estatus quo que no nos gusta. Nuestra apuesta sigue siendo esa y toda esta puesta en marcha de educación a distancia está mostrando, y dejando al desnudo, estas limitaciones. La gente quiere volver a verse, profundamente, ese es el sentimiento que tenemos y eso está muy bien. Entonces, todo siempre es disputa, todo siempre es tensión, pero al mismo que estas empresas quieren aprovechar este momento para consolidar la educación a distancia también pueden perder fuerza, porque quedan al desnudo sus limitaciones. Tendríamos que aprovechar el momento para subrayar estas limitaciones, para subrayar el fortalecimiento de sistemas públicos, de una educación democrática, pensante y todo este otro concepto de educación y de derecho a la educación que tenemos.
Muchísimas gracias por acompañarnos, Camila.