Más de 300 000 africanos podrían perder la vida a causa de la covid-19, por la fragilidad de su sistema de salud y el impacto sobre su economía, advirtió un nuevo informe de la Comisión Económica para África (CEPA).
Los costos económicos de la pandemia “han sido más severos que el impacto directo de la covid-19, porque el distanciamiento físico necesario para manejar la pandemia está sofocando y ahogando la actividad económica”, señaló la secretaria ejecutiva de la agencia regional de Naciones Unidas, Vera Songwe, al anticipar el informe cuya distribución formal es este viernes 17.
África tenía 16 000 infectados con más de 800 muertes por el nuevo coronavirus hasta este jueves 16. Los países más castigados son Argelia, Marruecos y Sudáfrica. En el mundo hay más de dos millones de contagiados y más de 140 000 muertos por la covid-19.
El informe señala que a medida que la actividad económica decrezca, pues para 2020 se espera una disminución del producto bruto entre -1,8 y -3,2 por ciento, unos 27 millones de africanos pueden ser empujados a la pobreza extrema. Solo en África subsahariana ya hay más de 400 millones de personas en esa condición.
África “necesita 100 000 millones de dólares para proporcionar urgentemente espacio fiscal con el cual abordar las necesidades de seguridad de las poblaciones”, dijo Songwe.
Esa cantidad, que incluye 44 000 millones de dólares en moratorias de deudas, fue planteada por los ministros de finanzas del continente, para disponer de recursos con los cuales apuntalar los deficientes sistemas de salud, ayudar al funcionamiento de las empresas y sostener empleos e ingresos de los grupos más vulnerables.
En las ciudades africanas, que aportan más de la mitad del producto bruto de la región, 56 por ciento de la población habita barrios marginales o viviendas informales, recuerda el informe.
Solo 34 por ciento de los hogares en África tiene acceso a instalaciones básicas para lavarse las manos, una elemental medida de protección ante el coronavirus.
El informe señala que las pequeñas y medianas empresas de África se arriesgan a un cierre completo si no hay un apoyo inmediato, y “el turismo, que representa hasta 38 por ciento del producto interno bruto de algunos países africanos, se ha detenido efectivamente, al igual que la industria de las aerolíneas que lo apoya”.
El precio del petróleo, que representa 40 por ciento de las exportaciones de África, se ha reducido a la mitad en valor, y otras principales exportaciones africanas, como los textiles y las flores recién cortadas, se han desplomado.
Songwe dijo que “el sector privado necesita liquidez, pero también socios. Por eso pedimos a la comunidad internacional que apoye inyectando más liquidez en nuestras economías”.
En cuanto a mitigación, CEPA aboga por concertar esfuerzos para mantener el flujo comercial, especialmente de suministros médicos esenciales y alimentos básicos, y pide “impulso político” para favorecer el libre intercambio.
En particular propone que “la propiedad intelectual de los suministros médicos, los nuevos kits de prueba y las vacunas, se deben compartir para ayudar al sector privado de África a desempeñar su papel en la respuesta” ante la pandemia.
Songwe destacó que las mujeres “son el frente y el final de esta crisis, son nuestras enfermeras y dirigen muchas de las pequeñas empresas», por lo que “las políticas establecidas para responder a la crisis deben estar en colaboración con ellas”.
Pidió además claridad y firmeza “en el buen gobierno para salvaguardar nuestros sistemas de salud, garantizar el uso adecuado de los fondos de emergencia, evitar el colapso de nuestros negocios y reducir los despidos de trabajadores”.