En la última emisión de Cuatro Elementos conversamos con Aarón Elberg para analizar la crisis política que vive Israel, los movimientos de resistencia a Netanyahu y los avances sobre los derechos civiles de la población.
Benjamín Netanyahu seguirá siendo jefe de Gobierno israelí por el próximo año y medio, luego de conformar un Ejecutivo unitario con el centrista Beny Gantz, que pondrá fin a más de un año de bloqueo político en el país. El acuerdo permitirá que Israel tenga Gobierno después de las fallidas negociaciones que llevaron a repetir las elecciones en tres ocasiones en menos de un año.
La realidad es que Gantz se ha convertido en el guardián de la inmunidad de Netanyahu ya que, como es el primer interesado en sucederlo, tendrá que garantizar que es primer ministro hasta noviembre de 2021, cuando Gantz acceda al cargo. Si Netanyahu se ve obligado a dimitir por decisión del Tribunal Supremo, el acuerdo estipula que se convocarán elecciones automáticamente y que se esfumarán las ambiciones de Gantz.
¿Cómo están llevando en Israel este tema del aislamiento social, cuantos días llevan, cómo se vive?
En general se diría que la situación, el confinamiento, es parecido a como se da en todo el mundo occidental, uno de los temas más peculiares aquí fue que cuando comenzó este tema del coronavirus, por razones políticas justamente, se aceleró el tema del confinamiento y eso en gran medida ha evitado que tenga una expansión mucho más amplia como se ve en la cercana Europa.
Las razones políticas vienen relacionadas con la impecable introducción que hiciste en nuestro diálogo, durante el mes de marzo tenía que comenzar el juicio contra Netanyahu en esas causas que comentaste y una de las primeras medidas que se han tomado, cuando comenzó a esparcirse el tema del coronavirus, fue el de cerrar toda actividad pública. Es decir, una de las primeras causas que fueron canceladas fue la causa judicial que tenía que empezar contra Netanyahu, pero no puedes decir nada más “cerremos las cortes”. Se cerraron las cortes, los colegios, los parlamentos, los puestos de trabajo y todo eso que, en gran medida, ha ayudado que el coronavirus no tenga una expansión tan rápida, como se dice a veces “Dios escribe derecho con letras torcidas”.
Si porque la mayoría del parlamento israelí, la verdad que quería sacarse de encima a Netanyahu de una vez y, finalmente, logró hacer este acuerdo con este hombre Gantz, ¿cómo te parece que se llegó a ese acuerdo?
Es difícil saberlo porque hay un gran enojo en la población, esa mayoría que tú comentabas, el tema que unió muchas puntas diversas en la campaña política de estas elecciones fue la de formar, finalmente, una alianza que pueda quitar a Netanyahu del medio de una vez por todas. Y se logró que tenga esa pequeña mayoría en el parlamento gracias al apoyo de los votos de todos los ciudadanos que dijeron “no más”. Así que este acuerdo vergonzoso al que ha llegado es realmente una bofetada directa en el rostro de una gran parte de la población israelí y lo peor es que no se entiende muy bien lo que gana, más allá de tener un texto, una promesa para dentro de un año y medio. Netanyahu es famoso por el incumplimiento de sus promesas, no creo que nadie apueste, como se dice en argentina, dos mangos para que esa rotación efectivamente suceda. No se sabe y yo creo que en definitiva el temor de Gantz era que si esa situación de que no podía formar un gobierno, pero tampoco lo podían formar los otros, y se iba a una cuarta ronda de elecciones. Su temor era que, en ese caso, ya no pueda conseguir nada y quede peor que ahora.
De todos modos, es una cuestión de principios más allá de la politiquería del asunto, lo que se ha hecho es una cuestión vergonzosa y ha generado una protesta muy grande en la población dentro de las habilitaciones impuestas por la situación del coronavirus.
Sí, de hecho, esta semana circularon unas fotos muy llamativas donde se veía una movilización en Tel Aviv donde la gente, si bien respetaban las distancias, habían salido con mascarillas, querían dejar constancia en las calles de su rechazo a las políticas que está llevando Benjamín Netanyahu o, en contra de la corrupción, no sé si tiene relación directa con esta conformación de gobiernos o es algo que viene posteriormente. ¿Cómo lo tendríamos que entender?
Las movidas que ha venido haciendo Netanyahu para debilitar todos los aparatos democráticos en Israel, son un proceso que lo ha venido haciendo en modo paulatino, pero constante en sus más de diez años consecutivos de gobierno. Se ven como van medrando todo tipo de aparatos democráticos que venían funcionando, más o menos bien, tampoco vas a creer que la democracia israelita era una maravilla, pero de todos modos se da cuenta que venía funcionando y se va minando todo eso. El último bastión que más o menos quedaba, de algún modo, era el sistema judicial. Fundamentalmente, la Corte Suprema para algunos asuntos civiles, no para todas las cuestiones. La Corte Suprema de justicia nunca se ha puesto sobre sus cuartos traseros contra las ocupaciones israelíes, pero de todos modos sigue manteniendo unas ciertas formalidades democráticas, ha sido como una suerte del último bastión que permanecerá ahí con las últimas medidas que viene tomando Netanyahu, ahora con Gantz y el vergonzoso acuerdo que han firmado. Es como que en realidad hacen como un bypass de todo el sistema judicial implementado todo tipo de medida que no permite que la Corte pueda operar libremente, cumpliendo su función.
Mencionaste de pasadita el rol de la Corte de justicia allá en Israel, la cuestión de los territorios ocupados y entonces me acordé que en uno de los programas que hemos hecho, durante todo este ciclo de confinamiento, hablamos sobre la situación en estos territorios ocupados frente al coronavirus. Hay una gran cantidad de denuncias sobre el enorme riesgo que está corriendo la población palestina en esa zona. ¿Los movimientos que han salido a protestar tienen algún tipo de denuncia, de demanda, de propuesta, de acción solidaria en relación con este tema?
En primer lugar, los números acerca de lo que sucede con el coronavirus en la zona de Palestina no son conocidos. No sé muy bien cómo son las estadísticas, ni que es lo que está sucediendo, puedo decir que por intereses mutuos, Israel se ocupa de que la situación en estos sectores no desborde. En este aspecto como en muchos otros aspectos, que por un lado está el sistema de ocupación y el sistema de control, pero por otro lado existe, no públicamente, una gran colaboración entre los aparatos de gobiernos israelíes y los palestinos y yo creo que se toman medidas para que la situación no desborde. No porque haya mucho cuidado con la población allá, sino porque las poblaciones están ligadas y, obviamente, un desborde del coronavirus en Cisjordania o en la Franja de Gaza también afectaría a Israel. No es que es una ocupación remota, está muy entremezclado todo esto, todo Israel y Cisjordania es un pañuelo, hablando en términos, obviamente, de distancias latinoamericanas no existe, es una pequeña provincia. Así que realmente no tengo datos claros de la situación en Cisjordania, pero tampoco he escuchado números alarmantes.
Israel se ha convertido en un gran exportador en sistemas de seguridad, sistemas de vigilancia y ahora que hay tantas voces que alertan que en el mundo que sobrevendrá después de la pandemia, va a tener un lugar preponderante esa vigilancia social, ese control, hay muchas miradas de eso y, precisamente, en Israel el gobierno puso en marcha un programa de seguridad bastante intenso, en el cual le dieron permiso a los servicios de inteligencia, el Shin Bet, a trabajar con todas sus herramientas tecnológicas. Me surgen dos preguntas al respecto, por un lado la necesidad de poner toda esa tecnología en favor de preservar la salud y la vida de las personas, pero por el otro viniendo del gobierno que viene, como una sospecha de que en realidad se está aprovechando de la situación para generar un mayor control social, para evitar justamente todas esas disidencias que tenía. ¿Cómo lo ven ustedes, cómo lo sienten?
Es muy alarmante. Primero porque no se conocen qué información están recaudando y qué es lo que están haciendo con esa información. No hay una persona que pueda decir que con el control del avance de la pandemia se han conseguido logros a través del control que hacen a través de estos sistemas informáticos. Obviamente, se ve el control policial que evita el aglutinamiento de las personas en las calles, los espacios públicos, el tránsito entre una ciudad y otra, la manifestación como comentabas antes. Nadie puede decirte de que el hecho hayan rastreado y, a través de eso, han comprobado que están violando las normas sanitarias. Es algo que ha tenido alguna utilidad, pero lamentablemente sabemos que en épocas de crisis es el mejor momento para implementar todo tipo de normas de seguridad y control, supuestamente justificadas, por esta situación que son normas que se habilitan en su momento y después es difícil retirarlas e, incluso recientemente, han pedido una ampliación del alcance de este monitoreo sin explicar en qué consiste, sin explicar qué es lo que hacen con eso, permiso que será otorgado. Supuestamente tiene una fecha de caducidad, pero uno conoce esas cosas, entran y luego es difícil sacarlas, así que no se entiende qué es lo que están haciendo con esto, qué están buscando, pero cuanto menos se conoce, más alarmante es.
No sé si quieres hacer un último pensamiento, una última reflexión que tenga que ver con esta situación tan particular que estamos viviendo.
Lo positivo de esta crisis política en Israel, del coronavirus no voy a hablar porque ya ha atorado en todo el mundo, yo creo que muchas máscaras han caído con esta última movida política. Y yo creo que va creciendo en Israel la conciencia de mucha gente, de que es el momento de armar una fuerza democrática judío-árabe que ponga fin a lo que está sucediendo. Es una ficha que va cayendo y yo creo que va avanzado y eso es mirando lo positivo, que eso a futuro nos va a dar una buena sorpresa. Eso espero, al menos.
Muchísimas gracias Aarón por esta excelente radiografía de lo que está pasando allá en Israel.