Como lo es el derecho a la educación, a la sanidad, a las pensiones, a la vivienda…
Este 1º de mayo de 2020 tiene que representar el inicio de un nuevo orden mundial en todos los sentidos. Es necesaria una reordenación de prioridades que tenga parámetros claros como los que expresa el Nuevo Humanismo Universalista, en dos de sus máximas:
- “Nada por encima del ser humano y ningún ser humano por debajo de otro”
- “No hay progreso si no es de todas y para todas las personas”.
Y, no nos equivoquemos, esto implica comprender que hay determinados límites que no podemos transgredir porque ponemos en riesgo a toda la Humanidad, y comprender también que decir “toda la Humanidad” significa exactamente eso: toda la Humanidad.
Feminismo, Ecologismo y Nuevo Humanismo, el futuro del siglo XXI
El Movimiento Feminista ha dejado claro que la igualdad no es solo cosa de mujeres, y que va mucho más allá de una simple equiparación salarial o condiciones laborales más justas, que también. La igualdad que reclaman las mujeres (y hombres) feministas apunta a lo esencial: la igualdad en el valor de la propia vida, la igualdad de oportunidades reales, la igualdad en las condiciones de desarrollo individual, a la que tienen derecho todos los seres humanos cualesquiera que sean sus circunstancias. El Movimiento Feminista está reclamando que las mujeres son seres humanos y también que su concepción de ser humano, es mucho más que ser clase trabajadora, fuerza reproductiva o de trabajo, recurso humano…
Por su parte, el Movimiento Ecologista ha dejado claro que también va mucho más allá y apunta a la necesidad de crear una conciencia humana y planetaria. Nuestras acciones (o inacciones) afectan a nuestros seres queridos y a los desconocidos por igual, a lo cercano y a lo que no vemos, y el “efecto mariposa” no es solo una metáfora. Las inercias naturales no tienen el mismo comportamiento que las humanas, y el cambio climático hace demasiado tiempo que viene dando señales. Lo ha hecho sin prisa pero sin pausa, y será así como previsiblemente retorne a su “normalidad”, no responde a nuestros deseos y tiene sus propias leyes. El cambio climático nos está diciendo que somos nosotros quienes tenemos que cambiar.
El Nuevo Humanismo nos pone en situación, preguntándonos cuál el sentido que tiene nuestra vida. Son preguntas tan sencillas como esenciales y que venimos postergando “sine díe” desde hace demasiado tiempo: ¿queremos vivir? ¿en qué condiciones queremos hacerlo? ¿a dónde nos dirigimos? Nos recuerda una ancestral pauta de comportamiento que acompaña a la Humanidad desde sus albores, y que resurge en los momentos más difíciles de su camino; una pauta para con los demás y que tiene su centro en cada cual: “Trata a los demás como tú quieres ser tratado”.Y, si como individuos o pueblos, queremos lo mejor para nosotros, estamos obligados a dar lo mejor de nosotros a los demás.
Todos estos movimientos miran a la Humanidad en su esencia, como una sola, y en su mirada y sus propuestas llevan la marca de la noviolencia. Superan fronteras, culturas, creencias para dirigirse a lo esencial. La diversidad no atenta contra la igualdad y viceversa. Justamente lo diverso ha sido, desde siempre, lo característico del Ser Humano y de la propia Naturaleza. Estos movimientos no suprimen a nadie del listado de sus reclamos, y no van a dejar que los supriman quienes miran desde el centro de su mundo, de su ombligo, donde solo existen ellos.
Por eso, cuando trabajan y luchan por conseguir avances lo hacen pensando en todos y todas. Por eso cuando piden una Renta Básica, la llaman Universal, la llaman Individual y la llaman Incondicional y se cuidan de aclararlo porque saben que habrá quien quiera confundir y hacer cambalaches para dejar todo igual, o incluso mejor, para sus intereses.
Este 1º de mayo, tenemos que dar un paso firme adelante porque no es uno más del calendario. La amenaza de la crisis va directa al corazón y busca sembrar la desesperanza y que bajemos los brazos. Busca que no reflexionemos, que no tengamos un respiro que nos dé la posibilidad de comprender cuál es el otro futuro posible. No es solo una cuestión de dinero, quieren (como siempre) nuestra intencionalidad para ponerla a su servicio. La petición de una Renta Básica como un derecho les resulta insolente, no la soportan y temen que cuaje, y ésa es precisamente la señal de que estamos en el camino correcto.
Para ir a la luna, primero se decidió ir a la luna, y luego se organizó y trabajó para conseguir el objetivo. Y lo mismo para el voto femenino, la abolición de la esclavitud, la educación, la sanidad… Primero la imagen, después el trabajo.
Decidamos que queremos RBUII, y empecemos a organizar y trabajar para conseguirla. Es así como funciona nuestra psique, con imágenes trazadoras, con corazón decidido y con movimiento firme.
Salen las cuentas, si las hacemos nosotros (y no los de siempre) y, como suelo decir a quienes les preocupa exclusivamente el asunto monetario, la RBUII es el modo más seguro, igualitario y limpio de salir del atolladero ¡y además es el más barato!
Este 1º de mayo es diferente: pensemos, sintamos y actuemos en la misma dirección, y demos un paso adelante con firmeza: exijamos una Renta Básica Universal, Individual y Sin Condiciones.