Entrevista a la hija de Vasili Arkhipov
Durante la crisis de los misiles en Cuba, hace 58 años, el mundo se enfrentaba a una guerra nuclear. Como reacción al bombardeo de la Marina de los Estados Unidos, dos de los tres oficiales al mando del submarino nuclear soviético «B-59» decidieron lanzar un torpedo nuclear. Sólo Vasili Arkhipov, Jefe de Estado Mayor de la 69ª Brigada de Submarinos, dudó, antes de tomar probablemente la decisión más difícil y trascendental de su vida: El 27 de octubre de 1962, se negó a pulsar el «botón rojo», impidiendo así una reacción nuclear en cadena que llevaría a una guerra nuclear total. Sven Lilienström, fundador de la iniciativa «Rostros de la Paz», habló con la hija del hombre -cuyo trágico pasado sigue siendo en gran parte desconocido 21 años después de su muerte- sobre la persona detrás del uniforme, el papel de la madre y el deseo de paz.
-Señora Andriukova, durante la «Crisis de los Misiles Cubanos» su padre, Vasili Arkhipov, evitó una guerra nuclear. ¿Qué puede decirnos sobre los eventos del otoño de 1962 a bordo del submarino nuclear «B-59»?
-Muchas gracias por no olvidar los eventos o a mi padre. Mi padre, Vasili Arkhipov, era Jefe de Estado Mayor de la 69ª Brigada de Submarinos cuando, en octubre de 1962, fue movilizado por el Alto Mando de la Marina para llevar a cabo una misión secreta. Nadie sabía que había sido movilizado, ni siquiera mi madre. Una noche estaba preparando la cena, mientras esperaba a mi padre, cuando sonó el timbre. Un soldado estaba de pie allí con la chaqueta de cuero de mi padre – una chaqueta militar de cuero que estaba forrada de piel. Era otoño y hacía frío. Sin embargo, mi madre se preguntaba por qué le habían traído su chaqueta. Pero el soldado no dijo nada, sólo sugirió que Vasili Arkhipov no volvería a casa hoy. «¡Se va al mar!» fue todo lo que añadió.
Debes entender que todo era completamente secreto. Mi madre no tenía ni idea de dónde había sido enviado mi padre ni de cuáles eran sus órdenes. Además, yo era todavía pequeña en ese momento y prácticamente nunca vi a mi padre. Cuando estaba en casa volvía muy tarde, y al día siguiente salía de casa muy temprano para ir a trabajar.
-El «U-59» estaba siendo atacado. Nadie a bordo sospechaba que se estuvieran usando «cargas de profundidad no letales» – temían por sus vidas. ¿Su padre era consciente de las consecuencias de su decisión en ese momento?
-Cuando mi padre fue movilizado en 1962 era una persona de carácter fuerte. Anteriormente había pasado por momentos muy difíciles. Piense en el accidente de radiación a bordo del submarino «K-19», por ejemplo. Lo que mi padre hizo a la tierna edad de 19 años evitó un desastre ecológico de magnitud inimaginable. O la guerra contra Japón en 1945. Podría haber muerto allí.
Por lo tanto, puedo decir, sin duda, que por supuesto mi padre era consciente de las consecuencias de su decisión. Ya había dejado atrás la mayoría de los momentos formativos de su desarrollo personal. Sabía lo que estaba haciendo. La decisión de mi padre de salvar la vida de su destacamento y asegurar la paz mundial es un signo de su fuerza, ¡no de su debilidad!
-En los años 60 no existía ni Internet ni teléfonos móviles. ¿Cuándo se enteró su madre de los acontecimientos del 27 de octubre de 1962 y cuál fue su reacción inicial?
-Mi padre nunca habló de lo que pasó durante sus despliegues militares. La operación era un secreto absoluto y duró alrededor de dos meses. Salieron el 1 de octubre de 1962 y volvieron a principios de diciembre de 1962. Sólo después de su regreso mi padre le dijo a mi madre dónde había estado, pero sin dar ningún detalle. De todas formas, estaba prohibido hablar de este tema.
Así que no se dijo nada más en casa sobre su despliegue. Mi madre estaba simplemente feliz de que él hubiera regresado. Siempre lo esperaba con amor en su corazón y lo protegía con su amor. ¡Ella fue su ángel de la guarda de toda la vida!
-Las armas nucleares a bordo del «B-59» eran de alto secreto – y también lo era todo lo que pasaba a bordo. Tu padre sólo habló en público sobre los eventos 40 años después. ¿Hasta qué punto eso cambió tu vida?
-Es cierto, mi padre habló en público sobre los acontecimientos a bordo del «B-59» por primera vez el 14 de octubre de 1997, en el Instituto de Historia Militar del Ministerio de Defensa de la Federación Rusa. Todavía tengo la invitación. Fue invitado a hablar en la conferencia científico-práctica «Crisis de los misiles en Cuba en 1962: La Operación Militar Estratégica Anadyr». En su conferencia mi padre habló de los despliegues de escolta de submarinos en relación con la operación «Kama». ¿Mi vida ha cambiado desde entonces? No, en realidad no.
-Con su valiente decisión Vasili Arkhipov evitó una reacción nuclear en cadena, evitando efectivamente una tercera guerra mundial. Para muchos tu padre es un héroe, para algunos un cobarde. ¿Por qué hay tal discrepancia?
-A las personas que consideran a mi padre un cobarde quiero decirles: No has experimentado lo que él tuvo que pasar. A los 19 años ya estaba luchando en la guerra contra Japón. Eso fue en 1945 y mi padre era comandante adjunto de la «Brigada Militar 1». Este período le impresionó mucho y contribuyó de manera significativa al desarrollo de su personalidad, a la formación de su carácter y a su sentimiento de responsabilidad hacia la vida de otras personas.
Como ya he mencionado al principio, mi padre también pudo demostrar precisamente estos rasgos de carácter en su posición de subcomandante durante el accidente a bordo del submarino «K-19». En ese momento ocho personas murieron como resultado de la radiactividad que se liberó. Muchos otros se enfermaron, incluyendo a mi padre. Él yacía en el hospital, habiendo sobrevivido a los acontecimientos sin sufrir daño alguno. ¡Eso le dio fuerzas!
-Tras el colapso del Tratado INF, nos enfrentamos a la inminente expiración del Nuevo Tratado START en 2021. Esto significa que el riesgo de que se utilicen armas nucleares aumenta una vez más, 30 años después del final de la Guerra Fría. ¿Le preocupa este desarrollo?
-En realidad estoy muy preocupada, como lo están todos los amantes de la paz. La guerra nuclear es una amenaza para toda la humanidad. Me preocupo cuando veo las noticias sobre la intensificación de la carrera armamentista. También me inquieta el aumento de las tensiones militares y conflictos en los que se mata gente. Así que sí, me preocupo, como prácticamente todos los demás habitantes de nuestro planeta.
-Señora Andriukova, nuestra última pregunta es siempre personal: ¿Cuáles son sus deseos para los próximos años y hay algo que le gustaría decir a los «líderes más poderosos del mundo»?
-Deseo la paz, la comprensión mutua y la amistad entre las naciones, para mí y para la gente de todo el mundo. En este punto me gustaría citar al autor ruso Ivan Turgenev, quien dijo: «Sólo el amor alimenta y toca nuestras vidas».
A los «líderes más poderosos del mundo» quiero decirles: ¡Detengan la carrera de armas nucleares! Ya se ha gastado mucho dinero en armamento. Ese dinero debería ser usado para mejorar la vida de la gente. Es un gran milagro que exista vida en nuestro universo, que exista vida en la Tierra. No deberíamos destruir esta vida. Por consiguiente, la tecnología nuclear debería ser utilizada únicamente para fines pacíficos, es decir, ¡fines que beneficien a la humanidad!
Para terminar, me gustaría añadir unas pocas palabras: La historia del estado ruso demuestra la naturaleza pacífica de nuestro pueblo. Rusia nunca fue un agresor y nunca lo será. Mi padre era la conciencia de nuestra patria. Como tal, compartió todos sus conocimientos y experiencias con la gente, independientemente de su nacionalidad y origen. ¡Por la paz mundial!
-Sra. Andriukova, ¡muchas gracias por la entrevista!
Traducción del inglés por Armando Yánez